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domingo, 30 de septiembre de 2012

D. Blake 3ª Parte/Capitulo 136


Una semana después de haber planteado la idea de buscar una nueva casa, empezamos con la búsqueda, primero miramos algunas casas cerca del centro, pero eran demasiado feas y yo una casa así no me la compraría ni muerta. Cierto era que cada vez que nos alejábamos un poco del centro las casa iban siendo mucho más grandes y por que no decirlo, incluso más bonitas aunque costara creerlo.
Fuimos a bastantes barrios residenciales y prácticamente no nos convencía ni a Harry ni a mi,y entonces como ultimo recurso fuimos a una de las urbanizaciones más alejadas del centro casi a una media hora en coche. Yo estaba convencida de que no me iba a gustar, estar tan lejos de la ciudad me daba bastante apuro pero tenía que mirar las casas igualmente. 
– Es la última que nos queda más o menos cerca.- dijo Harry entrando por el portón de la urbanización.

– Ya te dije que sería un caso perdido.- dije con un suspiro. - No la encontraremos nunca.

– No seas tan negativa Blake.

Harry aparcó cerca de la oficina donde daban la información sobre las casas en venta y antes de entrar fuimos dando un paseo para ver como era la zona. Me agarré al brazo de Harry  y juntos íbamos viendo las casas, por la calle iban paseando muchas parejas y gente con niños, todos saludaban con una sonrisa amable y la verdad es que la gente era simpática. Poco a poco me convencí de que no estaba tan mal al fin y al cabo solo faltaba encontrar  la casa perfecta y sería el lugar adecuado para vivir . De nuevo nos dirigimos hacia la oficina y una mujer nos atendió amablemente, la mujer nos acompaño hasta las casas que estaban en venta y por su puesto las que más caras eran y entonces mientras la mujer le contaba a Harry algo sobre los materiales de algo,que sinceramente me importaba un bledo, la vi. Esa tenía que ser mi casa, fuera como fuera.
– Me gusta esa. - dije tirando del brazo de Harry para  que me prestara atención.- Es  más tiene que ser esa.

– ¿Está segura?

– Completamente. Esa es. ¿podría enseñárnosla?

– Claro acompáñeme.

La mujer abrió la puerta d ella casa y un aire cálido llegó hasta mis mejillas, era perfecta y me encantaba. Era muy parecida a la casa que tenía en Londres antes de mudarme aquí, era como si me recordara mi infancia.
– Harry es esta, es igual que mi casa de Londres

– ¿Estás segura?

– Sí, sí, es esta la que quiero, bueno... si a ti también te gusta claro.

– Por mi sí, es bastante grande y mira el jardín, es enorme.

– ¿Entonces?. - dije ilusionada.

– Nos la quedamos.- dijo Harry volviendo hacia la señora.

– ¿No quieren ver alguna otra?

– No, con eso ha sido suficiente, nos gusta esta.

– Bueno entonces vamos a mi oficina a hablar sobre el precio y los contratos de venta.

– De acuerdo.

Aquella señora estaba bastante sorprendida de que quisiésemos esa casa, no era una casa que llamaba mucho la atención, era comparad con las otras la mas sencilla de toda la urbanización pero a mi me había gustado así, yo no quería nada excesivo, aquella era definitivamente mi casa. Donde estaba completamente segura de que viviríamos muy felices durante muchos años, sin importar nada solo nosotros.
El precio de la casa no era muy alto comparado con otra pero no dejaba de ser un buen puñado de millones comprarla, ahora que sabía que tenia una casa de verdad y no un alquiler las cosas se pondrían mucho más difíciles pero era algo que había de llegar tarde o temprano a medida que vamos creciendo y madurando van surgiendo esta clase de cosas a las que tenemos que estar preparados para enfrentarnos a tales situaciones. Sabía que entre el dinero que tendríamos que invertir en la casa, mas los gastos para comprar todo lo que necesitaba  el bebé sería una cantidad bastante importante, pero no nos quedaba otra.
Una vez hubo cerrado el contrato de venta, la mujer nos dije que nos pasáramos en unos días y ya nos darían las llaves y planos de la casa, era importante que tuviéramos los planos por si queríamos hacer alguna mejora en la casa una vez que la hubiéramos adquirido.
Todo era genial, así que de nuevo Harry y o cogidos de la mano nos fuimos hacia el coche.

– ¿Ves? no fue tan difícil la elección, y has elegido la que mas alejada esta del centro.

– No importa ya, me encanta esa casa y tengo grandes planes en ella y no pienso renunciar a eso porque el centro me pille a media hora de aquí. Lo prefiero.

– Es cierto que esta cambiando tu humor con el embarazo, ya no estas tan preocupada de todo como antes.

– No sirve de nada tener un orden estricto en todo hay que dejarse llevar de vez en cuando y nunca es tarde para empezar.

– También es verdad.- sonrió.

De nuevo camino a Manhattan, le contaba Harry todas las cosas que tenía pensadas para hacer en la casa, el escuchaba atento todas mis sugerencias e ideas para la nueva casa, de vez en cuando hacía algún comentario pero él decía que lo primero que teníamos que mirar era el bebé que la casa podía esperar un poco más.  No pude negarme a eso ya que tenía razón, yo y el bebé eramos lo importante en este momento.
Harry me dejó en el estudio de camino a su trabajo, me despedí de él y me dijo que vendría a buscarme a la salida, que no pensaba dejarme ir solo hasta casa. Siempre preocupándose por mi.

