Follow me, please :)

jueves, 11 de octubre de 2012

Diario de Blake 3ªParte/ Capitulo 141


Hugo, crecía rápido, cuando nos quisimos dar cuenta ya tenía tres meses, y cada vez se parecía más a mi según decían, aun que yo veía que tenía cosas de los dos, tenía el pelo rubio igual que yo y el pelo tan liso como el mio, sin embargo los ojos y la sonrisa era de su padre, tenía momentos en que se parecía a mi y otros a Harry era la mezcla perfecta de los dos. Y me gustaba que fuera así.
Hugo era un niño muy bueno a penas daba guerra y me dejaba un tiempo para mi y para Harry, así podíamos estar juntos. Siempre que se quedaba dormido me encantaba mirarle cuando tenía esas respiraciones tan profundas o cuando sonreía a causa de un sueño. Era un pequeña personita que había traído mas felicidad a esta casa.

Celebramos el bautizo en verano, cuando cumplió los cuatro meses, por aquel entonces Hugo no paraba de reírse con todas las tonterías que le hacías.
Cuando decíamos que Hugo crecía a la velocidad del viento era muy cierto, pronto llego el día de su primer cumpleaños el día siete de mayo, por aquellas fechas empezó a soltarse y a andar solito, aunque con un poco de ayuda. Niall y Louis le tenían demasiado mimado y siempre que le veían le traían miles de juguetes que luego no me cabían en ningún sitio, pero ellos parecían disfrutar haciéndolo por él así que yo no iba a impedírselo.
El tiempo pasaba cada vez más deprisa y Hugo cada vez era más mayor, me daba pena que ya no fuera un niño tan pequeño pero todas las edades tienen algo bueno. Hugo comenzó a ir al cole y aun que al principio fue duro para todos, al final acabamos acostumbrándonos.
Harry empezó a insistirle un poco con el fútbol pero Hugo no le hacía mucho caso, por mas que Harry Niall y Louis insistían en comprarle miles de balones y equipaciones de fútbol, no fue hasta que cumplió los cuatro años que se interesó algo más por ello.
Aquella mañana hacia un día esplendido cuando me desperté pero eran aún las ocho de la mañana y no pensaba levantarme, la costumbre de dormir hasta tarde nunca se me había quitado y eso que ya tenía casi los treinta en unos días. Me di la vuelta para abrazarme a Harry y en cuanto comencé a dormirme otra vez Hugo vino corriendo a nuestra cama.

- ¡DESPERTAROS YA! ¡PAPÁ NO TENEMOS TIEMPO QUE PERDER! - Hugo comenzó a saltar en la cama para que nos despertáramos y fuéramos a la playa como le habíamos prometido

- Hugo tenemos tiempo de sobre sino iremos otro día. - dijo Harry haciéndose el tonto.

- ¿Pero no sabéis que día es hoy? ¿mamá?

- Hoy es sábado Hugo.

- Pero... - Hugo estaba desconcertado se creía que habíamos olvidado su cumpleaños.

- ¡Pero tonto! ¿Qué pensabas que me había olvidado del cumpleaños de mi pequeño?- Hugo sonrió feliz y se tiró sobre mi para abrazarme.

- Sabía que no se os había olvidados. - dijo feliz

- Felicidades campeón. - dijo Harry cogiéndole por los pies dándole un voltereta en la cama.- ¿Qué quieres hacer hoy?

- Me prometiste que iríamos a jugar al fútbol

- Pues no se hable más. - dije cogiéndole otra vez para abrazarle. - Cada vez te haces más mayor.


Pasamos la mañana los tres tres juntos en el parque que había a unos minutos de casa. Harry y Hugo jugaban al fútbol mientras que yo miraba sonriendo todos sus movimientos, cada vez jugaba mejor y Harry no paraba de cogerle una y otra vez cada vez que metía un gol, se lo estaban pasando en grande. Mientras ellos seguían jugando yo me puse a hacerles fotos para mi famoso álbum de recuerdos, casi lleno después de tantos años y momentos inolvidables.

- Mamá tengo hambre, tenemos que irnos a casa que van avenir todos a mi cumple.

- Hugo... hasta las siete no vienen y son las dos, nos vamos a comer pero aún falta un poco para la fiesta.

- No importa, tenemos que irnos. ¡Papá! Vayámonos y luego jugamos en el jardín ¿vale?

De nuevo pusimos rumbo a casa los tres cogidos de la mano. Hugo estuvo todo el día revolucionado por su festa de cumpleaños tenía unas ganas locas de ver a sus tíos Louis y Niall, sabía que ellos eran los que le traían los regalos mas grandes y en consecuencia los que más le gustaban. No tenían remedio por mas que se lo decíamos.
Llegó la tarde y la gente empezó a venir a casa, Mike llegó de los primeros junto con James , después vinieron los abuelos y la tía Gemma, el salón estaba lleno de papel de regalos por todos los lados y a mi me iba a dar algo.
Por fin sobre las ocho y media llegaron Louis y Niall, llegaron los dos juntos y con dos regalos enormes en la mano.

- ¿Pero si os dije que nada de regalos grandes?

- Si claro, dejamos mimarle un poco.

- ¿Un poco?

- Tío Louis , tío Niall. - Hugo vino corriendo hacia ellos y empezaron los tres a gritar como locos, Harry me abrazó por la cintura mientras me hacia reír un poco. 

