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domingo, 30 de septiembre de 2012

New Novela: Recuérdame


La historia tratará sobre una chica de diecisiete años que se llama Amy Fletcher. Ella tenía una vida maravillosa en España junto a sus padres, pero cuando cumplió 15 años, algo en ella cambió, ya no era la misma chica y todo el mundo se estaba dando cuenta, dejó de lado a sus amigos y a su novio por culpa de unos sueños que ni ella misma sabía de donde procedían, solo sabía que estaba enamorada de aquel misterioso chico. pero cada mañana al despertar su rostro había desaparecido de sus recuerdos.
Después de unos meses con algo de ayuda Amy consigue ser más o menos la de siempre y dejar de lado todo lo ocurrido pero no todo es como antes, su mejor amiga la ha abandonado y su novio aunque sigue con ella, sabe que Amy es totalmente diferente y todo se verá intensificado cuando a causa de un accidente los padres de Amy mueren, siendo ella la única superviviente.
Amy queda a cargo de su tío Lewis, un hombre joven que no sabe como lidiar con una adolescente como Amy, por ello, Amy se tendrá que mudar a Boston, donde le esperan grandes cosas que en la vida se hubiera imaginado que existían.


D.Blake 3ª parte/ Capitulo 139


Libro del embarazo

Hoy cumplo ocho meses y dos semanas, parece mentira que todo esté a punto de acabar, falta un mes para tu nacimiento y tengo unas ganas infinitas de verte la carita, de sentir como agarrás mi mano y sentir ese vincula tan fuerte hacia una personita como tú.
Papá está muy nervioso, no me deja de cuidarme un solo instante, siempre pendiente de nosotros, aún no sabemos que es lo que nos espera cuando nazcas pero seguro que nos sentiremos igual de felices si eres niño o niña, a pesar de nuestras ganas sigues sin dejarnos ver que eres, y en eso te pareces mucho a tu papá, siempre tan enigmático hasta el final, pero esa es una de las muchas cosas que me enamoró de él y estoy segura de que tú algún día también lo harás con la persona indicada.
Pero no solo somos papá y yo los que deseamos verte, las abuelas Lily y Ana , están como locas por cogerte en brazos, al igual que el abuelo Alfred, no para de preguntar si has echo algo nuevo desde la ultima vez que me vio, estás causando mucho revuelo por aquí y aún no has llegado al mundo.
Kate y Louis siguen también todos tus pasos, a Louis le vuelven locos los bebés y contigo será un tío estupendo, al igual que Niall son como los hermanos que nunca tuve.
Quiero que estés aquí cuanto antes pero aún para eso faltan unas semanas y a medida que se acerca tu llegada me pongo más nerviosa, quiero que todo salga bien.
Te quiere Mamá.
Cerré el libro y miré el jardín estaba todo tan bonito, la primavera estaba llegando y las flores empezaban a florecer en los arboles, hacia un sol brillante y una temperatura esplendida. Esperaba a que viniera Harry del trabajo, yo hacía cosa de un mes que me había dado de baja cuando me empezaron a dar unos ligeros dolores de espalda,todos me obligaron prácticamente a hacerlo, así que me tocaba esperar a que regresara todos los días, siempre con una rosa roja en la mano. Mientras esperaba su llegada hablaba con mi bebé siempre y al escuchar mi voz se movía dentro de mi, al igual que hacía cuando Harry le hablaba o tocaba mi ya enorme barriga, por no hablar de sus tremendas patadas a mitad e la noche, que me hacían pasar las noches en vela. Pero en el fondo era reconfortante pasar todo aquello porque el día que le viera por primera vez sería un día inolvidable para mi.
– ¿Cómo estás  la chica más guapa del mundo?. - dijo Harry sorprendiendo me en el jardín, había llegado antes de lo que esperaba.

– De maravilla. - dije dándole un beso casi con urgencia.

– ¿Estabas escribiendo?

– Sí, quedan dos semanas y quiero escribirlo todo, no como los meses anteriores. ¿Tú que tal hoy?
– Un asco como siempre. Siempre estoy deseando llegar a casa para estar contigo.

– Y yo que regreses. - dije recibiendo un beso. - Ha llamado Louis esta mañana, quiere saber si podías ir con él el sábado.

– ¿No te ha dicho donde?

– No, solo me dijo que le llamaras cuando llegaras pero... es que te quiero para mi, aunque solo sea un rato, después te prometo que dejo que le llames. 

– No puedo negarme a ello. -  Harry hizo un gesto para que me sentara en su regazo y yo con gusto lo hice, apoyé mi cabeza en el hueco de su hombro y dejé que me mimara un poco. Sus besos pausados y lentos eran mi perdición y siempre me hacían perder la paciencia, me hipnotizaban de tal manera que el resto del mundo dejaba de existir. - te quiero.

– Yo también te quiero. - de repente una patada hizo que se me cortara un poco la respiración.  - Bueno creo que te queremos,por aquí hay alguien que se pone celoso. - dije hablando a mi tripa. - Harry comenzó a reír.

– Querrá mimos igual que la mamá. - dijo con una sonrisa.

– Quiero que llegue el día, no puedo esperar más.

– Quedan dos semanas, no es nada.

– Se me harán mas eternas que los últimos ocho meses, sino ya lo verás.

El sábado Harry se fue con Louis a ese asunto tan secreto que se traía entre manos, no había querido preguntarle a Harry  pero podría tener una ligera  sospecha de lo que se podría tratar, como hacía buen día decidí ir a la playa, pillaba cerca de allí así que cogí algunas cosas y me fui. Hacía buen día y quería aprovecharlo un poco antes de ir a mis ultimas clases de pre parto, le dije a Harry que no se preocupara que iba a ir yo sola, así que que no tuviera prisa en volver. Cuando llegue a la playa extendí mi toalla y me senté un rato, no hacía un día tan caluroso como para bañarse pero algunos valientes lo estaban haciendo sobre todo los niños que correteaban sin por la orilla con la esperanza de que la ola no les  salpicara, otros jugaban con su padres a hacer castillos de arena donde vivía una princesa y otros estaban dando un paseo con su padres mientras comían un helado. Mientras miraba a mi alrededor un niña pequeña se acercó a mi y me sonreía, yo la respondí con una sonrisa y un saludo con la mano, la niña se sentó conmigo y puso sus manos sobre mi tripa. Al principio me pareció raro hasta que la niña empezó a hablar.
– Es como la de mamá, solo que esta es más grande.

– ¿Tú mamá también tiene una? ¿vas a tener un hermanito que suerte?

– Sí, pero mamá dice que aún falta mucho hasta que salga.