Entre en el estudio y estaban en medio de una sesión de fotos, Marco estaba allí para supervisar mientras que yo había estado gran parte de la mañana buscando la casa de mis sueños, cuando me vio, vino corriendo a preguntarme los detalles. Le conté muy por encima todo mientras dejaba en el despacho las cosas y me ponía unos zapatos planos , las cuñas me estaban matando ahora mismo.
Me dirigí a la sesión de fotos y allí me encontré con una vieja amiga en de Londres, era una de las modelos de mi madre Jane, había quedado con ella un par de veces y me alegró mucho encontrármela en esta sesión de fotos. Ella al verme pensó que no me acordaría de ella, habían pasado tantos años desde que la vi que creyó que no la reconocería. Me dijo que si a la salida me invitaba aún café rápido y ponernos un poco al día pero me acordé de que Harry me estaría esperando así que la dije que en cuento tuviéramos un descanso en la sesión iríamos a tomarnos ese café.

Marco me dijo que se encargaría de todo,ya que había empezado el desde el principio y así me hacía un favor por lo menos hoy, estaba cansada de andar tanto. Le pedí a Marco que fuera ella la primera modelo y así poder irme con ella a tomar el café, cuando por fin terminó fuimos a la cafetería que quedaba cerca del estudio, nos sentamos en una mea, ella con un café descafeinado, como no y yo con una infusión para el estomago que lo tenía algo revuelto desde por la mañana.
– Me alegra mucho verte Blake despues de tantos años.

– Yo también jane, me alegra verte de nuevo, desde que me fui de Londres no supe nada de ti.

– Sí tu madre me dijo que te había mudado a la gran manzana nunca esperé encontrarte en el estudio de tu madre, creí que tu carrera como artista  estaría en proceso.

– Oh no, empecé magisterio en la universidad y bueno al final me metí a arte, al final sigo los pasos que mi madre pero a mi manera.

– Tú siempre fuiste especial a tu manera Blake. No me sorprende. ¿Que hay de ti?

– Bueno han pasado muchos años desde entonces, mi vida es completamente diferente y no solo porque tenga veinticuatro años.

– Bueno siempre es bueno cambiar de opinión.

– Sí esta ciudad me hizo ver la vida de otra manera. Encontré todo lo que necesitaba tener allí en Londres.

– Algo me comentó tú madre.

– Sí hace un mes me casé con probablemente el hombre de mi vida.

– ¿Te casate? Enhorabuena Blake.- dijo apretándome suavemente la mano.

– Sí, cuando llevaba unos meses en Manhattan conocí a Harry, llevo con el desde los dieciocho y bueno me pido matrimonio y yo lo tenía claro,era el hombre de mi vida.

– Has tenido suerte de encontrarlo.

– Mucha, siempre pensaba que no me lo merecía. Pero después de mis malas experiencias anteriores, él me salvo. Y bueno la otra noticia es que estoy embarazada de tres meses.

– ¿Embarazada? Dios mio Blake. Eso es una noticia excelente, tú madre estará como loca.

– Lo está es increíble, todo a pasado tan deprisa, pero estoy en el mejor momento de mi vida Jane y quiero que duré mucho tiempo. ¿y tú?

– Bueno yo tengo una niña de tres añitos, se llama Lucie. - Jane sacó un foto de la cartera y me la enseño.

– Es muy guapa... ¿pero tu no decías que no querías tener niños?.

– Las cosas cambian Blake, yo cuando me veía cerca de los treinta me empecé a plantear muchas cosas y ser madre es lo mejor que te puede pasar.

– ¿Y te casaste?

– No soy madre soltera, no me hace falta un hombre para cuidar de mi y de mi hija, el padre de Lucie nos abandono al poco de nacer ella, pero es lo mejor que pudo hacer, no era el hombre de mi vida, pero si que me dio lo mejor que tengo en el mundo.

– Valla, lo siento mucho.

– Oh no te preocupes pasó hace tiempo ya...lo malo es cuando Lucie empieza a preguntar por él y yo no tengo una respuesta que darle, se me parte el alma.

– Tuvo que ser duro para ti.

– Desde luego que o fue pero ya no importa hay cosas que se deben dejar atrás y vivir el presente, como hiciste tú  ¿no?

– Sí, yo lo pasé muy mal con Trevor. 

– Me imagino se te veía muy ilusionada con ese chico.

– Sí pero tal vez me tenía que pasar eso para tener todo lo que tengo ahora.

–Ahora se te ve diferente, se te ve enamorada, y de verdad.

– Sí verdaderamente lo estoy y no ha cambiado desde que le conozco y ahora formar una familia con él será lo mejor que me pueda pasar en la vida.

– Pues cuídalo, porque historias como la tuya no se ven todos los días Blake.

Aquella charla con Jane, me hizo sentir muy bien, había sido una amiga importante en Londres, me sabía escuchar y al ser mas mayor que yo siempre me daba consejos útiles que al final acababa necesitando. Me alegró mucho volver a encontrármela.
Como dijo Harry me esperaba en la salida y no estaba solo, en sus manos traía un gran ramo de rosas.
– ¿Y esto?.- dije dándole un beso al verle.

– Aún no te había comprado nada por tu embarazo.

– No tenías que hacerlo, ya lo sabes. - dije oliendo el perfume embriagador de las rosas rojas.- Además es un ramo enorme.

– Lo sé quiero que lo pongas en tu álbum de recuerdos y cada mes será más grande y más bonito que el anterior, quiero que recuerdes siempre este embarazo Blake.

– Siempre lo voy a recordar porque este bebé es tuyo y nada podrá cambiar eso, y cada vez que le miré me acordaré de ti, para siempre.

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