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domingo, 30 de septiembre de 2012

D. Blake 3ª Parte/Capitulo 135


– Ya voy ya voy.- dije mientras me ponía una bata corta e iba hacia la puerta.

– Pero bueno... ¿aún estabais dormidos?

– ¡Mamá! ¡Papa! Que ganas tenía de veros.- dije abrazándoles a los dos.

– Mi niña ¿Como estás?. - dijo mi padre dándome un beso en la frente.

– Muy bien pasad, no os quedéis ahí.

Mis padres entraron en el salón y les dije que se sentarán que iba a despertar a Harry pero no hizo falta cuando sintió ruido se despertó y ya venía hacia el salón solo con los pantalones del pijama puestos, estaba restregándose los ojos y revolviéndose el pelo como hacia cada vez que se levantaba.
– Buenos días.-  dije dándole un beso.

– Buenos días.- Harry me devolvió mi beso de buenos días y fue hacia  mi madre y mi padre.- Hola Lily, buenos días Alfred ¿Que tal todo?

– Eso lo tendría que decir yo, tenéis que contarnos como os fue el viaje.

– Mamá ¿qué son todas estas bolsas?

– Pues he traído el desayuno.

– ¿Todo esto es el desayuno? 

– Si Blake, he querido que tuvierais de nuevo el típico desayuno francés. Hay gofres, creps, galletas rellenas de crema... bueno ya sabes un poco de todo, solo falta el café y todo estará listo.

– Mama eres increíble.- dije dándola un fuerte beso en la mejilla.

– Bueno voy a la cocina a prepararlo todo.

– Deja que te ayude mamá.

– No Blake dejalo ya voy yo con ella tu siéntate con tu padre un rato y yo preparo el desayuno con tu madre.

– Me alegro mucho de que te ofrezcas voluntario, tenemos que tener mas momentos juntos.- decía mi madre mientras entraba con Harry en la cocina.

Mi padre estaba observando la librería que había al fondo del salón, yo me senté en la mesa del comedor todavía algo adormilada, apoyé la cabeza sobre las manos y me  dejé caer. Después vino mi padre y me dio un abrazo y un beso en la frente cuando me incorporé para mirarle.
– ¿Te gusta alguno?

– Hay libros muy interesantes, algún día te pediré uno. ¿como estás mi niña?

– Bien papá, un poco cansada.

– ¿Sabes? te veo diferente.

– ¿Como diferente?

– Sí estas radiante, será por  el viaje o por tu nueva vida de casada  ero estas diferente, tal vez sea que me he dado cuenta de que mi pequeña Blake ha crecido muy deprisa.

– Será eso papa.- dije cogiéndole de la mano. - ¿Que tal las cosas con mamá?

– Mejor que nunca, me alegra estar así nuevamente, sin peleas, siento lo mal que lo pasaste los últimos meses antes de mi partida Blake.

– No importa ya esta todo olvidado. En el fondo pensaba que la culpable de las peleas era yo, por todo lo que pasó papá, lo lamento mucho, nunca te  lo he dicho pero bueno nunca es tarde para pedir perdón en algunos momentos.

– Blake tu no tenías nada que ver, era el trabajo, la distancia entre tu madre y yo, los problemas que teníamos en casa, el accidente, fue todo un cumulo de cosas pero mi niña no tienes que pedir perdón por nada ahora estamos juntos otra vez y es lo que importa, solo que ahora no tendremos a una rubita correteando por el jardín con una muñeca en la mano.

– Nos echabas de menos ¿verdad?

– Constantemente, nuca pude olvidaros, ni a ti ni a tu madre.

– ¿Y Amelia?

– Supongo que estaba para llenar el vacío que había dejado tu madre.

– Me sentó muy mal.

– Lo sé pequeña lo sé, pero todo eso es parte del pasado no merece la pena recordarlo, lo importante es el presente y es muy favorable Blake, eso es lo que tienes que pensar por encima de todo.

– ¿Que vais a hacer con el trabajo? Bueno... yo ya he vuelto y mamá no tendrá que encargarse de llevar el estudio que tiene aquí,querrá volver a Londres.

– Lo sé lo hemos estado hablando y bueno yo quiero volver a casa, a nuestra casa.

– ¿Te irás con mamá a Londres entonces?. - dije con una sonrisa.

– Sí, pero mamá querrá hacer viajes constantemente para verte, ahora que tiene tiempo y no lleva ella sola la empresa.

– Pues me alegra oír eso papá, siempre echaba de menos a mamá cuando estudiaba en la universidad, una llamada de teléfono no era nada.

Mi madre abrió la puerta d ella cocina con dos platos en las manos y su alegre risa, que siempre había en vuelto nuestra casa en Londres, me gustaba verla así. Harry venía detrás de ella también riendo y en la mano traía el café y mi cola cao, siempre tan atento.
¿Qué hablabais a ver?.- dijo mamá poniendo las tazas de café en la mesa.

– De nada papá me decía que me veía muy guapa y que al final os iréis a Londres.

– Oh bueno pensaba decírtelo ahora, pero Blake no te preocupes, vendremos siempre que podamos además estás en buenas manos.- dijo mirando hacia Harry.

– No importa mamá, me alegro de que todo sea como siempre.

– Bueno vosotros que tal? A ver contarme.

– Pues muy bien mamá,fuimos a visitar todos los lugares que nos recomendaste de parís. El palacio de Versalles me encanto y el Louvre también, vi la escultura de Amor y Psique ¿recuerdas? Es preciosa.

– ¿Qué si me acuerdo? La de charlas que me diste con el mito cuando lo estudiaste en el colegio, decía que eso era la leyenda más bonita que habías visto en la vida.

– Sí eso es justo lo que dijo.- dijo Harry riéndose.

– Oye no os pongáis en mi contra, deberías de tener algo de cultura. No ahora en serio París fue precioso y como no tuve que ir a Disneyland. No podía perdérmelo estando allí.

– Me imagino y ¿cómo que hicisteis un nuevo destino cuando regresabais?


– Bueno quería que fuera un sorpresa, Blake no sabía nada y cuando miramos para irnos de viaje ella se enamoró de una de las fotos de aquellas playas así que que mejor oportunidad que esa. Asique los cogí a escondidas y le di mi particular regalo de novios.
– Cierto, mamá era un paraíso, que agua tan cristalina, las playas ¡Que playas! Volvería encantada y el hotel era esplendido.

– Ya veo que no perdisteis en tiempo en un viaje tonto. Me alegro mucho entonces. Además venís muy morenos los dos, estáis muy guapos espero que la playa haya servido para que descanséis un días ya que París era todo para visitar.

– Bueno también hay nuevas noticias del viaje.

– ¿A sí? Bueno ¿y de que se trata?.- dijo mi padre dando un sorbo a su café.

– Nos enteramos ayer.

– Blake hija que ganas de suspense que tienes, ¿no decías que estabas dormida?, cuéntalo ya.

– Para finales de mayo vais a ser abuelos. Estoy embarazada.

Mi madre empezó a gritar y vino corriendo hacia mi, me cubría de besos la cara entre abrazo y abraza, se lo había tomado muy bien ala vista estaba, cuando termino conmigo fue a por Harry y me padre se acercó a mi, me dio un fuerte abrazo y  despues me cogió por los hombros y me miró intensamente.
– Sabía que a mi pequeña la pasaba algo, te conozco demasiado.

– No podía ocultarlo tanto.

– Me alegro mucho por vosotros. - dijo mi madre, aún abrazada a Harry.- que noticia tan buena, ¿ya lo saben todos?

– No aún no, tenemos que decírselo a los chicos, solo lo saben Kate y Mike vinieron ayer al medico conmigo y con Harry.

– Verás cuando se enteré Vicky.

– Se pondrá histérica, no se lo esperará. La llamaré después de comer.

Mis padres se fueron cerca de la una y cuando por fin Harry y yo nos quedamos solos, nos tumbamos en el sofá abrazados, no hacía falta decir una palabra, las caricias y gestos lo decían todo. Harry se incorporó levemente y me susurró en el oído.
Te quiero.

– ¿Por que lo dices tan bajito?

– No quiero romper esto.

– Esas palabras siempre serán bienvenidas.

– Prefiero que las oigas solo tú, las hacen más especiales.

– Que tonto eres, pero era probablemente a  la persona que más quiera en este mundo.

Mientras Harry me daba un beso en la mejilla llamaron a la puerta, con bastante insistencia. Harry se levantó de un salto y fue hacia la puerta, estaba asustándome cuando de repente, vi que Louis, Niall, Liam y Zayn se tiraban literalmente encima de Harry derivándolo en el suelo, mientras gritaban como locos, después vinieron Kate, Claire  y Taylor hacia mi abrazándome.
– Valla veo que las buenas noticias corren solas, ¿no Kate?

– Lo siento no pude resistirme y Mike tampoco.- este entró por la puerta saltando sobre el bollo que habían hecho encima de Harry.

–Bueno bueno, necesito que me dejéis vivo al padre de la criatura, si no os importa.- en que hora dije eso, todos vinieron hacia mi solo que a mi no me tiraron pero si me apretujaron en un abrazo. Después uno a una me fue dando la enhorabuena.

– Que sepas que aún no me lo puedo creer, esto se dice al momento. - dijo Louis fingiendo estar enfadado.

– Eso si no llegan a decirlo Mike y Kate nos quedamos sin saberlo hasta que os veamos.- dijo Liam.- Valla amigos.

– Íbamos a contarlo pero queríamos dejar pasar unos días para descansar no hemos parado desde aluna de miel.

– Parece que no perdiste el tiempo en las aguas cristalinas del caribe ¿eh ricitos?. - dijo Zayn, levantando una ceja.

– Muy graciosos. No creo que os importe mucho, creo que sabéis como va esto.

– Oh venga callaros hombre que no dejáis que hable la rubita.- dijo Niall cogiéndome por los hombros y dándome un beso en la mejilla.

– No tengo nada que decir estos dos a penas me habrán dejado algo por contar.

– Puede que si, ya sabes como son.- dijo Niall y todos empezamos a reír.- aún así esto hay que celebrarlo ¿no? No tendremos todos los días una pequeño ricitos rubio correteando por aquí.

– No se hable más, eso si invitan ellos.

– ¿Cómo tienes tanto morro Louis?.- dije dándole un leve empujón. - Estaré embarazada pero aún puedo darte una paliza.

– No, no, si hombre, va venga que era una bromita.  

Los chicos esperaron en el vestíbulo mientras Harry y yo nos vestimos para irnos a comer. 
La tarde prometía, estábamos todos juntos disfrutando de un día muy agradable, primero fuimos a comer y despues fuimos a dar una vuelta por el Central Park, Niall sacó de su coche una pelota de baloncesto y se pusieron a jugar mientras que Kate, Claire, Taylor y yo nos sentábamos en el césped a hablar de nuestras cosas.
– ¿Como estás? ¿te sientes rara?

– Mm no, lo cierto es que estoy como siempre, aún no noto nada excepto los mareos y las nauseas, sin insoportables, pero pasarán pronto.

– Dicen que los primeros cuatro meses son los peores, sobre todo por las nauseas al levantarte.

– Solo espero que pase pronto. Aún se me hace raro pensar que llevo a mi hijo dentro de mi. No sé es raro.

– Jo Blake, ya verás cuando empieces a notar que se mueve y que empieza a dar patadas, tiene que ser una experiencia de las que no se olvidan.

– Si la verdad es que si, pero aún tengo cosas de lasque ocuparme antes de nada, tengo muchas cosas pendientes por hacer.

– ¿Vas a seguir en el trabajo?

– Por un tiempo sí, por eso necesito que tú Kate estés conmigo, te quiero como mi mano derecha por así decirlo.

– Pues claro que si eso ni lo dudes.- dije dándome un abrazo.

– ¿No crees que a lo mejor es muy estresante?

– Todo trabajo es estresante Claire pero tengo que trabajar, estoy embarazada, no convaleciente, evidentemente cuando crea que debo darme de baja lo haré, pero de momento quiero terminar algunos proyectos.

– Tiene razón si se queda en casa esperándolos siete meses que faltan para que nazca se va a morir de aburrimiento allí.

– Exacto, bueno y parte del trabajo tengo que preparar muchas cosas para cuando nazca aún no he pensado todo lo que necesito pero me temo que será una lista muy larga.

– Ni que lo digas, yo recuerdo cuando nació mi hermana y mi madre no daba a basto con todas las cosas. - dijo Taylor con un suspiro.- Nunca sabes todo lo que necesita un bebé.

Mis amigas intentaban darme consejos sobre algunas coas,ninguna de ellas había tenido niños pero al tener hermanas mayores tenían la experiencia de que sus hermanas se habían quedado embarazadas, excepto Kate, que era hija única pero le encantaban tanto los niños que estaba puesta al día de todo.
Se estaba haciendo tarde y a pesar de no haber hecho nada en todo el día sentía el cuerpo muy cansado, era como si llevara días sin dormir.
Cuando entré de nuevo en casa, me di cuenta de que era o más maravilloso del mundo, Harry dijo que tenía que cenar  algo pero estaba tan llena desde la comida que no me entraba absolutamente nada. Harry me miró de nuevo y supe que hasta que no comiera  algo no me dejaría en paz, así que le dije que me preparara un vaso de leche con galletas que además me ayudaría a dormir.
Harry me trajo la leche y la dejó encima de la mesa, después se sentó a mi lado en el sofá.

– ¿Sabes? He estado pensando un cosa durante algunos días.

– ¿El que?. - dije metiéndome una galleta en la boca haciendo que me goteara toda la leche por la barbilla. Harry comenzó a reírse.

– ¿Qué haces?

– Es que se me iba a caer y claro me he pringado la cara.

– Anda ven. - Harry me limpió los restos de migas de la barbilla con el dedo y después me dio un beso.

– Gracias, a falta de servilletas buenos son tus labios.

– Lo haré encantado. - dijo. - ahora en serio, he pensado en comprarnos una casa.

– ¿Una casa? ¿para que?

– Sé que te gusta este piso es tuyo desde que te mudaste a Manhattan pero cuando nazca el bebé a penas habrá espacio aquí.

– No lo había pensado,es cierto que la habitación que esta libre es algo pequeña para tener todas las cosas que el niño necesite, pero es que es un rollo buscar casa ahora y hasta que encontremos una decente y podamos comprarla, el aniño tendrá diez años como mucho.

– No tiene por que, sé que el centro de la ciudad te encanta pero yo he pensado en un lugar algo más apartado, ya sabes.

– ¿Las afueras de Manhattan?

– No he pensado más en las zonas residenciales, hay casa grandes, con jardín y piscina.

– No sé Harry, me daría mucha pena dejar esta casa, han pasados muchas cosas aquí.

– Solo es una idea. No tenemos porque mudarnos.


– Haber no es mala idea, es cierto que aquí no hay espacio para meter tantas  cosas pero...

– No importa Blake tú piénsalo. 

– Vale, está bien pero quiero seguir conservando esta casa.

– Bueno esta casa al fin y al cabo es de tu padre, te la compró él cuando llegaste aquí.

– Sí eso es cierto, bueno pues no hay mas que hablar, empezaremos a buscar una casa, pero tiene que ser una especial.

Harry parecía contento con mi respuesta, a mi me daría pena dejar esto pero tener un niño iba a cambiar nuestras vidas para siempre, mi apartamento esta bien si eramos dos personas pero era verdad que se nos iba a quedar pequeño, por eso quería que en esa casa empezáramos una nueva etapa en nuestras vidas, y ahora pensándolo bien sería una idea estupenda hacerlo.

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