– Bueno seguro que a ti no te importara esperar ¿a que no?

– No, porque así tendré a alguien con quien jugar. - la niña reía y yo lo hacía con ella, era muy rica.

– Martina, te dije que no te movieras de la toalla. - dijo una mujer la cual supuse que sería su madre, estaba embarazada también estaría de unos cinco meses. - Lo siento mucho, no para quieta un solo segundo.

– Oh no pasa nada.

– Mira mamá es como tú, también va a tener un bebé.

– Ya lo veo cariño. Soy Elisa Callum, encantada.

– Igualmente yo soy Blake Styles, ¿suelen venir mucho por aquí?

– Sí vivimos en la urbanización que pilla cerca de aquí.

– Que casualidad, yo también vivo allí hace unos meses que mi marido y yo nos mudamos allí.

– ¿Estás casada? Uh perdón por ser tan irrespetuosa no tienes porque contestar.

– Oh no me importa, suelen decírmelo mucho, nadie cree que estoy casada siendo tan joven.
– Bueno yo también me he casado joven y mírame voy a cumplir treinta y uno y voy por el segundo niño.

– Yo es el primero y tengo veinticinco recién cumplidos.

– ¿Eres primeriza? ¿Supongo que tendrás miles de dudas?

– Sí las verdad es que si.

– ¿De cuanto tiempo estás?

– De casi nueve meses, salgo de cuentas en dos semanas.

– Buenos pues si quieres saber algo, me encantaría charlar una tarde contigo.

– Sería genial, si me das tú numero te llamo mañana y quedamos, es un alivio conocer a alguien de la urbanización.

– Lo cierto es que si es bueno tener a alguien cerca. Bueno pues espero tu llamada.

– Claro que si, adiós Martina.  

– Adiós. - dijo como una suave melodía. El bebé me dio una nueva patada, pero esta vez lo tomé como que estaba contento por haber estado cerca de una niña, con la que seguro que algún día jugaría.

Cuando llegué a casa me fui directamente a darme un baño tenía la piel pegajosa de la brisa y el pelo se me había ensuciado de la arena. Cuando me sumergí en el agua mi cuerpo se relajó y sentí que me quedaba dormida poco a poco pero tenía que darme prisa porque tenía que ir a las ultimas clases de pre parto. Con pereza salí de la bañera y fui hacia mi cuarto a vestirme, últimamente lo tenía fácil, solo podía ponerme vestidos y poco más... me ahorraba muchos quebraderos de cabeza,una vez lista cogí mi bolsa y me fui hacia las clases. Cuando llegué estaban allí algunas de las chicas con las que me llevaba bien,las salude y entramos en el vestuario, me puse la camiseta de tirantes y las mallas tan horribles que me obligaban a ponerme y nos entramos. No hicimos gran cosa pero era necesario ir, la monitora nos dijo a mi y a dos chica más que nuestras clases finalizaban porque salíamos de cuentas en dos semanas. A la salida estaba Harry esperándome.
– ¿Qué haces aquí?. - dije avanzando hasta él.

– Terminé pronto y quise venir a buscarte, le dije a Louis que me trajera.- Harry me dio un beso mientras cogía mi bolsa, me pasó el brazo por la cintura y nos fuimos hacia mi coche. - No me gusta que conduzcas a estas alturas.

– Harry no iba a venir andando. Deja de regañarme. - dije  con un leve empujón. - ¿Sabes? Hoy he conocido a una chica de nuestra urbanización en la playa, esta embarazada y voy a quedar mañana por la tarde con ella, para charlar un poco.

– Podrá resolver tus dudas.

– Sí, además ella tiene una niña de tres añitos se llama Martina a sido ella la que se ha acercado a mi esta mañana.

– Y seguro que te has puesto a hablar con ella con una sonrisa enorme en la cara.

– Pues si evidentemente, era tan mona.

– Como te conozco.

– Estaría bueno que después de tantos años juntos aún no me conocieras, sería un golpe muy bajo por tu parte.

– Mira que eres tonta cuando quieres, anda venga que debes de estar agota.

– Sí pero antes... - le miré riendo.- tengo un antojo. - Harry suspiró y comenzó a reír también.


D.Blake 3ª parte/ Capitulo 138


La horrible mudanza empezó, después demás de tres días embalando las cosas para meterlas en cajas para  llevarlas hacia donde sería nuestro nuevo hogar. En esos días todo ayuda era poca para nosotros, teníamos los brazos hechos una pena, pero había que hacerlo cuanto antes y así instalarnos antes de que yo estuviera más avanzada en el embarazo, casi ninguno de los que estábamos allí me dejaba a hacer nada, en especial Harry y Niall.
– Estoy embarazada no manca.- dije exasperada.

– Nos da igual, Harry  no quiere que cojas las cosas con mucho pesos ni que estés de pie todo el rato.

– Niall me siento una inútil, aquí sentada mirando como los demás lleváis mis cosas. - dije recalcando el “mis cosas”.

– Me da igual, puede ser muy pesado si me lo propongo así que haz caso y quedate aquí.

Resignada por no seguir discutiendo con él, me quedé sentada mientras los demás bajaban las cajas, para distraerme empecé a leerme un libro. La lectura era muy interesante así que me evadí un poco del mundo y me concentré en el libro, así que a penas me di cuenta de que todas las cosas estaban ya en el camión de la mudanza hasta que Harry vino a abrazarme.
– ¿Ya está todo?

– Sí.- dijo sonriendo.

– Oh me ha encantado colaborar en todo esto, me he sentido muy útil.

– Blake...

– Te digo lo mismo que a Niall,estoy embarazada no me falta ninguna extremidad, aún puedo hacer cosas.

– Ya lo sé pero no quiero que hagas grandes esfuerzos.

– Bueno vale tal vez no pudiera bajar las cajas, pero desembalar las cosas si ¿no?

– Cuando lleguemos allí  te dejaré hacerlo, te lo prometo.

– Más te vale que me dejes si no empezaré a ser la típica embarazada llena de antojos que tendrás que cumplir incluso a las dos de la madrugada.- me acerqué  a él para besarle y después al separarme le dí con el libro en el brazo.

– ¡Ah! ¿y esto porque?

– Se me resbalo de la manos, es que pesa mucho. - dije guiñándole un ojo mientras me iba hacia la puerta.

De camino a la nueva casa no paraba de hablar con Harry, temía que en cualquier momento me mandara callar por lo pesada que estaba siendo, pero es que no podía parar de decir todo lo que pensaba en alto.
– ¿Por cierto has pensado algún nombre que te guste?

– Bueno algo he pensado.

– ¿Y?

– ¿Cómo que Y?

