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jueves, 11 de octubre de 2012

Diario de Blake 3ªParte/ Capitulo 141


Hugo, crecía rápido, cuando nos quisimos dar cuenta ya tenía tres meses, y cada vez se parecía más a mi según decían, aun que yo veía que tenía cosas de los dos, tenía el pelo rubio igual que yo y el pelo tan liso como el mio, sin embargo los ojos y la sonrisa era de su padre, tenía momentos en que se parecía a mi y otros a Harry era la mezcla perfecta de los dos. Y me gustaba que fuera así.
Hugo era un niño muy bueno a penas daba guerra y me dejaba un tiempo para mi y para Harry, así podíamos estar juntos. Siempre que se quedaba dormido me encantaba mirarle cuando tenía esas respiraciones tan profundas o cuando sonreía a causa de un sueño. Era un pequeña personita que había traído mas felicidad a esta casa.

Celebramos el bautizo en verano, cuando cumplió los cuatro meses, por aquel entonces Hugo no paraba de reírse con todas las tonterías que le hacías.
Cuando decíamos que Hugo crecía a la velocidad del viento era muy cierto, pronto llego el día de su primer cumpleaños el día siete de mayo, por aquellas fechas empezó a soltarse y a andar solito, aunque con un poco de ayuda. Niall y Louis le tenían demasiado mimado y siempre que le veían le traían miles de juguetes que luego no me cabían en ningún sitio, pero ellos parecían disfrutar haciéndolo por él así que yo no iba a impedírselo.
El tiempo pasaba cada vez más deprisa y Hugo cada vez era más mayor, me daba pena que ya no fuera un niño tan pequeño pero todas las edades tienen algo bueno. Hugo comenzó a ir al cole y aun que al principio fue duro para todos, al final acabamos acostumbrándonos.
Harry empezó a insistirle un poco con el fútbol pero Hugo no le hacía mucho caso, por mas que Harry Niall y Louis insistían en comprarle miles de balones y equipaciones de fútbol, no fue hasta que cumplió los cuatro años que se interesó algo más por ello.
Aquella mañana hacia un día esplendido cuando me desperté pero eran aún las ocho de la mañana y no pensaba levantarme, la costumbre de dormir hasta tarde nunca se me había quitado y eso que ya tenía casi los treinta en unos días. Me di la vuelta para abrazarme a Harry y en cuanto comencé a dormirme otra vez Hugo vino corriendo a nuestra cama.

- ¡DESPERTAROS YA! ¡PAPÁ NO TENEMOS TIEMPO QUE PERDER! - Hugo comenzó a saltar en la cama para que nos despertáramos y fuéramos a la playa como le habíamos prometido

- Hugo tenemos tiempo de sobre sino iremos otro día. - dijo Harry haciéndose el tonto.

- ¿Pero no sabéis que día es hoy? ¿mamá?

- Hoy es sábado Hugo.

- Pero... - Hugo estaba desconcertado se creía que habíamos olvidado su cumpleaños.

- ¡Pero tonto! ¿Qué pensabas que me había olvidado del cumpleaños de mi pequeño?- Hugo sonrió feliz y se tiró sobre mi para abrazarme.

- Sabía que no se os había olvidados. - dijo feliz

- Felicidades campeón. - dijo Harry cogiéndole por los pies dándole un voltereta en la cama.- ¿Qué quieres hacer hoy?

- Me prometiste que iríamos a jugar al fútbol

- Pues no se hable más. - dije cogiéndole otra vez para abrazarle. - Cada vez te haces más mayor.


Pasamos la mañana los tres tres juntos en el parque que había a unos minutos de casa. Harry y Hugo jugaban al fútbol mientras que yo miraba sonriendo todos sus movimientos, cada vez jugaba mejor y Harry no paraba de cogerle una y otra vez cada vez que metía un gol, se lo estaban pasando en grande. Mientras ellos seguían jugando yo me puse a hacerles fotos para mi famoso álbum de recuerdos, casi lleno después de tantos años y momentos inolvidables.