Hugo estaba tan feliz con todos los regalos que fue imposible quitarle las botas de fútbol que le habíamos regalado Harry y yo por su cumpleaños, después salieron a la luz la equipación profesional de portero que Louis le había regalado y miles de cosas más que habían traído entre los dos. Cuando por fin le pillamos por el salón le dijimos que soplara las velas. La familia y amigos cantaban el cumpleaños feliz a Hugo que cada vez se ponía mas colorado, en eso se parecía a mi, le daba vergüenza tener toda la atención puesta en él.
Sopló a vela y le di un besazo en la cara que le dejé marcado todo el pintalabios, Hugo se dio la vuelta y nos abrazó a los dos y mi madre no pudo evitar tomarnos una foto a los tres.

- Felicidades pequeño. - no pude evitarlo y me puse a llorar.

- ¡Oh la mami, se pone tontorrona!. - dijo Niall abrazándome.

- Lo siento no puedo evitarlo. -dije riendo y llorando a la vez.

Ya no me importaba nada excepto la felicidad de mi familia, Hugo y Harry era lo más grande que tenía en mi vida por el momento y nada me separaría de ellos.
Aún recordaba la primera vez que Hugo me cogió el dedo con su diminuta manita. Y ahora que le veía así tan mayor me sentía muy orgullosa de como le estaba cuidando y como estaba enseñándole, con la ayuda incondicional de mi para siempre, Harry.







lunes, 8 de octubre de 2012

D.Blake 3ª parte/ Capitulo 140 (2ª Parte)


– ¿Blake que hacemos?. - dijo llevándose las manos a la cabeza.

– Harry tranquilízate ¿vale? No me pongas más nerviosa, no podemos perder tiem... - sentí un dolor intenso y supe lo que era al instante era mi primera contracción, ahora entendía ese malestar durante toda la tarde, el bebé se estaba preparando para salir.

– ¿Que pasa?. - dijo cogiéndome del brazo haciendo que me quedara apoyada sobre el.

– Una contracción y duele un poco, tenemos que ir al hospital ya.

– Pero tendremos que llamar a alguien.

– No hay tiempo. Harry coge mis cosas y vayamonos ya. - de nuevo aquel dolor que me doblaba por completo.

– Respira Blake, respira.

– Vale ya, estoy bien... uff. - Harry corrió escaleras arriba para ir a por la bolsa bajó de nuevo y nos fuimos hacia el coche.

– Vamos venga, espera que te ayudo Blake no seas bruta. - dijo mientras me montaba en la parte de atrás del coche. Le miré con una mirada furibunda  y después respiré hondo otra vez.

20 minutos más tarde.

– Me duele mucho, me duele Harry. - las contracciones cada vez eran mas intensas y con menos tiempo de diferencia, sentía que me moría.

– Aguanta un poco ya casi estamos, solo un poco vale respira. - dijo Harry mirando hacia el asiento de atrás.

– ¡Pero mira hacia delante!. - chillé

– Lo siento, pero es que estoy muy nervioso Blake.

– Tú centrate en llegar o antes posible.

Me dolía cada vez más ,peor no quería quejarme mucho por Harry, estaba muy nervioso y solo faltaba que tuviéramos un accidente por estar pendiente de mi, así que aguanté un poco hasta que llegamos al hospital.
Cuando llegamos las enfermeras en enseguida me montaron en una silla de ruedas y me llevaron a  una  habitación. Harry estaba detrás de mi llamando por  teléfono a alguien, no me enteré de quien era, mi prioridad ahora era respirar para evitar algo más el dolor.
Las enfermeras me dieron  un camisón, que Harry ayudó a colocármelo,tenía el cuerpo encogido  por las contracciones y me costaba estirarme. Como pudimos me coloqué el camisón y me tumbé en la cama, con el gotero que me habían colocado nada más entrar allí. Que ayudaría a dilatar... una mierda, eso dolía igual que antes.
Harry me cogía de la mano y me retiraba el pelo para darme un beso en la frente para animarme.
– ¿A quien has llamado?

– A Kate y a Louis, es lo primero que se me ocurrió.

– ¿Puedes llamar a Niall?. - dije en un esfuerzo por no gritar.

– Claro pero...

– Por favor... - Harry cogió su teléfono y salió un momento al pasillo para llamarle, quería que Niall estuviera conmigo, siempre clamaba mis ánimos cuando estaban de los nervios si Harry no estaba y Harry en estos momentos estaba más atacado que yo.

– Ya está de camino, estaba durmiendo.. pero se espabiló en cuanto le dije lo que pasaba.

– Me lo imagino... - dije en un susurro. Una enfermera regordeta entró en la habitación para ver como iba y par decirme si quería la epidural, a lo que contesté que sí sin dudarlo. A los cinco minutos trajo una enorme jeringuilla, me sentó de espaldas a ella y me la puso, era una sensación de dolor asquerosa pero era eso o desmayarme al tener a mi niño.

– No se preocupe pronto acabará todo, respiré y en un rato vengo a ver como está.
La enfermera abandonó de nuevo la habitación y me quede sola con Harry, no hablábamos ninguno, no es que no quisiéramos pero es que era una situación muy rara, yo me moría de dolor y Harry se veía impotente por no poder hacer nada por mi.

– No te preocupes, ya casi no duele.

– ¿Segura?. - dijo apretando mas mi mano.

– Segura.- dije no muy convencida.

La mujer regordeta entró de nuevo y sin decir una sola palabra salió de la habitación y al rato una gran contracción se apoderó de mi, esta era la definitiva estaba segura. Mi bebé estaba a punto de salir.

[…]

No sentía nada, la gente me gritaba que empujara y yo hacía lo que me pedían, gritaba  y apretaba la mano de  Harry hasta tal punto que le estaba estrangulando los dedos, tenía la mano llena de  la marca de mis uñas sobre su piel. La mano que le quedaba libre, me retiraba el pelo sudado de la cara, me decía al oído que empujara y respirara y entonces lo oí,oí aquel llanto, ya no sentía ningún tipo de presión en mi, sabía que de nuevo era una sola persona, aquel llanto me despejó de todo, solo quería verle, ver a mi pequeño.
Harry se colocó donde estaba el doctor y cortó el cordón. Y al volver hacia mi tenía entre sus manos a la cosita mas bonita que había visto en mi vida. Con cuidado me puso a mi pequeño sobre mi regazo y sentí sus fuertes latidos y su respiración contra mi pecho. Por fin estaba conmigo.