– ¿Qué cuales has pensado?, tendremos que decidirnos por un nombre, no quiero un hijo sin nombre cuando nazca, no entiendo a esa gente que no sabe el nombre de si hijo hasta que nace, es horrible ver a tu niño y no susurrar su nombre la primera vez que lo ves.

– Tú primero.

– ¿Yo? Bueno he pensado bastantes aunque definitivamente me he decidido por uno de niño y otro de niña. Si es una niña me gusta mucho el nombre de Valeria.

– ¿Un nombre español?

– Sí, no se oye mucho nombres en español por aquí y si fuera un niño me gusta el nombre de Hugo. ¿te gustan?

– Sí, son bonitos aún que a mi me gusta el nombre de Amy.

– A mi también me gustaba ese nombre pero no creía que te fuera a gustar.

– Pues si, la verdad es que me gusta bastante ese nombre entre muchos otros claro.

– ¿Y si es un niño?

– Si es un niño no tengo ni idea, ese nombre me gusta, Hugo.

– Bueno yo ya sé que es un poco típico pero el nombre de Harry me gustaba mucho.

– ¿Quieres llamarle como yo?

– Bueno, no me importaría.


Como supuse Harry no me dejó hacer nada en la mudanza a pesar de habérmelo prometido y yo aunque intenté llevar  acabo mi plan de ser una embarazada quejica, no dio resultado porque me  sentía mal si hacía cosas solo por molestarle. Harry veía que yo me solían enfadar bastante por eso así que cuando quedaron por colocar las cosas menos pesadas, me dejaron colaborar. No es que tardara mucho en hacerlo, prácticamente no había nada que colocar. Cuando todos se marcharon y me quede a solas con Harry le eché la bronca.
– Me lo prometiste, me he aburrido como una ostra aquí toda la tarde, me haces sentirme inútil sin poder poner las cosas  de “mi casa”. - dije recalcando el “Mi”.

– Lo siento pero necesitas reposo. No quiero que nada salga mal.

– Nada saldrá mal porque me dejes colaborar un poco Harry. Te preocupas demasiado.

– Lo sé pero no puedo evitarlo, tengo que cuidaros a los dos.

– No puedes ser tan protector Harry.

– Y tu no deberías ser tan pesada.

– No soy una pesada.

– Es verdad, eres mi pesada.

– Eres idiota. - Harry se separó de mi aún cogidos de la mano y empezó a hacer que girara para bailar conmigo. - te quiero.


– Y yo a ti Blake,por eso quiero que seas feliz.

– Soy feliz desde el día en que te conocí. Y cada día has echo que crezca mi felicidad... bueno nuestra felicidad. - dije mirando mi tripa.

No tardamos mucho en instalarnos por fin en nuestra nueva casa, era un placer estar en esa urbanización,se respiraba paz y tranquilidad por todos los lados, cuando volvía del trabajo con Harry nos íbamos a dar un paseo por allí, había unos parques muy bonitos y al estar cerca del campo íbamos muchas veces a explorar un poco los alrededores, eso sin sin grandes esfuerzos ya que mi cuerpo me impedía andar más de una hora y media seguidas.
Mi tripa iba creciendo a la vez que mis ilusiones de ser madre, cerca de mi sexto mes, mi tripa ya se notaba bastante y era un gusto poder tumbarse en el sofá a la espera de que el bebé se moviera aunque solo fuera un segundo y pareciera que tuviera una culebra dentro de mi, en vez de un bebé. Harry y yo teníamos unas ganas locas de saber que sería. El dilema de los nombres aún nos rondaba pero pronto se acabaría el decidirnos por un nombre en cuanto supiéramos que era lo que estábamos esperando.
La noche antes de la ecografía a penas pude dormir, estaba nerviosa incluso más que las otras veces, solo esperaba poder saber por fin el sexo del bebé, pero tampoco hubo suerte nuestro pequeño se resistía a dejarnos ver como era. De camino a casa le dije a Harry que no quería saber que era el bebé hasta el momento que naciera, ya que siempre íbamos con la idea de saber que era y nunca se veía porque el pequeño se resistía, Harry al principio se negó, dijo que el si querría saberlo pero al final después de mucho insistirle acabó accediendo.
Pensando detenidamente solo quedaban tres meses para que naciera y si habíamos aguantado  ya seis no importaría a esperar un poco más.


D. Blake 3ª Parte/Capitulo 137


Libro del embarazo

Hoy cumplo cuatro meses de embarazo, de nuevo tengo que ir al ginecólogo, estoy algo nerviosa, solo espero que todo salga bien, Harry también parece estar de los nervios. Todos deseamos que llegue la hora de la cita cuanto antes, puede que hoy me digan el sexo del bebé o quizás sea demasiado pronto aún para saber lo pero me encantaría saber que es lo que dentro de poco tendremos con nosotros.
Todos están muy felices con la noticia de mi embarazo, nuestros padres no dejan de preguntarnos que necesitamos y que si estamos bien. Dentro de poco empezaremos la mudanza para nuestra nueva casa, no quiero empezar antes de que se me empiece a notar la barriguita. Cada día me siento algo más cansada perolas nauseas y mareos han desaparecido por completo, me siento muy bien en este momento.
***

– ¿Qué haces Blake? 

– Estoy escribiendo el libro del embarazo, quiero escribir todo lo que pasa en cada mes. Puede que luego este libro sirva para nuestra hija si alguna vez tenemos una.

– Es una buena idea.

– Claro que lo es, es mía. - dije riéndome.

– Pues tendrás que acabar pronto el relato porque tenemos que irnos ya al médico.

– Ya he terminado, cojo el bolso y nos vamos.

Llegamos a la consulta y estaba de nuevo abarrotado de gente tal como estaba la ultima vez, había gente hablando con otras embarazadas enfermeras que iban tomando los datos a las pacientes, en general el ajetreo habitual que había en un hospital, llegando la hora de mi cita empecé a ponerme nerviosa.

Cuando entré el doctor me dio la bienvenida con una sonrisa, me preguntó como iba todo hasta ahora desde la ultima vez que nos vimos y me dijo que me fuera hacia la salita de al lado y que hiciera lo mismo que la otra vez.
De nuevo esa sensación de el gel frío al entrar en contacto con el abdomen hizo que apretara un poco la mano de Harry, él sonrió levemente y  de nuevo se concentró en la pantalla, esta vez se veía un bulto mucho más grande que la vez pasada el niño ya había crecido bastante.
– Esto va de maravilla, estás en la segunda etapa del embarazo estas de 16 semanas aproximadamente, y veamos el niño mide cerca de los 14 cm, no esta nada mal, todo parece estar en orden.