- Mamá tengo hambre, tenemos que irnos a casa que van avenir todos a mi cumple.

- Hugo... hasta las siete no vienen y son las dos, nos vamos a comer pero aún falta un poco para la fiesta.

- No importa, tenemos que irnos. ¡Papá! Vayámonos y luego jugamos en el jardín ¿vale?

De nuevo pusimos rumbo a casa los tres cogidos de la mano. Hugo estuvo todo el día revolucionado por su festa de cumpleaños tenía unas ganas locas de ver a sus tíos Louis y Niall, sabía que ellos eran los que le traían los regalos mas grandes y en consecuencia los que más le gustaban. No tenían remedio por mas que se lo decíamos.
Llegó la tarde y la gente empezó a venir a casa, Mike llegó de los primeros junto con James , después vinieron los abuelos y la tía Gemma, el salón estaba lleno de papel de regalos por todos los lados y a mi me iba a dar algo.
Por fin sobre las ocho y media llegaron Louis y Niall, llegaron los dos juntos y con dos regalos enormes en la mano.

- ¿Pero si os dije que nada de regalos grandes?

- Si claro, dejamos mimarle un poco.

- ¿Un poco?

- Tío Louis , tío Niall. - Hugo vino corriendo hacia ellos y empezaron los tres a gritar como locos, Harry me abrazó por la cintura mientras me hacia reír un poco. 

Hugo estaba tan feliz con todos los regalos que fue imposible quitarle las botas de fútbol que le habíamos regalado Harry y yo por su cumpleaños, después salieron a la luz la equipación profesional de portero que Louis le había regalado y miles de cosas más que habían traído entre los dos. Cuando por fin le pillamos por el salón le dijimos que soplara las velas. La familia y amigos cantaban el cumpleaños feliz a Hugo que cada vez se ponía mas colorado, en eso se parecía a mi, le daba vergüenza tener toda la atención puesta en él.
Sopló a vela y le di un besazo en la cara que le dejé marcado todo el pintalabios, Hugo se dio la vuelta y nos abrazó a los dos y mi madre no pudo evitar tomarnos una foto a los tres.

- Felicidades pequeño. - no pude evitarlo y me puse a llorar.

- ¡Oh la mami, se pone tontorrona!. - dijo Niall abrazándome.

- Lo siento no puedo evitarlo. -dije riendo y llorando a la vez.

Ya no me importaba nada excepto la felicidad de mi familia, Hugo y Harry era lo más grande que tenía en mi vida por el momento y nada me separaría de ellos.
Aún recordaba la primera vez que Hugo me cogió el dedo con su diminuta manita. Y ahora que le veía así tan mayor me sentía muy orgullosa de como le estaba cuidando y como estaba enseñándole, con la ayuda incondicional de mi para siempre, Harry.







lunes, 8 de octubre de 2012

D.Blake 3ª parte/ Capitulo 140 (2ª Parte)


– ¿Blake que hacemos?. - dijo llevándose las manos a la cabeza.

– Harry tranquilízate ¿vale? No me pongas más nerviosa, no podemos perder tiem... - sentí un dolor intenso y supe lo que era al instante era mi primera contracción, ahora entendía ese malestar durante toda la tarde, el bebé se estaba preparando para salir.

– ¿Que pasa?. - dijo cogiéndome del brazo haciendo que me quedara apoyada sobre el.

– Una contracción y duele un poco, tenemos que ir al hospital ya.

– Pero tendremos que llamar a alguien.

– No hay tiempo. Harry coge mis cosas y vayamonos ya. - de nuevo aquel dolor que me doblaba por completo.

– Respira Blake, respira.

– Vale ya, estoy bien... uff. - Harry corrió escaleras arriba para ir a por la bolsa bajó de nuevo y nos fuimos hacia el coche.

– Vamos venga, espera que te ayudo Blake no seas bruta. - dijo mientras me montaba en la parte de atrás del coche. Le miré con una mirada furibunda  y después respiré hondo otra vez.

20 minutos más tarde.

– Me duele mucho, me duele Harry. - las contracciones cada vez eran mas intensas y con menos tiempo de diferencia, sentía que me moría.

– Aguanta un poco ya casi estamos, solo un poco vale respira. - dijo Harry mirando hacia el asiento de atrás.

– ¡Pero mira hacia delante!. - chillé

– Lo siento, pero es que estoy muy nervioso Blake.

– Tú centrate en llegar o antes posible.

Me dolía cada vez más ,peor no quería quejarme mucho por Harry, estaba muy nervioso y solo faltaba que tuviéramos un accidente por estar pendiente de mi, así que aguanté un poco hasta que llegamos al hospital.
Cuando llegamos las enfermeras en enseguida me montaron en una silla de ruedas y me llevaron a  una  habitación. Harry estaba detrás de mi llamando por  teléfono a alguien, no me enteré de quien era, mi prioridad ahora era respirar para evitar algo más el dolor.
Las enfermeras me dieron  un camisón, que Harry ayudó a colocármelo,tenía el cuerpo encogido  por las contracciones y me costaba estirarme. Como pudimos me coloqué el camisón y me tumbé en la cama, con el gotero que me habían colocado nada más entrar allí. Que ayudaría a dilatar... una mierda, eso dolía igual que antes.
Harry me cogía de la mano y me retiraba el pelo para darme un beso en la frente para animarme.
– ¿A quien has llamado?

– A Kate y a Louis, es lo primero que se me ocurrió.

– ¿Puedes llamar a Niall?. - dije en un esfuerzo por no gritar.

– Claro pero...

– Por favor... - Harry cogió su teléfono y salió un momento al pasillo para llamarle, quería que Niall estuviera conmigo, siempre clamaba mis ánimos cuando estaban de los nervios si Harry no estaba y Harry en estos momentos estaba más atacado que yo.

– Ya está de camino, estaba durmiendo.. pero se espabiló en cuanto le dije lo que pasaba.

– Me lo imagino... - dije en un susurro. Una enfermera regordeta entró en la habitación para ver como iba y par decirme si quería la epidural, a lo que contesté que sí sin dudarlo. A los cinco minutos trajo una enorme jeringuilla, me sentó de espaldas a ella y me la puso, era una sensación de dolor asquerosa pero era eso o desmayarme al tener a mi niño.

– No se preocupe pronto acabará todo, respiré y en un rato vengo a ver como está.
La enfermera abandonó de nuevo la habitación y me quede sola con Harry, no hablábamos ninguno, no es que no quisiéramos pero es que era una situación muy rara, yo me moría de dolor y Harry se veía impotente por no poder hacer nada por mi.

– No te preocupes, ya casi no duele.

– ¿Segura?. - dijo apretando mas mi mano.

– Segura.- dije no muy convencida.

La mujer regordeta entró de nuevo y sin decir una sola palabra salió de la habitación y al rato una gran contracción se apoderó de mi, esta era la definitiva estaba segura. Mi bebé estaba a punto de salir.

[…]

No sentía nada, la gente me gritaba que empujara y yo hacía lo que me pedían, gritaba  y apretaba la mano de  Harry hasta tal punto que le estaba estrangulando los dedos, tenía la mano llena de  la marca de mis uñas sobre su piel. La mano que le quedaba libre, me retiraba el pelo sudado de la cara, me decía al oído que empujara y respirara y entonces lo oí,oí aquel llanto, ya no sentía ningún tipo de presión en mi, sabía que de nuevo era una sola persona, aquel llanto me despejó de todo, solo quería verle, ver a mi pequeño.
Harry se colocó donde estaba el doctor y cortó el cordón. Y al volver hacia mi tenía entre sus manos a la cosita mas bonita que había visto en mi vida. Con cuidado me puso a mi pequeño sobre mi regazo y sentí sus fuertes latidos y su respiración contra mi pecho. Por fin estaba conmigo.

– Es un niño. - dijo Harry llorando mientras me besaba en los labios.

– ¿De verdad?. - el llanto vino a mi, no lloraba por el dolor,ya no sentía nada, lloraba de alegría por fin tenía a mi pequeño en brazos y Harry estaba ami lado, no podía ser más feliz.


[…]

– ¿Dónde de está?. - dijo Kate entrando por la puerta.

– Esta aquí, shh, no le vallas a despertar. - dije mientras le destapaba un poco para que pudiera verle en la cuna.

– Ay jo, que cosita , me encanta Blake, que mono es por favor, es para comérselo. - dijo Kate mientras me daba un abrazo y lloraba como una magdalena. - ¿Y tú como estás?

– Algo dolorida, pero feliz Kate, estoy feliz, no puedo pedir nada más.

Vino Louis con Harry y me dio la enhorabuena, estaban todos tan contentos como nosotros, sabía que mi pequeño sería el cebo de todas sus bromas, pero ya me encargaría yo de que eso no fuera así. A la hora de llegar Louis y Kate,llegó Niall, tenía la cara colorada, se notaba que había corrido hasta llegar hasta aquí. En cuanto llegó abrazó a Harry y por ultimo a mi, con quien estuvo durante un rato y de nuevo no pude evitar ponerme a llorar.
¿Como está la mamá?. - dijo mientras cogía a mi bebé.

– Estoy bien, me alegro de que estés aquí Niall. Quería que estuvieras aquí tenemos que decirte algo Niall. - no nos estaba haciendo caso, tenía toda su atención puesta en el niño.

– ¿Qué? Ah lo siento, es que mirale que carita. - dijo como un bobo. - ¿Qué nombre le habéis puesto?

– Hugo.- dijo Harry adelantándose a mi. Ni siquiera habíamos pensado en si al final le pondríamos ese nombre pero Harry pareció decidir por los dos y me pareció el mejor nombre que le podríamos poner. - Niall queremos que seas el padrino de Hugo. 

– ¿En serio?

– Sí, Blake quería que fueras tú ya mi también me gustaría, la has ayudado mucho en muchas ocasiones.

[Narra Harry]

Tres días más tarde.
Los tres salimos del hospital y pusimos rumbo a casa. Ahora eramos uno más en casa y era la mejor forma de regresar. Sabiendo que Hugo estaba con nosotros dos. Blake estaba tan feliz que parecía que desprendía luz, no se separaba de Hugo en ningún momento. Y el poco tiempo que teníamos para estar juntos lo perdíamos en observar a nuestro pequeño niño. 
Nuestras familias vinieron los primeros días a visitarnos en el hospital. Mis suegros venían en un par de días a ver a su nieto y hasta entonces estaríamos los tres solos en casa.
Por fin llegamos y Blake se puso a darle de comer al niño mientras yo me duchaba y recogía un poco todo aquello, a penas había parada allí en estos días y estaba todo un poco desordenado a Blake  le daría algo si viera como estaba la habitación de revuelta. Cuando salí de la ducha Blake y el bebé estaban tumbados sobre la cama. Llevaba días sin dormir y no pudo evitar quedarse dormida en cuanto llegó a nuestra cama. Los dos dormían plácidamente y me daba mucha pena despertarla para  comer, asique cogí una manta y les tapé ambos.

Estábamos en casa los tres juntos y para mi con eso me bastaba para vivir feliz. La persona más feliz que podía haber en ese momento en el mundo. Tenía a mi propia familia y es algo que jamás había imaginado tener y todo era gracias a mi pequeña Blake.



Capitulo 140


– Me alegro mucho de que me llamaras. Me vendrá bien desconectar un poco.

– Muchas gracias a ti por aguantarme a mi con todas mis preguntas. Te aseguro que no son pocas.

– Tranquila, si se trata  de ayudarte lo haré encantada. 

Elisa me llevó a una cafetería donde había un parque para que Martina pudiera estar allí sin problemas , así mientras ella jugaba yo podría charlar con ella. Martina no paraba quieta un solo segundo y siempre quería estar en la mesa con nosotras en vez de jugar, Elisa siempre la decía que se fuera a jugar un rato mientras nosotras tomábamos algo allí, al cabo de un rato pareció convencerse y decidió irse a jugar.
– Perdona, es que no hay quien la controle.

– No importa. - dije con una sonrisa.

– ¿Y cuantos años dices que tenías?

– Veinticinco cumplí a principios de mayo.

– Valla eres muy jovencita.

– Sí pero a mi no me da la sensación de que he corrido demasiado.

– Si es lo que piensas, que sea así y que nadie te haga cambiar de opinión.

– No lo harán.

Fue una tarde muy amena, Elisa era muy maja y me ayudaba en todo lo que podía en cuanto a preguntas se trataba, me tranquilizó un poco saber algo más sobre lo que me pasaría en unos pocos días. Debía de confesar que el momento del parto me aterraba, ese dolor del que todos hablaban como lo peor del mundo a mi me quitaba el sueño. Pero no quería pensar en ello, debía de centrarme en otras cosas que aún me faltaban por hacer antes de darle la bienvenida a nuestro pequeño o pequeña.
Me despedí de Elisa y Martina vino corriendo hacia mi para darme un abrazo, la pequeña se hacía querer y eso que la conocía de el día anterior, estaba muy sensible, necesitaba hablar con mamá así que en cuanto llegué a casa la llamé.
Mamá se preocupaba demasiado por mi incluso estando a distancia, llegaba a preguntarme lo mismo una cincuenta veces en menos de cinco minutos y aunque a veces era demasiado pesada se lo agradecía enormemente.
– Te echo de menos mamá.

– Y yo cariño pero la semana que viene papá y yo viajaremos para estar contigo en tus últimos días antes de dar a luz.

– No creo que me mueva de aquí mamá. - Harry entró por la puerta en ese momento y me dijo que le mandara un beso a mi madre de su parte. - dice Harry que un beso... vale yo se lo digo, bueno mamá te dejo ¿vale? Te quiero, adiós.

Harry salió de la cocina con una botella de agua y un vaso en la mano para mi, últimamente estaba muy escrupulosa con todo. Me incorporé un poco en el sofá, el bebé me estaba clavando algo en las costillas y me estaba matando.
¿Estás bien?

– No me esta dando una tarde horrible no para de moverse y me hinca los codos, duele un poco, bueno es más bien molesto. 
– Deberías irte a dormir.

– Si claro sin cenar. - dije poniendo os ojos en blanco.

– Es imposible que tengas hambre si te has comido  un montón de cosas para merendar,lo he visto encima de la encimera.

– Pues si que tengo, este pequeño monstruito pateador no para de quejarse porque al parecer no se queda satisfecho.

– Es igual de quejica que tú. - dijo acercándome para besarme.

– Si y ahora quieres un beso. -dije apartando la cara. - no deber decirle esas cosas una una mujer embarazada la mala leche también se multiplica.

– No será para tanto. - volvió a intentarlo pero le puse la mano en la cara. - ¡Ay Blake! dejame darte un beso.

– No quiero. - dije riendo al ver su cara. Harry me miró con una sonrisa malévola y se puso a hacerme cosquillas como solía hacer antes, no podía parar de reírme y el niño se movía conmigo como si le molestara que me estuvieran haciendo eso y entonces sentí que algo  me caló todo el pantalón.

– ¿Blake no me digas que te has hecho pis de la risa?

– No, Harry no me he hecho pis encima. - dije pálida.

– ¿Entonces que es esto?. - dijo señalando el charco que había en el suelo.

– Acabo de romper aguas.

A Harry le cambió la cara, igual que a mi. Esto  solo podía significar una cosa, estaba de parto.