– Es un niño. - dijo Harry llorando mientras me besaba en los labios.

– ¿De verdad?. - el llanto vino a mi, no lloraba por el dolor,ya no sentía nada, lloraba de alegría por fin tenía a mi pequeño en brazos y Harry estaba ami lado, no podía ser más feliz.


[…]

– ¿Dónde de está?. - dijo Kate entrando por la puerta.

– Esta aquí, shh, no le vallas a despertar. - dije mientras le destapaba un poco para que pudiera verle en la cuna.

– Ay jo, que cosita , me encanta Blake, que mono es por favor, es para comérselo. - dijo Kate mientras me daba un abrazo y lloraba como una magdalena. - ¿Y tú como estás?

– Algo dolorida, pero feliz Kate, estoy feliz, no puedo pedir nada más.

Vino Louis con Harry y me dio la enhorabuena, estaban todos tan contentos como nosotros, sabía que mi pequeño sería el cebo de todas sus bromas, pero ya me encargaría yo de que eso no fuera así. A la hora de llegar Louis y Kate,llegó Niall, tenía la cara colorada, se notaba que había corrido hasta llegar hasta aquí. En cuanto llegó abrazó a Harry y por ultimo a mi, con quien estuvo durante un rato y de nuevo no pude evitar ponerme a llorar.
¿Como está la mamá?. - dijo mientras cogía a mi bebé.

– Estoy bien, me alegro de que estés aquí Niall. Quería que estuvieras aquí tenemos que decirte algo Niall. - no nos estaba haciendo caso, tenía toda su atención puesta en el niño.

– ¿Qué? Ah lo siento, es que mirale que carita. - dijo como un bobo. - ¿Qué nombre le habéis puesto?

– Hugo.- dijo Harry adelantándose a mi. Ni siquiera habíamos pensado en si al final le pondríamos ese nombre pero Harry pareció decidir por los dos y me pareció el mejor nombre que le podríamos poner. - Niall queremos que seas el padrino de Hugo. 

– ¿En serio?

– Sí, Blake quería que fueras tú ya mi también me gustaría, la has ayudado mucho en muchas ocasiones.

[Narra Harry]

Tres días más tarde.
Los tres salimos del hospital y pusimos rumbo a casa. Ahora eramos uno más en casa y era la mejor forma de regresar. Sabiendo que Hugo estaba con nosotros dos. Blake estaba tan feliz que parecía que desprendía luz, no se separaba de Hugo en ningún momento. Y el poco tiempo que teníamos para estar juntos lo perdíamos en observar a nuestro pequeño niño. 
Nuestras familias vinieron los primeros días a visitarnos en el hospital. Mis suegros venían en un par de días a ver a su nieto y hasta entonces estaríamos los tres solos en casa.
Por fin llegamos y Blake se puso a darle de comer al niño mientras yo me duchaba y recogía un poco todo aquello, a penas había parada allí en estos días y estaba todo un poco desordenado a Blake  le daría algo si viera como estaba la habitación de revuelta. Cuando salí de la ducha Blake y el bebé estaban tumbados sobre la cama. Llevaba días sin dormir y no pudo evitar quedarse dormida en cuanto llegó a nuestra cama. Los dos dormían plácidamente y me daba mucha pena despertarla para  comer, asique cogí una manta y les tapé ambos.

Estábamos en casa los tres juntos y para mi con eso me bastaba para vivir feliz. La persona más feliz que podía haber en ese momento en el mundo. Tenía a mi propia familia y es algo que jamás había imaginado tener y todo era gracias a mi pequeña Blake.



Capitulo 140


– Me alegro mucho de que me llamaras. Me vendrá bien desconectar un poco.

– Muchas gracias a ti por aguantarme a mi con todas mis preguntas. Te aseguro que no son pocas.

– Tranquila, si se trata  de ayudarte lo haré encantada. 

Elisa me llevó a una cafetería donde había un parque para que Martina pudiera estar allí sin problemas , así mientras ella jugaba yo podría charlar con ella. Martina no paraba quieta un solo segundo y siempre quería estar en la mesa con nosotras en vez de jugar, Elisa siempre la decía que se fuera a jugar un rato mientras nosotras tomábamos algo allí, al cabo de un rato pareció convencerse y decidió irse a jugar.
– Perdona, es que no hay quien la controle.

– No importa. - dije con una sonrisa.

– ¿Y cuantos años dices que tenías?

– Veinticinco cumplí a principios de mayo.

– Valla eres muy jovencita.

– Sí pero a mi no me da la sensación de que he corrido demasiado.

– Si es lo que piensas, que sea así y que nadie te haga cambiar de opinión.

– No lo harán.

Fue una tarde muy amena, Elisa era muy maja y me ayudaba en todo lo que podía en cuanto a preguntas se trataba, me tranquilizó un poco saber algo más sobre lo que me pasaría en unos pocos días. Debía de confesar que el momento del parto me aterraba, ese dolor del que todos hablaban como lo peor del mundo a mi me quitaba el sueño. Pero no quería pensar en ello, debía de centrarme en otras cosas que aún me faltaban por hacer antes de darle la bienvenida a nuestro pequeño o pequeña.
Me despedí de Elisa y Martina vino corriendo hacia mi para darme un abrazo, la pequeña se hacía querer y eso que la conocía de el día anterior, estaba muy sensible, necesitaba hablar con mamá así que en cuanto llegué a casa la llamé.
Mamá se preocupaba demasiado por mi incluso estando a distancia, llegaba a preguntarme lo mismo una cincuenta veces en menos de cinco minutos y aunque a veces era demasiado pesada se lo agradecía enormemente.
– Te echo de menos mamá.

– Y yo cariño pero la semana que viene papá y yo viajaremos para estar contigo en tus últimos días antes de dar a luz.

– No creo que me mueva de aquí mamá. - Harry entró por la puerta en ese momento y me dijo que le mandara un beso a mi madre de su parte. - dice Harry que un beso... vale yo se lo digo, bueno mamá te dejo ¿vale? Te quiero, adiós.

Harry salió de la cocina con una botella de agua y un vaso en la mano para mi, últimamente estaba muy escrupulosa con todo. Me incorporé un poco en el sofá, el bebé me estaba clavando algo en las costillas y me estaba matando.
¿Estás bien?

– No me esta dando una tarde horrible no para de moverse y me hinca los codos, duele un poco, bueno es más bien molesto. 
– Deberías irte a dormir.

– Si claro sin cenar. - dije poniendo os ojos en blanco.

– Es imposible que tengas hambre si te has comido  un montón de cosas para merendar,lo he visto encima de la encimera.

– Pues si que tengo, este pequeño monstruito pateador no para de quejarse porque al parecer no se queda satisfecho.

– Es igual de quejica que tú. - dijo acercándome para besarme.

– Si y ahora quieres un beso. -dije apartando la cara. - no deber decirle esas cosas una una mujer embarazada la mala leche también se multiplica.

– No será para tanto. - volvió a intentarlo pero le puse la mano en la cara. - ¡Ay Blake! dejame darte un beso.

– No quiero. - dije riendo al ver su cara. Harry me miró con una sonrisa malévola y se puso a hacerme cosquillas como solía hacer antes, no podía parar de reírme y el niño se movía conmigo como si le molestara que me estuvieran haciendo eso y entonces sentí que algo  me caló todo el pantalón.

– ¿Blake no me digas que te has hecho pis de la risa?

– No, Harry no me he hecho pis encima. - dije pálida.

– ¿Entonces que es esto?. - dijo señalando el charco que había en el suelo.

– Acabo de romper aguas.

A Harry le cambió la cara, igual que a mi. Esto  solo podía significar una cosa, estaba de parto.

domingo, 30 de septiembre de 2012

New Novela: Recuérdame


La historia tratará sobre una chica de diecisiete años que se llama Amy Fletcher. Ella tenía una vida maravillosa en España junto a sus padres, pero cuando cumplió 15 años, algo en ella cambió, ya no era la misma chica y todo el mundo se estaba dando cuenta, dejó de lado a sus amigos y a su novio por culpa de unos sueños que ni ella misma sabía de donde procedían, solo sabía que estaba enamorada de aquel misterioso chico. pero cada mañana al despertar su rostro había desaparecido de sus recuerdos.
Después de unos meses con algo de ayuda Amy consigue ser más o menos la de siempre y dejar de lado todo lo ocurrido pero no todo es como antes, su mejor amiga la ha abandonado y su novio aunque sigue con ella, sabe que Amy es totalmente diferente y todo se verá intensificado cuando a causa de un accidente los padres de Amy mueren, siendo ella la única superviviente.
Amy queda a cargo de su tío Lewis, un hombre joven que no sabe como lidiar con una adolescente como Amy, por ello, Amy se tendrá que mudar a Boston, donde le esperan grandes cosas que en la vida se hubiera imaginado que existían.


D.Blake 3ª parte/ Capitulo 139


Libro del embarazo

Hoy cumplo ocho meses y dos semanas, parece mentira que todo esté a punto de acabar, falta un mes para tu nacimiento y tengo unas ganas infinitas de verte la carita, de sentir como agarrás mi mano y sentir ese vincula tan fuerte hacia una personita como tú.
Papá está muy nervioso, no me deja de cuidarme un solo instante, siempre pendiente de nosotros, aún no sabemos que es lo que nos espera cuando nazcas pero seguro que nos sentiremos igual de felices si eres niño o niña, a pesar de nuestras ganas sigues sin dejarnos ver que eres, y en eso te pareces mucho a tu papá, siempre tan enigmático hasta el final, pero esa es una de las muchas cosas que me enamoró de él y estoy segura de que tú algún día también lo harás con la persona indicada.
Pero no solo somos papá y yo los que deseamos verte, las abuelas Lily y Ana , están como locas por cogerte en brazos, al igual que el abuelo Alfred, no para de preguntar si has echo algo nuevo desde la ultima vez que me vio, estás causando mucho revuelo por aquí y aún no has llegado al mundo.
Kate y Louis siguen también todos tus pasos, a Louis le vuelven locos los bebés y contigo será un tío estupendo, al igual que Niall son como los hermanos que nunca tuve.
Quiero que estés aquí cuanto antes pero aún para eso faltan unas semanas y a medida que se acerca tu llegada me pongo más nerviosa, quiero que todo salga bien.
Te quiere Mamá.
Cerré el libro y miré el jardín estaba todo tan bonito, la primavera estaba llegando y las flores empezaban a florecer en los arboles, hacia un sol brillante y una temperatura esplendida. Esperaba a que viniera Harry del trabajo, yo hacía cosa de un mes que me había dado de baja cuando me empezaron a dar unos ligeros dolores de espalda,todos me obligaron prácticamente a hacerlo, así que me tocaba esperar a que regresara todos los días, siempre con una rosa roja en la mano. Mientras esperaba su llegada hablaba con mi bebé siempre y al escuchar mi voz se movía dentro de mi, al igual que hacía cuando Harry le hablaba o tocaba mi ya enorme barriga, por no hablar de sus tremendas patadas a mitad e la noche, que me hacían pasar las noches en vela. Pero en el fondo era reconfortante pasar todo aquello porque el día que le viera por primera vez sería un día inolvidable para mi.
– ¿Cómo estás  la chica más guapa del mundo?. - dijo Harry sorprendiendo me en el jardín, había llegado antes de lo que esperaba.

– De maravilla. - dije dándole un beso casi con urgencia.

– ¿Estabas escribiendo?

– Sí, quedan dos semanas y quiero escribirlo todo, no como los meses anteriores. ¿Tú que tal hoy?
– Un asco como siempre. Siempre estoy deseando llegar a casa para estar contigo.

– Y yo que regreses. - dije recibiendo un beso. - Ha llamado Louis esta mañana, quiere saber si podías ir con él el sábado.

– ¿No te ha dicho donde?

– No, solo me dijo que le llamaras cuando llegaras pero... es que te quiero para mi, aunque solo sea un rato, después te prometo que dejo que le llames. 

– No puedo negarme a ello. -  Harry hizo un gesto para que me sentara en su regazo y yo con gusto lo hice, apoyé mi cabeza en el hueco de su hombro y dejé que me mimara un poco. Sus besos pausados y lentos eran mi perdición y siempre me hacían perder la paciencia, me hipnotizaban de tal manera que el resto del mundo dejaba de existir. - te quiero.

– Yo también te quiero. - de repente una patada hizo que se me cortara un poco la respiración.  - Bueno creo que te queremos,por aquí hay alguien que se pone celoso. - dije hablando a mi tripa. - Harry comenzó a reír.

– Querrá mimos igual que la mamá. - dijo con una sonrisa.

– Quiero que llegue el día, no puedo esperar más.

– Quedan dos semanas, no es nada.

– Se me harán mas eternas que los últimos ocho meses, sino ya lo verás.

El sábado Harry se fue con Louis a ese asunto tan secreto que se traía entre manos, no había querido preguntarle a Harry  pero podría tener una ligera  sospecha de lo que se podría tratar, como hacía buen día decidí ir a la playa, pillaba cerca de allí así que cogí algunas cosas y me fui. Hacía buen día y quería aprovecharlo un poco antes de ir a mis ultimas clases de pre parto, le dije a Harry que no se preocupara que iba a ir yo sola, así que que no tuviera prisa en volver. Cuando llegue a la playa extendí mi toalla y me senté un rato, no hacía un día tan caluroso como para bañarse pero algunos valientes lo estaban haciendo sobre todo los niños que correteaban sin por la orilla con la esperanza de que la ola no les  salpicara, otros jugaban con su padres a hacer castillos de arena donde vivía una princesa y otros estaban dando un paseo con su padres mientras comían un helado. Mientras miraba a mi alrededor un niña pequeña se acercó a mi y me sonreía, yo la respondí con una sonrisa y un saludo con la mano, la niña se sentó conmigo y puso sus manos sobre mi tripa. Al principio me pareció raro hasta que la niña empezó a hablar.
– Es como la de mamá, solo que esta es más grande.

– ¿Tú mamá también tiene una? ¿vas a tener un hermanito que suerte?

– Sí, pero mamá dice que aún falta mucho hasta que salga.

– Bueno seguro que a ti no te importara esperar ¿a que no?

– No, porque así tendré a alguien con quien jugar. - la niña reía y yo lo hacía con ella, era muy rica.

– Martina, te dije que no te movieras de la toalla. - dijo una mujer la cual supuse que sería su madre, estaba embarazada también estaría de unos cinco meses. - Lo siento mucho, no para quieta un solo segundo.

– Oh no pasa nada.

– Mira mamá es como tú, también va a tener un bebé.

– Ya lo veo cariño. Soy Elisa Callum, encantada.

– Igualmente yo soy Blake Styles, ¿suelen venir mucho por aquí?

– Sí vivimos en la urbanización que pilla cerca de aquí.

– Que casualidad, yo también vivo allí hace unos meses que mi marido y yo nos mudamos allí.

– ¿Estás casada? Uh perdón por ser tan irrespetuosa no tienes porque contestar.

– Oh no me importa, suelen decírmelo mucho, nadie cree que estoy casada siendo tan joven.
– Bueno yo también me he casado joven y mírame voy a cumplir treinta y uno y voy por el segundo niño.

– Yo es el primero y tengo veinticinco recién cumplidos.

– ¿Eres primeriza? ¿Supongo que tendrás miles de dudas?

– Sí las verdad es que si.

– ¿De cuanto tiempo estás?

– De casi nueve meses, salgo de cuentas en dos semanas.

– Buenos pues si quieres saber algo, me encantaría charlar una tarde contigo.

– Sería genial, si me das tú numero te llamo mañana y quedamos, es un alivio conocer a alguien de la urbanización.

– Lo cierto es que si es bueno tener a alguien cerca. Bueno pues espero tu llamada.

– Claro que si, adiós Martina.  

– Adiós. - dijo como una suave melodía. El bebé me dio una nueva patada, pero esta vez lo tomé como que estaba contento por haber estado cerca de una niña, con la que seguro que algún día jugaría.

Cuando llegué a casa me fui directamente a darme un baño tenía la piel pegajosa de la brisa y el pelo se me había ensuciado de la arena. Cuando me sumergí en el agua mi cuerpo se relajó y sentí que me quedaba dormida poco a poco pero tenía que darme prisa porque tenía que ir a las ultimas clases de pre parto. Con pereza salí de la bañera y fui hacia mi cuarto a vestirme, últimamente lo tenía fácil, solo podía ponerme vestidos y poco más... me ahorraba muchos quebraderos de cabeza,una vez lista cogí mi bolsa y me fui hacia las clases. Cuando llegué estaban allí algunas de las chicas con las que me llevaba bien,las salude y entramos en el vestuario, me puse la camiseta de tirantes y las mallas tan horribles que me obligaban a ponerme y nos entramos. No hicimos gran cosa pero era necesario ir, la monitora nos dijo a mi y a dos chica más que nuestras clases finalizaban porque salíamos de cuentas en dos semanas. A la salida estaba Harry esperándome.
– ¿Qué haces aquí?. - dije avanzando hasta él.

– Terminé pronto y quise venir a buscarte, le dije a Louis que me trajera.- Harry me dio un beso mientras cogía mi bolsa, me pasó el brazo por la cintura y nos fuimos hacia mi coche. - No me gusta que conduzcas a estas alturas.

– Harry no iba a venir andando. Deja de regañarme. - dije  con un leve empujón. - ¿Sabes? Hoy he conocido a una chica de nuestra urbanización en la playa, esta embarazada y voy a quedar mañana por la tarde con ella, para charlar un poco.

– Podrá resolver tus dudas.

– Sí, además ella tiene una niña de tres añitos se llama Martina a sido ella la que se ha acercado a mi esta mañana.

– Y seguro que te has puesto a hablar con ella con una sonrisa enorme en la cara.

– Pues si evidentemente, era tan mona.

– Como te conozco.

– Estaría bueno que después de tantos años juntos aún no me conocieras, sería un golpe muy bajo por tu parte.

– Mira que eres tonta cuando quieres, anda venga que debes de estar agota.

– Sí pero antes... - le miré riendo.- tengo un antojo. - Harry suspiró y comenzó a reír también.


D.Blake 3ª parte/ Capitulo 138


La horrible mudanza empezó, después demás de tres días embalando las cosas para meterlas en cajas para  llevarlas hacia donde sería nuestro nuevo hogar. En esos días todo ayuda era poca para nosotros, teníamos los brazos hechos una pena, pero había que hacerlo cuanto antes y así instalarnos antes de que yo estuviera más avanzada en el embarazo, casi ninguno de los que estábamos allí me dejaba a hacer nada, en especial Harry y Niall.
– Estoy embarazada no manca.- dije exasperada.

– Nos da igual, Harry  no quiere que cojas las cosas con mucho pesos ni que estés de pie todo el rato.

– Niall me siento una inútil, aquí sentada mirando como los demás lleváis mis cosas. - dije recalcando el “mis cosas”.

– Me da igual, puede ser muy pesado si me lo propongo así que haz caso y quedate aquí.

Resignada por no seguir discutiendo con él, me quedé sentada mientras los demás bajaban las cajas, para distraerme empecé a leerme un libro. La lectura era muy interesante así que me evadí un poco del mundo y me concentré en el libro, así que a penas me di cuenta de que todas las cosas estaban ya en el camión de la mudanza hasta que Harry vino a abrazarme.
– ¿Ya está todo?

– Sí.- dijo sonriendo.

– Oh me ha encantado colaborar en todo esto, me he sentido muy útil.

– Blake...

– Te digo lo mismo que a Niall,estoy embarazada no me falta ninguna extremidad, aún puedo hacer cosas.

– Ya lo sé pero no quiero que hagas grandes esfuerzos.

– Bueno vale tal vez no pudiera bajar las cajas, pero desembalar las cosas si ¿no?

– Cuando lleguemos allí  te dejaré hacerlo, te lo prometo.

– Más te vale que me dejes si no empezaré a ser la típica embarazada llena de antojos que tendrás que cumplir incluso a las dos de la madrugada.- me acerqué  a él para besarle y después al separarme le dí con el libro en el brazo.

– ¡Ah! ¿y esto porque?

– Se me resbalo de la manos, es que pesa mucho. - dije guiñándole un ojo mientras me iba hacia la puerta.

De camino a la nueva casa no paraba de hablar con Harry, temía que en cualquier momento me mandara callar por lo pesada que estaba siendo, pero es que no podía parar de decir todo lo que pensaba en alto.
– ¿Por cierto has pensado algún nombre que te guste?

– Bueno algo he pensado.

– ¿Y?

– ¿Cómo que Y?

– ¿Qué cuales has pensado?, tendremos que decidirnos por un nombre, no quiero un hijo sin nombre cuando nazca, no entiendo a esa gente que no sabe el nombre de si hijo hasta que nace, es horrible ver a tu niño y no susurrar su nombre la primera vez que lo ves.

– Tú primero.

– ¿Yo? Bueno he pensado bastantes aunque definitivamente me he decidido por uno de niño y otro de niña. Si es una niña me gusta mucho el nombre de Valeria.

– ¿Un nombre español?

– Sí, no se oye mucho nombres en español por aquí y si fuera un niño me gusta el nombre de Hugo. ¿te gustan?

– Sí, son bonitos aún que a mi me gusta el nombre de Amy.

– A mi también me gustaba ese nombre pero no creía que te fuera a gustar.

– Pues si, la verdad es que me gusta bastante ese nombre entre muchos otros claro.

– ¿Y si es un niño?

– Si es un niño no tengo ni idea, ese nombre me gusta, Hugo.

– Bueno yo ya sé que es un poco típico pero el nombre de Harry me gustaba mucho.

– ¿Quieres llamarle como yo?

– Bueno, no me importaría.