– ¿Se puede saber si es niño o niña?. - dijo Harry.

– Aún es pronto puede que en la próxima ecografía se vea, ahora mismo está de espaldas.

Me alegraba saber que todo estaba bien por el momento y que no estaba teniendo ningún tipo de problema con el bebé. El doctor a penas hizo recomendaciones, decía que estaba todo bien y que siguiera como hasta ahora solo que me tomara las cosas con calma, el estrés no era nada bueno.
Salimos de la consulta y Harry me dijo que si íbamos a comprar algunas cosas para el bebé, la verdades que aún no había empezado a casi mirar nada, estaba bastante ocupada con el trabajo la mayor parte de mi tiempo y Harry también y como teníamos el día libre fuimos a mirar algunas cosas.
Hubiera sido genial que nos hubieran dicho hoy el sexo del bebé por lo menos podíamos haber empezado a comprar algo de ropa, pero aún no sabemos que será, hasta la próxima. 

– Sí me hubiera gustado saber que es. -dije en voz baja. - se me está haciendo eterno.

– Pues aún te quedan seis meses de espera Blake.

– A mi ya ti, supongo.

– Sí desde luego que a mi también. Tengo  ganas de tenerlo en brazos y sentir la pequeña fragilidad de un niño, que necesita tu seguridad.

– ¿Al igual que lo hiciste conmigo?

– Sí para mi eras como una niña.

– Pues si conmigo lo hiciste bien con nuestro hijo será mucho mejor.- Harry me cogió la cara entre sus manos y me besó dulcemente.

Para empezar fuimos a buscar un carrito de bebé, no creo que importara mucho si iba a ser un niño o una niña a la hora  de elegir el color, ya que rosa no iba a cogerlo de ninguna manera no era un color que me entusiasmara mucho. Cuando entramos en la tienda yo iba con una idea fija y no tardamos mucho en comprarlo, elegí un carrito con la capota color beige, el carro tenía un cuco, la silla de bebe y la silla para cuando fuera más mayor, encima era  desmontable, lo que sería más cómodo para meterlo en el coche.

La dependienta nos dio que le diéramos una dirección para enviar el paquete y como dentro de unas semanas empezaríamos con la mudanza decidimos dar la nueva dirección,el carro tardarían cosa de un mes en traerlo así que estaríamos allí sin problemas. 
Después fuimos a mirar algunas cosas para la habitación del bebé, miramos varias cosas que podrían servirnos y fuimos apuntando las medidas para compararlas con la habitación que tendría en la nueva casa, salimos de allí y fuimos a comprar algo de ropa, no gran cosa, más bien los bodys, patucos y algunas cosas más para ponerle por lo menos cuando naciera, lo prescindible por el momento.
Con una gran cantidad de bolsas salíamos del centro y nos fuimos hacia el coche, estaba deseando llegar a casa. Mientras conducíamos hacia allí Louis me llamo para invitarnos a los dos a su casa a comer, no pude negarme con ese ton de voz que ponía de pena si no aceptabas así que fuimos hacia su casa.

Kate había preparado algo rápido de comer, nada muy elaborado y la verdad es que se lo agradecí, el apetito mientras estaba embarazada iba y venía, había veces que no tenía nada de hambre y otras como si fuera lo único en lo que podía pensar. 
Nos preguntaron sobre la cita de hoy y se ofrecieron voluntarios para ayudarnos con la mudanza, Louis decía que necesitábamos un hombre fuerte como él para llevar todo lo que teníamos en casa. Era un alivio tener mas gente que nos ayudara, la mudanza sería muy dura teniendo en cuenta que yo a penas podía coger peso, estábamos seguro que los demás también se ofrecerían si se lo pedíamos pero de momento podíamos esperar un par de semanas más.
Por la tarde Harry y Louis quedaron con Niall y con Zayn para jugar un partido de baloncesto en casa de Liam, nos dijeron que si nos íbamos pero yo estaba algo cansada así que Kate y yo nos quedamos en casa, hablando las dos solas.

– Tía no se te nota nada de momento.

– Lo sé, llevo desde que me enteré imaginándome como sería con esa pedazo de tripa. Harry empieza a preocuparse por mis delirios, cuando veo que no se me abulta nada.

– Pobrecito, siempre pendiente de ti, nunca cambiaras. Se leve muy feliz, no para de sonreír cuando habláis del tema.

– Lo sé, tiene incluso más ganas que yo de ser papá.

– No hace falta que lo jures, se le ve a la legua que lo está deseando. ¿Tú estás bien?

– Sí, estoy perfecta, siempre ando un poco cansada pero estoy mejor que nunca Kate. Tengo muchas ganas de que empiece la mudanza¿sabes? puede que sea bueno un cambio de aires.

– Yo iré a verte todos los días, que lo sepas.

– Ya lo sé,es más exijo que lo hagas necesitaré ayuda cuando esté que no pueda menearme y tenga que ir a trabajar.

– ¿Es que piensas trabajar?

– Hombre a ver al principio sí, después no, está claro.

– Pues me paree muy bien que luego te quedas embarazada y dejas de hacer cosas y engordas mucho, mejor hacer algo.

– Gracias.

– Osea no lo digo por lo de engordar, osea engordar vasa engordar igual con el bebé.

– Kate no pasa nada, era una broma.

– Ah vale jajajaja.

– Jajajaja, ¿sabes que estoy haciendo un libro con el embarazo?

– ¿En serio?

– Sí de momento no puedo apuntar grandes cosas pero es una especie de diario.

– Me parece buena idea.

– Por eso quiero que pase más deprisa no veo la hora de rellenar todas las paginas.

– No tengas prisa es la primera vez que te pasa esto, disfrútala.

– ¿ Kate ? Muchas gracia por estar siempre conmigo, nunca podré agradecerte todo lo que has hecho por mi desde que nos conocemos, muy pocas veces te digo todo lo que te quiero pero que sepas que eres unas de las pocas personas que quiero tener conmigo a mi lado siempre. No quiero que nunca te separas de mi, no quiero perder jamás a mi mejor amiga.

– Por que dices eso tonta? No me vas a perder nunca. Anda dame un abrazo

– No lo sé supongo que son las hormonas. - dije mientras se me escapaban algunas lagrimas.

– Pues siempre estaré aquí, me oyes siempre.




D. Blake 3ª Parte/Capitulo 136


Una semana después de haber planteado la idea de buscar una nueva casa, empezamos con la búsqueda, primero miramos algunas casas cerca del centro, pero eran demasiado feas y yo una casa así no me la compraría ni muerta. Cierto era que cada vez que nos alejábamos un poco del centro las casa iban siendo mucho más grandes y por que no decirlo, incluso más bonitas aunque costara creerlo.
Fuimos a bastantes barrios residenciales y prácticamente no nos convencía ni a Harry ni a mi,y entonces como ultimo recurso fuimos a una de las urbanizaciones más alejadas del centro casi a una media hora en coche. Yo estaba convencida de que no me iba a gustar, estar tan lejos de la ciudad me daba bastante apuro pero tenía que mirar las casas igualmente. 
– Es la última que nos queda más o menos cerca.- dijo Harry entrando por el portón de la urbanización.

– Ya te dije que sería un caso perdido.- dije con un suspiro. - No la encontraremos nunca.

– No seas tan negativa Blake.

Harry aparcó cerca de la oficina donde daban la información sobre las casas en venta y antes de entrar fuimos dando un paseo para ver como era la zona. Me agarré al brazo de Harry  y juntos íbamos viendo las casas, por la calle iban paseando muchas parejas y gente con niños, todos saludaban con una sonrisa amable y la verdad es que la gente era simpática. Poco a poco me convencí de que no estaba tan mal al fin y al cabo solo faltaba encontrar  la casa perfecta y sería el lugar adecuado para vivir . De nuevo nos dirigimos hacia la oficina y una mujer nos atendió amablemente, la mujer nos acompaño hasta las casas que estaban en venta y por su puesto las que más caras eran y entonces mientras la mujer le contaba a Harry algo sobre los materiales de algo,que sinceramente me importaba un bledo, la vi. Esa tenía que ser mi casa, fuera como fuera.
– Me gusta esa. - dije tirando del brazo de Harry para  que me prestara atención.- Es  más tiene que ser esa.

– ¿Está segura?

– Completamente. Esa es. ¿podría enseñárnosla?

– Claro acompáñeme.

La mujer abrió la puerta d ella casa y un aire cálido llegó hasta mis mejillas, era perfecta y me encantaba. Era muy parecida a la casa que tenía en Londres antes de mudarme aquí, era como si me recordara mi infancia.
– Harry es esta, es igual que mi casa de Londres

– ¿Estás segura?

– Sí, sí, es esta la que quiero, bueno... si a ti también te gusta claro.

– Por mi sí, es bastante grande y mira el jardín, es enorme.

– ¿Entonces?. - dije ilusionada.

– Nos la quedamos.- dijo Harry volviendo hacia la señora.

– ¿No quieren ver alguna otra?

– No, con eso ha sido suficiente, nos gusta esta.

– Bueno entonces vamos a mi oficina a hablar sobre el precio y los contratos de venta.

– De acuerdo.

Aquella señora estaba bastante sorprendida de que quisiésemos esa casa, no era una casa que llamaba mucho la atención, era comparad con las otras la mas sencilla de toda la urbanización pero a mi me había gustado así, yo no quería nada excesivo, aquella era definitivamente mi casa. Donde estaba completamente segura de que viviríamos muy felices durante muchos años, sin importar nada solo nosotros.
El precio de la casa no era muy alto comparado con otra pero no dejaba de ser un buen puñado de millones comprarla, ahora que sabía que tenia una casa de verdad y no un alquiler las cosas se pondrían mucho más difíciles pero era algo que había de llegar tarde o temprano a medida que vamos creciendo y madurando van surgiendo esta clase de cosas a las que tenemos que estar preparados para enfrentarnos a tales situaciones. Sabía que entre el dinero que tendríamos que invertir en la casa, mas los gastos para comprar todo lo que necesitaba  el bebé sería una cantidad bastante importante, pero no nos quedaba otra.
Una vez hubo cerrado el contrato de venta, la mujer nos dije que nos pasáramos en unos días y ya nos darían las llaves y planos de la casa, era importante que tuviéramos los planos por si queríamos hacer alguna mejora en la casa una vez que la hubiéramos adquirido.
Todo era genial, así que de nuevo Harry y o cogidos de la mano nos fuimos hacia el coche.

– ¿Ves? no fue tan difícil la elección, y has elegido la que mas alejada esta del centro.

– No importa ya, me encanta esa casa y tengo grandes planes en ella y no pienso renunciar a eso porque el centro me pille a media hora de aquí. Lo prefiero.

– Es cierto que esta cambiando tu humor con el embarazo, ya no estas tan preocupada de todo como antes.

– No sirve de nada tener un orden estricto en todo hay que dejarse llevar de vez en cuando y nunca es tarde para empezar.

– También es verdad.- sonrió.

De nuevo camino a Manhattan, le contaba Harry todas las cosas que tenía pensadas para hacer en la casa, el escuchaba atento todas mis sugerencias e ideas para la nueva casa, de vez en cuando hacía algún comentario pero él decía que lo primero que teníamos que mirar era el bebé que la casa podía esperar un poco más.  No pude negarme a eso ya que tenía razón, yo y el bebé eramos lo importante en este momento.
Harry me dejó en el estudio de camino a su trabajo, me despedí de él y me dijo que vendría a buscarme a la salida, que no pensaba dejarme ir solo hasta casa. Siempre preocupándose por mi.

Entre en el estudio y estaban en medio de una sesión de fotos, Marco estaba allí para supervisar mientras que yo había estado gran parte de la mañana buscando la casa de mis sueños, cuando me vio, vino corriendo a preguntarme los detalles. Le conté muy por encima todo mientras dejaba en el despacho las cosas y me ponía unos zapatos planos , las cuñas me estaban matando ahora mismo.
Me dirigí a la sesión de fotos y allí me encontré con una vieja amiga en de Londres, era una de las modelos de mi madre Jane, había quedado con ella un par de veces y me alegró mucho encontrármela en esta sesión de fotos. Ella al verme pensó que no me acordaría de ella, habían pasado tantos años desde que la vi que creyó que no la reconocería. Me dijo que si a la salida me invitaba aún café rápido y ponernos un poco al día pero me acordé de que Harry me estaría esperando así que la dije que en cuento tuviéramos un descanso en la sesión iríamos a tomarnos ese café.

Marco me dijo que se encargaría de todo,ya que había empezado el desde el principio y así me hacía un favor por lo menos hoy, estaba cansada de andar tanto. Le pedí a Marco que fuera ella la primera modelo y así poder irme con ella a tomar el café, cuando por fin terminó fuimos a la cafetería que quedaba cerca del estudio, nos sentamos en una mea, ella con un café descafeinado, como no y yo con una infusión para el estomago que lo tenía algo revuelto desde por la mañana.
– Me alegra mucho verte Blake despues de tantos años.

– Yo también jane, me alegra verte de nuevo, desde que me fui de Londres no supe nada de ti.

