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domingo, 30 de septiembre de 2012

D.Blake 3ª parte/ Capitulo 139


Libro del embarazo

Hoy cumplo ocho meses y dos semanas, parece mentira que todo esté a punto de acabar, falta un mes para tu nacimiento y tengo unas ganas infinitas de verte la carita, de sentir como agarrás mi mano y sentir ese vincula tan fuerte hacia una personita como tú.
Papá está muy nervioso, no me deja de cuidarme un solo instante, siempre pendiente de nosotros, aún no sabemos que es lo que nos espera cuando nazcas pero seguro que nos sentiremos igual de felices si eres niño o niña, a pesar de nuestras ganas sigues sin dejarnos ver que eres, y en eso te pareces mucho a tu papá, siempre tan enigmático hasta el final, pero esa es una de las muchas cosas que me enamoró de él y estoy segura de que tú algún día también lo harás con la persona indicada.
Pero no solo somos papá y yo los que deseamos verte, las abuelas Lily y Ana , están como locas por cogerte en brazos, al igual que el abuelo Alfred, no para de preguntar si has echo algo nuevo desde la ultima vez que me vio, estás causando mucho revuelo por aquí y aún no has llegado al mundo.
Kate y Louis siguen también todos tus pasos, a Louis le vuelven locos los bebés y contigo será un tío estupendo, al igual que Niall son como los hermanos que nunca tuve.
Quiero que estés aquí cuanto antes pero aún para eso faltan unas semanas y a medida que se acerca tu llegada me pongo más nerviosa, quiero que todo salga bien.
Te quiere Mamá.
Cerré el libro y miré el jardín estaba todo tan bonito, la primavera estaba llegando y las flores empezaban a florecer en los arboles, hacia un sol brillante y una temperatura esplendida. Esperaba a que viniera Harry del trabajo, yo hacía cosa de un mes que me había dado de baja cuando me empezaron a dar unos ligeros dolores de espalda,todos me obligaron prácticamente a hacerlo, así que me tocaba esperar a que regresara todos los días, siempre con una rosa roja en la mano. Mientras esperaba su llegada hablaba con mi bebé siempre y al escuchar mi voz se movía dentro de mi, al igual que hacía cuando Harry le hablaba o tocaba mi ya enorme barriga, por no hablar de sus tremendas patadas a mitad e la noche, que me hacían pasar las noches en vela. Pero en el fondo era reconfortante pasar todo aquello porque el día que le viera por primera vez sería un día inolvidable para mi.
– ¿Cómo estás  la chica más guapa del mundo?. - dijo Harry sorprendiendo me en el jardín, había llegado antes de lo que esperaba.

– De maravilla. - dije dándole un beso casi con urgencia.

– ¿Estabas escribiendo?

– Sí, quedan dos semanas y quiero escribirlo todo, no como los meses anteriores. ¿Tú que tal hoy?
– Un asco como siempre. Siempre estoy deseando llegar a casa para estar contigo.

– Y yo que regreses. - dije recibiendo un beso. - Ha llamado Louis esta mañana, quiere saber si podías ir con él el sábado.

– ¿No te ha dicho donde?

– No, solo me dijo que le llamaras cuando llegaras pero... es que te quiero para mi, aunque solo sea un rato, después te prometo que dejo que le llames. 

– No puedo negarme a ello. -  Harry hizo un gesto para que me sentara en su regazo y yo con gusto lo hice, apoyé mi cabeza en el hueco de su hombro y dejé que me mimara un poco. Sus besos pausados y lentos eran mi perdición y siempre me hacían perder la paciencia, me hipnotizaban de tal manera que el resto del mundo dejaba de existir. - te quiero.

– Yo también te quiero. - de repente una patada hizo que se me cortara un poco la respiración.  - Bueno creo que te queremos,por aquí hay alguien que se pone celoso. - dije hablando a mi tripa. - Harry comenzó a reír.

– Querrá mimos igual que la mamá. - dijo con una sonrisa.

– Quiero que llegue el día, no puedo esperar más.

– Quedan dos semanas, no es nada.

– Se me harán mas eternas que los últimos ocho meses, sino ya lo verás.

El sábado Harry se fue con Louis a ese asunto tan secreto que se traía entre manos, no había querido preguntarle a Harry  pero podría tener una ligera  sospecha de lo que se podría tratar, como hacía buen día decidí ir a la playa, pillaba cerca de allí así que cogí algunas cosas y me fui. Hacía buen día y quería aprovecharlo un poco antes de ir a mis ultimas clases de pre parto, le dije a Harry que no se preocupara que iba a ir yo sola, así que que no tuviera prisa en volver. Cuando llegue a la playa extendí mi toalla y me senté un rato, no hacía un día tan caluroso como para bañarse pero algunos valientes lo estaban haciendo sobre todo los niños que correteaban sin por la orilla con la esperanza de que la ola no les  salpicara, otros jugaban con su padres a hacer castillos de arena donde vivía una princesa y otros estaban dando un paseo con su padres mientras comían un helado. Mientras miraba a mi alrededor un niña pequeña se acercó a mi y me sonreía, yo la respondí con una sonrisa y un saludo con la mano, la niña se sentó conmigo y puso sus manos sobre mi tripa. Al principio me pareció raro hasta que la niña empezó a hablar.
– Es como la de mamá, solo que esta es más grande.

– ¿Tú mamá también tiene una? ¿vas a tener un hermanito que suerte?

– Sí, pero mamá dice que aún falta mucho hasta que salga.

– Bueno seguro que a ti no te importara esperar ¿a que no?

– No, porque así tendré a alguien con quien jugar. - la niña reía y yo lo hacía con ella, era muy rica.

– Martina, te dije que no te movieras de la toalla. - dijo una mujer la cual supuse que sería su madre, estaba embarazada también estaría de unos cinco meses. - Lo siento mucho, no para quieta un solo segundo.

– Oh no pasa nada.

– Mira mamá es como tú, también va a tener un bebé.

– Ya lo veo cariño. Soy Elisa Callum, encantada.

– Igualmente yo soy Blake Styles, ¿suelen venir mucho por aquí?

– Sí vivimos en la urbanización que pilla cerca de aquí.

– Que casualidad, yo también vivo allí hace unos meses que mi marido y yo nos mudamos allí.

– ¿Estás casada? Uh perdón por ser tan irrespetuosa no tienes porque contestar.

– Oh no me importa, suelen decírmelo mucho, nadie cree que estoy casada siendo tan joven.
– Bueno yo también me he casado joven y mírame voy a cumplir treinta y uno y voy por el segundo niño.

– Yo es el primero y tengo veinticinco recién cumplidos.

– ¿Eres primeriza? ¿Supongo que tendrás miles de dudas?

– Sí las verdad es que si.

– ¿De cuanto tiempo estás?

– De casi nueve meses, salgo de cuentas en dos semanas.

– Buenos pues si quieres saber algo, me encantaría charlar una tarde contigo.

– Sería genial, si me das tú numero te llamo mañana y quedamos, es un alivio conocer a alguien de la urbanización.

– Lo cierto es que si es bueno tener a alguien cerca. Bueno pues espero tu llamada.

– Claro que si, adiós Martina.  

– Adiós. - dijo como una suave melodía. El bebé me dio una nueva patada, pero esta vez lo tomé como que estaba contento por haber estado cerca de una niña, con la que seguro que algún día jugaría.

Cuando llegué a casa me fui directamente a darme un baño tenía la piel pegajosa de la brisa y el pelo se me había ensuciado de la arena. Cuando me sumergí en el agua mi cuerpo se relajó y sentí que me quedaba dormida poco a poco pero tenía que darme prisa porque tenía que ir a las ultimas clases de pre parto. Con pereza salí de la bañera y fui hacia mi cuarto a vestirme, últimamente lo tenía fácil, solo podía ponerme vestidos y poco más... me ahorraba muchos quebraderos de cabeza,una vez lista cogí mi bolsa y me fui hacia las clases. Cuando llegué estaban allí algunas de las chicas con las que me llevaba bien,las salude y entramos en el vestuario, me puse la camiseta de tirantes y las mallas tan horribles que me obligaban a ponerme y nos entramos. No hicimos gran cosa pero era necesario ir, la monitora nos dijo a mi y a dos chica más que nuestras clases finalizaban porque salíamos de cuentas en dos semanas. A la salida estaba Harry esperándome.
– ¿Qué haces aquí?. - dije avanzando hasta él.

– Terminé pronto y quise venir a buscarte, le dije a Louis que me trajera.- Harry me dio un beso mientras cogía mi bolsa, me pasó el brazo por la cintura y nos fuimos hacia mi coche. - No me gusta que conduzcas a estas alturas.

– Harry no iba a venir andando. Deja de regañarme. - dije  con un leve empujón. - ¿Sabes? Hoy he conocido a una chica de nuestra urbanización en la playa, esta embarazada y voy a quedar mañana por la tarde con ella, para charlar un poco.

– Podrá resolver tus dudas.

– Sí, además ella tiene una niña de tres añitos se llama Martina a sido ella la que se ha acercado a mi esta mañana.

– Y seguro que te has puesto a hablar con ella con una sonrisa enorme en la cara.

– Pues si evidentemente, era tan mona.

– Como te conozco.

– Estaría bueno que después de tantos años juntos aún no me conocieras, sería un golpe muy bajo por tu parte.

– Mira que eres tonta cuando quieres, anda venga que debes de estar agota.

– Sí pero antes... - le miré riendo.- tengo un antojo. - Harry suspiró y comenzó a reír también.


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