Como supuse Harry no me dejó hacer nada en la mudanza a pesar de habérmelo prometido y yo aunque intenté llevar  acabo mi plan de ser una embarazada quejica, no dio resultado porque me  sentía mal si hacía cosas solo por molestarle. Harry veía que yo me solían enfadar bastante por eso así que cuando quedaron por colocar las cosas menos pesadas, me dejaron colaborar. No es que tardara mucho en hacerlo, prácticamente no había nada que colocar. Cuando todos se marcharon y me quede a solas con Harry le eché la bronca.
– Me lo prometiste, me he aburrido como una ostra aquí toda la tarde, me haces sentirme inútil sin poder poner las cosas  de “mi casa”. - dije recalcando el “Mi”.

– Lo siento pero necesitas reposo. No quiero que nada salga mal.

– Nada saldrá mal porque me dejes colaborar un poco Harry. Te preocupas demasiado.

– Lo sé pero no puedo evitarlo, tengo que cuidaros a los dos.

– No puedes ser tan protector Harry.

– Y tu no deberías ser tan pesada.

– No soy una pesada.

– Es verdad, eres mi pesada.

– Eres idiota. - Harry se separó de mi aún cogidos de la mano y empezó a hacer que girara para bailar conmigo. - te quiero.


– Y yo a ti Blake,por eso quiero que seas feliz.

– Soy feliz desde el día en que te conocí. Y cada día has echo que crezca mi felicidad... bueno nuestra felicidad. - dije mirando mi tripa.

No tardamos mucho en instalarnos por fin en nuestra nueva casa, era un placer estar en esa urbanización,se respiraba paz y tranquilidad por todos los lados, cuando volvía del trabajo con Harry nos íbamos a dar un paseo por allí, había unos parques muy bonitos y al estar cerca del campo íbamos muchas veces a explorar un poco los alrededores, eso sin sin grandes esfuerzos ya que mi cuerpo me impedía andar más de una hora y media seguidas.
Mi tripa iba creciendo a la vez que mis ilusiones de ser madre, cerca de mi sexto mes, mi tripa ya se notaba bastante y era un gusto poder tumbarse en el sofá a la espera de que el bebé se moviera aunque solo fuera un segundo y pareciera que tuviera una culebra dentro de mi, en vez de un bebé. Harry y yo teníamos unas ganas locas de saber que sería. El dilema de los nombres aún nos rondaba pero pronto se acabaría el decidirnos por un nombre en cuanto supiéramos que era lo que estábamos esperando.
La noche antes de la ecografía a penas pude dormir, estaba nerviosa incluso más que las otras veces, solo esperaba poder saber por fin el sexo del bebé, pero tampoco hubo suerte nuestro pequeño se resistía a dejarnos ver como era. De camino a casa le dije a Harry que no quería saber que era el bebé hasta el momento que naciera, ya que siempre íbamos con la idea de saber que era y nunca se veía porque el pequeño se resistía, Harry al principio se negó, dijo que el si querría saberlo pero al final después de mucho insistirle acabó accediendo.
Pensando detenidamente solo quedaban tres meses para que naciera y si habíamos aguantado  ya seis no importaría a esperar un poco más.


D. Blake 3ª Parte/Capitulo 137


Libro del embarazo

Hoy cumplo cuatro meses de embarazo, de nuevo tengo que ir al ginecólogo, estoy algo nerviosa, solo espero que todo salga bien, Harry también parece estar de los nervios. Todos deseamos que llegue la hora de la cita cuanto antes, puede que hoy me digan el sexo del bebé o quizás sea demasiado pronto aún para saber lo pero me encantaría saber que es lo que dentro de poco tendremos con nosotros.
Todos están muy felices con la noticia de mi embarazo, nuestros padres no dejan de preguntarnos que necesitamos y que si estamos bien. Dentro de poco empezaremos la mudanza para nuestra nueva casa, no quiero empezar antes de que se me empiece a notar la barriguita. Cada día me siento algo más cansada perolas nauseas y mareos han desaparecido por completo, me siento muy bien en este momento.
***

– ¿Qué haces Blake? 

– Estoy escribiendo el libro del embarazo, quiero escribir todo lo que pasa en cada mes. Puede que luego este libro sirva para nuestra hija si alguna vez tenemos una.

– Es una buena idea.

– Claro que lo es, es mía. - dije riéndome.

– Pues tendrás que acabar pronto el relato porque tenemos que irnos ya al médico.

– Ya he terminado, cojo el bolso y nos vamos.

Llegamos a la consulta y estaba de nuevo abarrotado de gente tal como estaba la ultima vez, había gente hablando con otras embarazadas enfermeras que iban tomando los datos a las pacientes, en general el ajetreo habitual que había en un hospital, llegando la hora de mi cita empecé a ponerme nerviosa.

Cuando entré el doctor me dio la bienvenida con una sonrisa, me preguntó como iba todo hasta ahora desde la ultima vez que nos vimos y me dijo que me fuera hacia la salita de al lado y que hiciera lo mismo que la otra vez.
De nuevo esa sensación de el gel frío al entrar en contacto con el abdomen hizo que apretara un poco la mano de Harry, él sonrió levemente y  de nuevo se concentró en la pantalla, esta vez se veía un bulto mucho más grande que la vez pasada el niño ya había crecido bastante.
– Esto va de maravilla, estás en la segunda etapa del embarazo estas de 16 semanas aproximadamente, y veamos el niño mide cerca de los 14 cm, no esta nada mal, todo parece estar en orden.

– ¿Se puede saber si es niño o niña?. - dijo Harry.

– Aún es pronto puede que en la próxima ecografía se vea, ahora mismo está de espaldas.

Me alegraba saber que todo estaba bien por el momento y que no estaba teniendo ningún tipo de problema con el bebé. El doctor a penas hizo recomendaciones, decía que estaba todo bien y que siguiera como hasta ahora solo que me tomara las cosas con calma, el estrés no era nada bueno.
Salimos de la consulta y Harry me dijo que si íbamos a comprar algunas cosas para el bebé, la verdades que aún no había empezado a casi mirar nada, estaba bastante ocupada con el trabajo la mayor parte de mi tiempo y Harry también y como teníamos el día libre fuimos a mirar algunas cosas.
Hubiera sido genial que nos hubieran dicho hoy el sexo del bebé por lo menos podíamos haber empezado a comprar algo de ropa, pero aún no sabemos que será, hasta la próxima. 

– Sí me hubiera gustado saber que es. -dije en voz baja. - se me está haciendo eterno.

– Pues aún te quedan seis meses de espera Blake.

– A mi ya ti, supongo.

– Sí desde luego que a mi también. Tengo  ganas de tenerlo en brazos y sentir la pequeña fragilidad de un niño, que necesita tu seguridad.

– ¿Al igual que lo hiciste conmigo?

– Sí para mi eras como una niña.

– Pues si conmigo lo hiciste bien con nuestro hijo será mucho mejor.- Harry me cogió la cara entre sus manos y me besó dulcemente.

Para empezar fuimos a buscar un carrito de bebé, no creo que importara mucho si iba a ser un niño o una niña a la hora  de elegir el color, ya que rosa no iba a cogerlo de ninguna manera no era un color que me entusiasmara mucho. Cuando entramos en la tienda yo iba con una idea fija y no tardamos mucho en comprarlo, elegí un carrito con la capota color beige, el carro tenía un cuco, la silla de bebe y la silla para cuando fuera más mayor, encima era  desmontable, lo que sería más cómodo para meterlo en el coche.

La dependienta nos dio que le diéramos una dirección para enviar el paquete y como dentro de unas semanas empezaríamos con la mudanza decidimos dar la nueva dirección,el carro tardarían cosa de un mes en traerlo así que estaríamos allí sin problemas. 
Después fuimos a mirar algunas cosas para la habitación del bebé, miramos varias cosas que podrían servirnos y fuimos apuntando las medidas para compararlas con la habitación que tendría en la nueva casa, salimos de allí y fuimos a comprar algo de ropa, no gran cosa, más bien los bodys, patucos y algunas cosas más para ponerle por lo menos cuando naciera, lo prescindible por el momento.
Con una gran cantidad de bolsas salíamos del centro y nos fuimos hacia el coche, estaba deseando llegar a casa. Mientras conducíamos hacia allí Louis me llamo para invitarnos a los dos a su casa a comer, no pude negarme con ese ton de voz que ponía de pena si no aceptabas así que fuimos hacia su casa.

Kate había preparado algo rápido de comer, nada muy elaborado y la verdad es que se lo agradecí, el apetito mientras estaba embarazada iba y venía, había veces que no tenía nada de hambre y otras como si fuera lo único en lo que podía pensar. 
Nos preguntaron sobre la cita de hoy y se ofrecieron voluntarios para ayudarnos con la mudanza, Louis decía que necesitábamos un hombre fuerte como él para llevar todo lo que teníamos en casa. Era un alivio tener mas gente que nos ayudara, la mudanza sería muy dura teniendo en cuenta que yo a penas podía coger peso, estábamos seguro que los demás también se ofrecerían si se lo pedíamos pero de momento podíamos esperar un par de semanas más.
Por la tarde Harry y Louis quedaron con Niall y con Zayn para jugar un partido de baloncesto en casa de Liam, nos dijeron que si nos íbamos pero yo estaba algo cansada así que Kate y yo nos quedamos en casa, hablando las dos solas.

– Tía no se te nota nada de momento.

– Lo sé, llevo desde que me enteré imaginándome como sería con esa pedazo de tripa. Harry empieza a preocuparse por mis delirios, cuando veo que no se me abulta nada.

– Pobrecito, siempre pendiente de ti, nunca cambiaras. Se leve muy feliz, no para de sonreír cuando habláis del tema.

– Lo sé, tiene incluso más ganas que yo de ser papá.

– No hace falta que lo jures, se le ve a la legua que lo está deseando. ¿Tú estás bien?

– Sí, estoy perfecta, siempre ando un poco cansada pero estoy mejor que nunca Kate. Tengo muchas ganas de que empiece la mudanza¿sabes? puede que sea bueno un cambio de aires.

– Yo iré a verte todos los días, que lo sepas.

– Ya lo sé,es más exijo que lo hagas necesitaré ayuda cuando esté que no pueda menearme y tenga que ir a trabajar.

– ¿Es que piensas trabajar?

– Hombre a ver al principio sí, después no, está claro.

– Pues me paree muy bien que luego te quedas embarazada y dejas de hacer cosas y engordas mucho, mejor hacer algo.

– Gracias.

– Osea no lo digo por lo de engordar, osea engordar vasa engordar igual con el bebé.

– Kate no pasa nada, era una broma.

– Ah vale jajajaja.

– Jajajaja, ¿sabes que estoy haciendo un libro con el embarazo?

– ¿En serio?

– Sí de momento no puedo apuntar grandes cosas pero es una especie de diario.

– Me parece buena idea.

– Por eso quiero que pase más deprisa no veo la hora de rellenar todas las paginas.

– No tengas prisa es la primera vez que te pasa esto, disfrútala.

– ¿ Kate ? Muchas gracia por estar siempre conmigo, nunca podré agradecerte todo lo que has hecho por mi desde que nos conocemos, muy pocas veces te digo todo lo que te quiero pero que sepas que eres unas de las pocas personas que quiero tener conmigo a mi lado siempre. No quiero que nunca te separas de mi, no quiero perder jamás a mi mejor amiga.

– Por que dices eso tonta? No me vas a perder nunca. Anda dame un abrazo

– No lo sé supongo que son las hormonas. - dije mientras se me escapaban algunas lagrimas.

– Pues siempre estaré aquí, me oyes siempre.