– Sí tu madre me dijo que te había mudado a la gran manzana nunca esperé encontrarte en el estudio de tu madre, creí que tu carrera como artista  estaría en proceso.

– Oh no, empecé magisterio en la universidad y bueno al final me metí a arte, al final sigo los pasos que mi madre pero a mi manera.

– Tú siempre fuiste especial a tu manera Blake. No me sorprende. ¿Que hay de ti?

– Bueno han pasado muchos años desde entonces, mi vida es completamente diferente y no solo porque tenga veinticuatro años.

– Bueno siempre es bueno cambiar de opinión.

– Sí esta ciudad me hizo ver la vida de otra manera. Encontré todo lo que necesitaba tener allí en Londres.

– Algo me comentó tú madre.

– Sí hace un mes me casé con probablemente el hombre de mi vida.

– ¿Te casate? Enhorabuena Blake.- dijo apretándome suavemente la mano.

– Sí, cuando llevaba unos meses en Manhattan conocí a Harry, llevo con el desde los dieciocho y bueno me pido matrimonio y yo lo tenía claro,era el hombre de mi vida.

– Has tenido suerte de encontrarlo.

– Mucha, siempre pensaba que no me lo merecía. Pero después de mis malas experiencias anteriores, él me salvo. Y bueno la otra noticia es que estoy embarazada de tres meses.

– ¿Embarazada? Dios mio Blake. Eso es una noticia excelente, tú madre estará como loca.

– Lo está es increíble, todo a pasado tan deprisa, pero estoy en el mejor momento de mi vida Jane y quiero que duré mucho tiempo. ¿y tú?

– Bueno yo tengo una niña de tres añitos, se llama Lucie. - Jane sacó un foto de la cartera y me la enseño.

– Es muy guapa... ¿pero tu no decías que no querías tener niños?.

– Las cosas cambian Blake, yo cuando me veía cerca de los treinta me empecé a plantear muchas cosas y ser madre es lo mejor que te puede pasar.

– ¿Y te casaste?

– No soy madre soltera, no me hace falta un hombre para cuidar de mi y de mi hija, el padre de Lucie nos abandono al poco de nacer ella, pero es lo mejor que pudo hacer, no era el hombre de mi vida, pero si que me dio lo mejor que tengo en el mundo.

– Valla, lo siento mucho.

– Oh no te preocupes pasó hace tiempo ya...lo malo es cuando Lucie empieza a preguntar por él y yo no tengo una respuesta que darle, se me parte el alma.

– Tuvo que ser duro para ti.

– Desde luego que o fue pero ya no importa hay cosas que se deben dejar atrás y vivir el presente, como hiciste tú  ¿no?

– Sí, yo lo pasé muy mal con Trevor. 

– Me imagino se te veía muy ilusionada con ese chico.

– Sí pero tal vez me tenía que pasar eso para tener todo lo que tengo ahora.

–Ahora se te ve diferente, se te ve enamorada, y de verdad.

– Sí verdaderamente lo estoy y no ha cambiado desde que le conozco y ahora formar una familia con él será lo mejor que me pueda pasar en la vida.

– Pues cuídalo, porque historias como la tuya no se ven todos los días Blake.

Aquella charla con Jane, me hizo sentir muy bien, había sido una amiga importante en Londres, me sabía escuchar y al ser mas mayor que yo siempre me daba consejos útiles que al final acababa necesitando. Me alegró mucho volver a encontrármela.
Como dijo Harry me esperaba en la salida y no estaba solo, en sus manos traía un gran ramo de rosas.
– ¿Y esto?.- dije dándole un beso al verle.

– Aún no te había comprado nada por tu embarazo.

– No tenías que hacerlo, ya lo sabes. - dije oliendo el perfume embriagador de las rosas rojas.- Además es un ramo enorme.

– Lo sé quiero que lo pongas en tu álbum de recuerdos y cada mes será más grande y más bonito que el anterior, quiero que recuerdes siempre este embarazo Blake.

– Siempre lo voy a recordar porque este bebé es tuyo y nada podrá cambiar eso, y cada vez que le miré me acordaré de ti, para siempre.

D. Blake 3ª Parte/Capitulo 135


– Ya voy ya voy.- dije mientras me ponía una bata corta e iba hacia la puerta.

– Pero bueno... ¿aún estabais dormidos?

– ¡Mamá! ¡Papa! Que ganas tenía de veros.- dije abrazándoles a los dos.

– Mi niña ¿Como estás?. - dijo mi padre dándome un beso en la frente.

– Muy bien pasad, no os quedéis ahí.

Mis padres entraron en el salón y les dije que se sentarán que iba a despertar a Harry pero no hizo falta cuando sintió ruido se despertó y ya venía hacia el salón solo con los pantalones del pijama puestos, estaba restregándose los ojos y revolviéndose el pelo como hacia cada vez que se levantaba.
– Buenos días.-  dije dándole un beso.

– Buenos días.- Harry me devolvió mi beso de buenos días y fue hacia  mi madre y mi padre.- Hola Lily, buenos días Alfred ¿Que tal todo?

– Eso lo tendría que decir yo, tenéis que contarnos como os fue el viaje.

– Mamá ¿qué son todas estas bolsas?

– Pues he traído el desayuno.

– ¿Todo esto es el desayuno? 

– Si Blake, he querido que tuvierais de nuevo el típico desayuno francés. Hay gofres, creps, galletas rellenas de crema... bueno ya sabes un poco de todo, solo falta el café y todo estará listo.

– Mama eres increíble.- dije dándola un fuerte beso en la mejilla.

– Bueno voy a la cocina a prepararlo todo.

– Deja que te ayude mamá.

– No Blake dejalo ya voy yo con ella tu siéntate con tu padre un rato y yo preparo el desayuno con tu madre.

– Me alegro mucho de que te ofrezcas voluntario, tenemos que tener mas momentos juntos.- decía mi madre mientras entraba con Harry en la cocina.

Mi padre estaba observando la librería que había al fondo del salón, yo me senté en la mesa del comedor todavía algo adormilada, apoyé la cabeza sobre las manos y me  dejé caer. Después vino mi padre y me dio un abrazo y un beso en la frente cuando me incorporé para mirarle.
– ¿Te gusta alguno?

– Hay libros muy interesantes, algún día te pediré uno. ¿como estás mi niña?

– Bien papá, un poco cansada.

– ¿Sabes? te veo diferente.

– ¿Como diferente?

– Sí estas radiante, será por  el viaje o por tu nueva vida de casada  ero estas diferente, tal vez sea que me he dado cuenta de que mi pequeña Blake ha crecido muy deprisa.

– Será eso papa.- dije cogiéndole de la mano. - ¿Que tal las cosas con mamá?

– Mejor que nunca, me alegra estar así nuevamente, sin peleas, siento lo mal que lo pasaste los últimos meses antes de mi partida Blake.

– No importa ya esta todo olvidado. En el fondo pensaba que la culpable de las peleas era yo, por todo lo que pasó papá, lo lamento mucho, nunca te  lo he dicho pero bueno nunca es tarde para pedir perdón en algunos momentos.

– Blake tu no tenías nada que ver, era el trabajo, la distancia entre tu madre y yo, los problemas que teníamos en casa, el accidente, fue todo un cumulo de cosas pero mi niña no tienes que pedir perdón por nada ahora estamos juntos otra vez y es lo que importa, solo que ahora no tendremos a una rubita correteando por el jardín con una muñeca en la mano.

– Nos echabas de menos ¿verdad?

– Constantemente, nuca pude olvidaros, ni a ti ni a tu madre.

– ¿Y Amelia?

– Supongo que estaba para llenar el vacío que había dejado tu madre.

– Me sentó muy mal.

– Lo sé pequeña lo sé, pero todo eso es parte del pasado no merece la pena recordarlo, lo importante es el presente y es muy favorable Blake, eso es lo que tienes que pensar por encima de todo.

– ¿Que vais a hacer con el trabajo? Bueno... yo ya he vuelto y mamá no tendrá que encargarse de llevar el estudio que tiene aquí,querrá volver a Londres.

– Lo sé lo hemos estado hablando y bueno yo quiero volver a casa, a nuestra casa.

– ¿Te irás con mamá a Londres entonces?. - dije con una sonrisa.

– Sí, pero mamá querrá hacer viajes constantemente para verte, ahora que tiene tiempo y no lleva ella sola la empresa.

– Pues me alegra oír eso papá, siempre echaba de menos a mamá cuando estudiaba en la universidad, una llamada de teléfono no era nada.

Mi madre abrió la puerta d ella cocina con dos platos en las manos y su alegre risa, que siempre había en vuelto nuestra casa en Londres, me gustaba verla así. Harry venía detrás de ella también riendo y en la mano traía el café y mi cola cao, siempre tan atento.
¿Qué hablabais a ver?.- dijo mamá poniendo las tazas de café en la mesa.

– De nada papá me decía que me veía muy guapa y que al final os iréis a Londres.

– Oh bueno pensaba decírtelo ahora, pero Blake no te preocupes, vendremos siempre que podamos además estás en buenas manos.- dijo mirando hacia Harry.

– No importa mamá, me alegro de que todo sea como siempre.

– Bueno vosotros que tal? A ver contarme.

– Pues muy bien mamá,fuimos a visitar todos los lugares que nos recomendaste de parís. El palacio de Versalles me encanto y el Louvre también, vi la escultura de Amor y Psique ¿recuerdas? Es preciosa.

– ¿Qué si me acuerdo? La de charlas que me diste con el mito cuando lo estudiaste en el colegio, decía que eso era la leyenda más bonita que habías visto en la vida.

– Sí eso es justo lo que dijo.- dijo Harry riéndose.

– Oye no os pongáis en mi contra, deberías de tener algo de cultura. No ahora en serio París fue precioso y como no tuve que ir a Disneyland. No podía perdérmelo estando allí.

– Me imagino y ¿cómo que hicisteis un nuevo destino cuando regresabais?


– Bueno quería que fuera un sorpresa, Blake no sabía nada y cuando miramos para irnos de viaje ella se enamoró de una de las fotos de aquellas playas así que que mejor oportunidad que esa. Asique los cogí a escondidas y le di mi particular regalo de novios.
– Cierto, mamá era un paraíso, que agua tan cristalina, las playas ¡Que playas! Volvería encantada y el hotel era esplendido.

– Ya veo que no perdisteis en tiempo en un viaje tonto. Me alegro mucho entonces. Además venís muy morenos los dos, estáis muy guapos espero que la playa haya servido para que descanséis un días ya que París era todo para visitar.

– Bueno también hay nuevas noticias del viaje.

– ¿A sí? Bueno ¿y de que se trata?.- dijo mi padre dando un sorbo a su café.

– Nos enteramos ayer.

– Blake hija que ganas de suspense que tienes, ¿no decías que estabas dormida?, cuéntalo ya.

– Para finales de mayo vais a ser abuelos. Estoy embarazada.

Mi madre empezó a gritar y vino corriendo hacia mi, me cubría de besos la cara entre abrazo y abraza, se lo había tomado muy bien ala vista estaba, cuando termino conmigo fue a por Harry y me padre se acercó a mi, me dio un fuerte abrazo y  despues me cogió por los hombros y me miró intensamente.
– Sabía que a mi pequeña la pasaba algo, te conozco demasiado.

– No podía ocultarlo tanto.

– Me alegro mucho por vosotros. - dijo mi madre, aún abrazada a Harry.- que noticia tan buena, ¿ya lo saben todos?

– No aún no, tenemos que decírselo a los chicos, solo lo saben Kate y Mike vinieron ayer al medico conmigo y con Harry.

– Verás cuando se enteré Vicky.

– Se pondrá histérica, no se lo esperará. La llamaré después de comer.

Mis padres se fueron cerca de la una y cuando por fin Harry y yo nos quedamos solos, nos tumbamos en el sofá abrazados, no hacía falta decir una palabra, las caricias y gestos lo decían todo. Harry se incorporó levemente y me susurró en el oído.
Te quiero.

– ¿Por que lo dices tan bajito?

– No quiero romper esto.

– Esas palabras siempre serán bienvenidas.

– Prefiero que las oigas solo tú, las hacen más especiales.

– Que tonto eres, pero era probablemente a  la persona que más quiera en este mundo.

Mientras Harry me daba un beso en la mejilla llamaron a la puerta, con bastante insistencia. Harry se levantó de un salto y fue hacia la puerta, estaba asustándome cuando de repente, vi que Louis, Niall, Liam y Zayn se tiraban literalmente encima de Harry derivándolo en el suelo, mientras gritaban como locos, después vinieron Kate, Claire  y Taylor hacia mi abrazándome.
– Valla veo que las buenas noticias corren solas, ¿no Kate?

– Lo siento no pude resistirme y Mike tampoco.- este entró por la puerta saltando sobre el bollo que habían hecho encima de Harry.

–Bueno bueno, necesito que me dejéis vivo al padre de la criatura, si no os importa.- en que hora dije eso, todos vinieron hacia mi solo que a mi no me tiraron pero si me apretujaron en un abrazo. Después uno a una me fue dando la enhorabuena.

– Que sepas que aún no me lo puedo creer, esto se dice al momento. - dijo Louis fingiendo estar enfadado.

– Eso si no llegan a decirlo Mike y Kate nos quedamos sin saberlo hasta que os veamos.- dijo Liam.- Valla amigos.

– Íbamos a contarlo pero queríamos dejar pasar unos días para descansar no hemos parado desde aluna de miel.

– Parece que no perdiste el tiempo en las aguas cristalinas del caribe ¿eh ricitos?. - dijo Zayn, levantando una ceja.

– Muy graciosos. No creo que os importe mucho, creo que sabéis como va esto.

– Oh venga callaros hombre que no dejáis que hable la rubita.- dijo Niall cogiéndome por los hombros y dándome un beso en la mejilla.

– No tengo nada que decir estos dos a penas me habrán dejado algo por contar.

– Puede que si, ya sabes como son.- dijo Niall y todos empezamos a reír.- aún así esto hay que celebrarlo ¿no? No tendremos todos los días una pequeño ricitos rubio correteando por aquí.

– No se hable más, eso si invitan ellos.

– ¿Cómo tienes tanto morro Louis?.- dije dándole un leve empujón. - Estaré embarazada pero aún puedo darte una paliza.

– No, no, si hombre, va venga que era una bromita.  

Los chicos esperaron en el vestíbulo mientras Harry y yo nos vestimos para irnos a comer. 
La tarde prometía, estábamos todos juntos disfrutando de un día muy agradable, primero fuimos a comer y despues fuimos a dar una vuelta por el Central Park, Niall sacó de su coche una pelota de baloncesto y se pusieron a jugar mientras que Kate, Claire, Taylor y yo nos sentábamos en el césped a hablar de nuestras cosas.
– ¿Como estás? ¿te sientes rara?

– Mm no, lo cierto es que estoy como siempre, aún no noto nada excepto los mareos y las nauseas, sin insoportables, pero pasarán pronto.

– Dicen que los primeros cuatro meses son los peores, sobre todo por las nauseas al levantarte.

– Solo espero que pase pronto. Aún se me hace raro pensar que llevo a mi hijo dentro de mi. No sé es raro.

– Jo Blake, ya verás cuando empieces a notar que se mueve y que empieza a dar patadas, tiene que ser una experiencia de las que no se olvidan.

– Si la verdad es que si, pero aún tengo cosas de lasque ocuparme antes de nada, tengo muchas cosas pendientes por hacer.

– ¿Vas a seguir en el trabajo?

– Por un tiempo sí, por eso necesito que tú Kate estés conmigo, te quiero como mi mano derecha por así decirlo.

– Pues claro que si eso ni lo dudes.- dije dándome un abrazo.

– ¿No crees que a lo mejor es muy estresante?

– Todo trabajo es estresante Claire pero tengo que trabajar, estoy embarazada, no convaleciente, evidentemente cuando crea que debo darme de baja lo haré, pero de momento quiero terminar algunos proyectos.

– Tiene razón si se queda en casa esperándolos siete meses que faltan para que nazca se va a morir de aburrimiento allí.

– Exacto, bueno y parte del trabajo tengo que preparar muchas cosas para cuando nazca aún no he pensado todo lo que necesito pero me temo que será una lista muy larga.

– Ni que lo digas, yo recuerdo cuando nació mi hermana y mi madre no daba a basto con todas las cosas. - dijo Taylor con un suspiro.- Nunca sabes todo lo que necesita un bebé.

Mis amigas intentaban darme consejos sobre algunas coas,ninguna de ellas había tenido niños pero al tener hermanas mayores tenían la experiencia de que sus hermanas se habían quedado embarazadas, excepto Kate, que era hija única pero le encantaban tanto los niños que estaba puesta al día de todo.
Se estaba haciendo tarde y a pesar de no haber hecho nada en todo el día sentía el cuerpo muy cansado, era como si llevara días sin dormir.
Cuando entré de nuevo en casa, me di cuenta de que era o más maravilloso del mundo, Harry dijo que tenía que cenar  algo pero estaba tan llena desde la comida que no me entraba absolutamente nada. Harry me miró de nuevo y supe que hasta que no comiera  algo no me dejaría en paz, así que le dije que me preparara un vaso de leche con galletas que además me ayudaría a dormir.
Harry me trajo la leche y la dejó encima de la mesa, después se sentó a mi lado en el sofá.

– ¿Sabes? He estado pensando un cosa durante algunos días.

– ¿El que?. - dije metiéndome una galleta en la boca haciendo que me goteara toda la leche por la barbilla. Harry comenzó a reírse.

– ¿Qué haces?

– Es que se me iba a caer y claro me he pringado la cara.

– Anda ven. - Harry me limpió los restos de migas de la barbilla con el dedo y después me dio un beso.

– Gracias, a falta de servilletas buenos son tus labios.

– Lo haré encantado. - dijo. - ahora en serio, he pensado en comprarnos una casa.

– ¿Una casa? ¿para que?

– Sé que te gusta este piso es tuyo desde que te mudaste a Manhattan pero cuando nazca el bebé a penas habrá espacio aquí.

– No lo había pensado,es cierto que la habitación que esta libre es algo pequeña para tener todas las cosas que el niño necesite, pero es que es un rollo buscar casa ahora y hasta que encontremos una decente y podamos comprarla, el aniño tendrá diez años como mucho.

– No tiene por que, sé que el centro de la ciudad te encanta pero yo he pensado en un lugar algo más apartado, ya sabes.

– ¿Las afueras de Manhattan?

– No he pensado más en las zonas residenciales, hay casa grandes, con jardín y piscina.

– No sé Harry, me daría mucha pena dejar esta casa, han pasados muchas cosas aquí.

– Solo es una idea. No tenemos porque mudarnos.


– Haber no es mala idea, es cierto que aquí no hay espacio para meter tantas  cosas pero...

– No importa Blake tú piénsalo. 

– Vale, está bien pero quiero seguir conservando esta casa.

– Bueno esta casa al fin y al cabo es de tu padre, te la compró él cuando llegaste aquí.

– Sí eso es cierto, bueno pues no hay mas que hablar, empezaremos a buscar una casa, pero tiene que ser una especial.

Harry parecía contento con mi respuesta, a mi me daría pena dejar esto pero tener un niño iba a cambiar nuestras vidas para siempre, mi apartamento esta bien si eramos dos personas pero era verdad que se nos iba a quedar pequeño, por eso quería que en esa casa empezáramos una nueva etapa en nuestras vidas, y ahora pensándolo bien sería una idea estupenda hacerlo.