Primer día de clase.
Si tuviera 10 años probablemente sería uno de los mejores días de mi vida, me reencontraría con mis amigas del cole, con mi amor secreto, volvería a ver a algún que otro profesor favorito... pero con 18 años la cosa cambia y mucho, primero la pereza de levantarse, en la universidad no tenía ningún amigo, ni ningún amor secreto de esos que cuando cumples los trece, descubres que ya no existen y por supuesto lo del profesor favorito podemos quitarlo, nadie tiene un profesor favorito y menos a estas alturas.
Puede que me hubiera cambiado de ciudad pero el dilema de la ropa seguía conmigo fuera donde fuera, era una pesadilla y quedaban quince minutos para que Will viniera a buscarme para llevarme a la universidad, como no quería ir excesivamente arreglada me puse unos leggins una camiseta gris y la camisa vaquera.
Si tuviera 10 años probablemente sería uno de los mejores días de mi vida, me reencontraría con mis amigas del cole, con mi amor secreto, volvería a ver a algún que otro profesor favorito... pero con 18 años la cosa cambia y mucho, primero la pereza de levantarse, en la universidad no tenía ningún amigo, ni ningún amor secreto de esos que cuando cumples los trece, descubres que ya no existen y por supuesto lo del profesor favorito podemos quitarlo, nadie tiene un profesor favorito y menos a estas alturas.
Puede que me hubiera cambiado de ciudad pero el dilema de la ropa seguía conmigo fuera donde fuera, era una pesadilla y quedaban quince minutos para que Will viniera a buscarme para llevarme a la universidad, como no quería ir excesivamente arreglada me puse unos leggins una camiseta gris y la camisa vaquera.
tampoco quería impresionar a nadie el primer día de clase y tampoco lo pretendía. Mientras terminaba de peinarme Will, llamó para que bajara si no quería llegar tarde, en menos de cinco minutos estaba lista para marcharnos, Will me dio los buenos días me estuvo hablando todo el camino sobre lo buena que era esa universidad y la suerte que había tenido de que me hubieran cogido allí, yo le dije que ese año saqué unas notas tanto en bachiller como en selectividad excelentes y era lo menos que podía elegir era aquella, él me dio la razón y me avisó de que ya había llegado, me deseo suerte y salí del coche.
Al entrar en el campus, todo era muy grane en mi vida pensé que algo así podía existir, había mucha gente sentada en las mesas incluso en las explanadas de hierba, apenas había sitio para avanzar, como pude entré en el vestíbulo e intenté mirar cual era mi clase, no esperaba encontrarme con alguien conocido asique tampoco importaba mucho los nombres de los demás. Mi clase era la 309 y eso significaba el último piso del edificio, cuando entré había unos veinte alumnos dentro, pero ninguno se hablaba, era como si para ellos los otros no existieran, estaban en mundos distintos, a los 5 minutos la clase empezó a llenarse de gente, a mi lado se sentó una chica gordita y al otro lado, un chico que en cuanto se sentó se presentó se llamaba Mike, el chico era guapísimo pero se notaba que era gay, sobre todo despues de decirme lo bueno que estaba nuestro profesor de Psicología, que por una parte el chico llevaba mas razón que un santo, el profesor estaba de muy buen ver, cuando acabaron las presentaciones nos dejaron irnos a casa, Mike me dijo que si me quedaba un rato con él y así conocíamos juntos un poco el campus.
Mike era un chico muy majo, no paraba de hablar y de hacer bromas, era muy parecido a Vicky solo que era un chico, me contó que se había mudado hacía dos años a Manhattan con sus abuelos y que apenas veía a sus padres siempre estaban viajando, por una parte me recordó a mi y a mi padre, hacía tanto que no le veía que lo mas seguro es que no le reconociera cuando viniera a visitarme, me contó que sus padres trabajaban en España y que el siempre que podía iba a visitarlos, me contó que unas vacaciones en España encontró a él amor de su vida, al principio se me hacía raro hablar con el de chicos pero despues era algo de lo más normal, Mike insistió en invitare a comer y me dijo que hasta que no aceptara no pararía y efectivamente no paró hasta que acepté, me llevó a un sitio donde ponían unas hamburguesas gigantes que al primer bocado te llenabas hasta los codos de ketchup fue algo alucinante, despues él empezó a preguntarme por mi vida en Londres, al principio no contestaba gran cosa, le hablé de mis amigos de mi familia y de Trevor, Mike notó que cada vez que hablaba de él los ojos se me ponían llorosos.
Mike era un chico muy majo, no paraba de hablar y de hacer bromas, era muy parecido a Vicky solo que era un chico, me contó que se había mudado hacía dos años a Manhattan con sus abuelos y que apenas veía a sus padres siempre estaban viajando, por una parte me recordó a mi y a mi padre, hacía tanto que no le veía que lo mas seguro es que no le reconociera cuando viniera a visitarme, me contó que sus padres trabajaban en España y que el siempre que podía iba a visitarlos, me contó que unas vacaciones en España encontró a él amor de su vida, al principio se me hacía raro hablar con el de chicos pero despues era algo de lo más normal, Mike insistió en invitare a comer y me dijo que hasta que no aceptara no pararía y efectivamente no paró hasta que acepté, me llevó a un sitio donde ponían unas hamburguesas gigantes que al primer bocado te llenabas hasta los codos de ketchup fue algo alucinante, despues él empezó a preguntarme por mi vida en Londres, al principio no contestaba gran cosa, le hablé de mis amigos de mi familia y de Trevor, Mike notó que cada vez que hablaba de él los ojos se me ponían llorosos.
– ¿Puede que sea un cotilla pero... ese tal Trevor era alguien muy importante para ti verdad?
– Demasiado.
– Si quieres hablar de ello, puede contar conmigo.
– No gracias de todas formas, no quiero pensar en ello, algún día te lo contaré pero de momento me duele acordarme de él.
– Te entiendo.
– Mike eres increíble, de verdad, eres súper simpático, divertido y lo mejor que me has ayudado sin apenas conocerme, eres una gran persona.
– Bueno para que me vas a poner colorado.
– Demasiado.
– Si quieres hablar de ello, puede contar conmigo.
– No gracias de todas formas, no quiero pensar en ello, algún día te lo contaré pero de momento me duele acordarme de él.
– Te entiendo.
– Mike eres increíble, de verdad, eres súper simpático, divertido y lo mejor que me has ayudado sin apenas conocerme, eres una gran persona.
– Bueno para que me vas a poner colorado.
Sobre las cinco, le dije a Mike que tenía que ir a por algunas cosas para la universidad, él quiso acompañarme,me dijo que en su casa estaba muy aburrido y que mejor que estar conmigo, que yo también le había caído genial, cuando compramos lo necesario le dije que si quería venir a casa a toma un café, no se lo pensó un segundo y aceptó encantado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario