Hugo,
crecía rápido, cuando nos quisimos dar cuenta ya tenía tres meses,
y cada vez se parecía más a mi según decían, aun que yo veía que
tenía cosas de los dos, tenía el pelo rubio igual que yo y el pelo
tan liso como el mio, sin embargo los ojos y la sonrisa era de su
padre, tenía momentos en que se parecía a mi y otros a Harry era la
mezcla perfecta de los dos. Y me gustaba que fuera así.
Hugo
era un niño muy bueno a penas daba guerra y me dejaba un tiempo para
mi y para Harry, así podíamos estar juntos. Siempre que se quedaba
dormido me encantaba mirarle cuando tenía esas respiraciones tan
profundas o cuando sonreía a causa de un sueño. Era un pequeña
personita que había traído mas felicidad a esta casa.
Celebramos
el bautizo en verano, cuando cumplió los cuatro meses, por aquel
entonces Hugo no paraba de reírse con todas las tonterías que le
hacías.
Cuando
decíamos que Hugo crecía a la velocidad del viento era muy cierto,
pronto llego el día de su primer cumpleaños el día siete de mayo,
por aquellas fechas empezó a soltarse y a andar solito, aunque con
un poco de ayuda. Niall y Louis le tenían demasiado mimado y siempre
que le veían le traían miles de juguetes que luego no me cabían en
ningún sitio, pero ellos parecían disfrutar haciéndolo por él así
que yo no iba a impedírselo.
El
tiempo pasaba cada vez más deprisa y Hugo cada vez era más mayor,
me daba pena que ya no fuera un niño tan pequeño pero todas las
edades tienen algo bueno. Hugo comenzó a ir al cole y aun que al
principio fue duro para todos, al final acabamos acostumbrándonos.
Harry
empezó a insistirle un poco con el fútbol pero Hugo no le hacía
mucho caso, por mas que Harry Niall y Louis insistían en comprarle
miles de balones y equipaciones de fútbol, no fue hasta que cumplió
los cuatro años que se interesó algo más por ello.
Aquella
mañana hacia un día esplendido cuando me desperté pero eran aún
las ocho de la mañana y no pensaba levantarme, la costumbre de
dormir hasta tarde nunca se me había quitado y eso que ya tenía
casi los treinta en unos días. Me di la vuelta para abrazarme a
Harry y en cuanto comencé a dormirme otra vez Hugo vino corriendo a
nuestra cama.
- ¡DESPERTAROS YA! ¡PAPÁ NO TENEMOS TIEMPO QUE PERDER! - Hugo comenzó a saltar en la cama para que nos despertáramos y fuéramos a la playa como le habíamos prometido
- Hugo tenemos tiempo de sobre sino iremos otro día. - dijo Harry haciéndose el tonto.
- ¿Pero no sabéis que día es hoy? ¿mamá?
- Hoy es sábado Hugo.
- Pero... - Hugo estaba desconcertado se creía que habíamos olvidado su cumpleaños.
- ¡Pero tonto! ¿Qué pensabas que me había olvidado del cumpleaños de mi pequeño?- Hugo sonrió feliz y se tiró sobre mi para abrazarme.
- Sabía que no se os había olvidados. - dijo feliz
- Felicidades campeón. - dijo Harry cogiéndole por los pies dándole un voltereta en la cama.- ¿Qué quieres hacer hoy?
- Me prometiste que iríamos a jugar al fútbol
- Pues no se hable más. - dije cogiéndole otra vez para abrazarle. - Cada vez te haces más mayor.
Pasamos
la mañana los tres tres juntos en el parque que había a unos
minutos de casa. Harry y Hugo jugaban al fútbol mientras que yo
miraba sonriendo todos sus movimientos, cada vez jugaba mejor y Harry
no paraba de cogerle una y otra vez cada vez que metía un gol, se lo
estaban pasando en grande. Mientras ellos seguían jugando yo me puse
a hacerles fotos para mi famoso álbum de recuerdos, casi lleno
después de tantos años y momentos inolvidables.
- Mamá tengo hambre, tenemos que irnos a casa que van avenir todos a mi cumple.
- Hugo... hasta las siete no vienen y son las dos, nos vamos a comer pero aún falta un poco para la fiesta.
- No importa, tenemos que irnos. ¡Papá! Vayámonos y luego jugamos en el jardín ¿vale?
De
nuevo pusimos rumbo a casa los tres cogidos de la mano. Hugo estuvo
todo el día revolucionado por su festa de cumpleaños tenía unas
ganas locas de ver a sus tíos Louis y Niall, sabía que ellos eran
los que le traían los regalos mas grandes y en consecuencia los que
más le gustaban. No tenían remedio por mas que se lo decíamos.
Llegó
la tarde y la gente empezó a venir a casa, Mike llegó de los
primeros junto con James , después vinieron los abuelos y la tía
Gemma, el salón estaba lleno de papel de regalos por todos los lados
y a mi me iba a dar algo.
Por
fin sobre las ocho y media llegaron Louis y Niall, llegaron los dos
juntos y con dos regalos enormes en la mano.
- ¿Pero si os dije que nada de regalos grandes?
- Si claro, dejamos mimarle un poco.
- ¿Un poco?
- Tío Louis , tío Niall. - Hugo vino corriendo hacia ellos y empezaron los tres a gritar como locos, Harry me abrazó por la cintura mientras me hacia reír un poco.
Hugo
estaba tan feliz con todos los regalos que fue imposible quitarle las
botas de fútbol que le habíamos regalado Harry y yo por su
cumpleaños, después salieron a la luz la equipación profesional
de portero que Louis le había regalado y miles de cosas más que
habían traído entre los dos. Cuando por fin le pillamos por el
salón le dijimos que soplara las velas. La familia y amigos cantaban
el cumpleaños feliz a Hugo que cada vez se ponía mas colorado, en
eso se parecía a mi, le daba vergüenza tener toda la atención
puesta en él.
Sopló
a vela y le di un besazo en la cara que le dejé marcado todo el
pintalabios, Hugo se dio la vuelta y nos abrazó a los dos y mi madre
no pudo evitar tomarnos una foto a los tres.
- Felicidades pequeño. - no pude evitarlo y me puse a llorar.
- ¡Oh la mami, se pone tontorrona!. - dijo Niall abrazándome.
- Lo siento no puedo evitarlo. -dije riendo y llorando a la vez.
Ya
no me importaba nada excepto la felicidad de mi familia, Hugo y Harry
era lo más grande que tenía en mi vida por el momento y nada me
separaría de ellos.
Aún
recordaba la primera vez que Hugo me cogió el dedo con su diminuta
manita. Y ahora que le veía así tan mayor me sentía muy orgullosa
de como le estaba cuidando y como estaba enseñándole, con la ayuda
incondicional de mi para siempre, Harry.