Mediados de Septiembre, faltaban solo dos semanas para mi boda. Aún no estaba muy nerviosa pero era cuestión de tiempo que empezara a estarlo y Mike y Kate estaban colaborando para que estos empezaran a aumentar cada día, estaban mas histéricos que yo y eso era contagioso.
La ultima semana de Septiembre fui a la ultima prueba del vestido para ver si estaba todo bien, cuando me volví a probar aquel maravilloso vestido sentí que era la persona mas guapa del mundo, era perfecto y estaba deseando que Harry me viera con él pero para eso aún faltaban unos días. Probablemente los días mas largos y eternos de mi vida, no veía la hora de estar casada con Harry por fin después de tanto tiempo juntos, de tantas penas y alegrías, de tantas sonrisas y lagrimas compartidas, de tanto cariño acumulado durante estos años... todo para mi era perfecto si Harry formaba parte de ello.
- ¿En que piensas cabecita?- dijo Mike.
- En toda esta situación, aún no me creo que el Sábado sea mi boda, es como si fura un sueño.
- Blake eso son los nervios. - dijo Kate desde el sofá.
- Puede ser chicos pero es que ¿no os parece muy raro todo? Yo no pensé que esto iba a ser para siempre porque eso es lo que significa esto, un para siempre.
- Se sabía Blake, vosotros estabais destinados a encontraros, de eso no cabe la menor duda, muy poca gente supera todo lo que habéis hecho vosotros.
- Kate tiene razón, lo vuestro es algo especial, desde el primer momento lo fue.
- Sí, creo que merecemos poder ser felices por fin.
- Desde luego que lo vuestro os ha costado... pero Blake ¿es que no me puedo creer que te vallas a casar? Es raro.
- Lo sé es de locos, falta una semana y aún no me lo creo, Dios es que me voy a casar con Harry. - dije llevándome las manos a la cara.
- Mírala que tonta se pone. - dijo Mike dándole un pequeño codazo a Kate mientras se reían de mi.
- Dejar de reíros de mi- dije con una mirada asesina.- ¿bueno como queda?. - bajé de alza donde me había colocado el vestido y ambos se quedaron con la boca abierta.
- Es perfecto. Estás realmente guapa.
- ¿Kate que tal?
- No tengo palabras Blake.
- ¿Me dais un abrazo?.- Las lagrimas empezaban a asomarse por mis ojos y me alegre de que en un momento como este estuvieran ellos dos a mi lado, como siempre lo habían hecho.
- Ay boba no llores que te vas a manchar. - dijo Kate también llorando.
Los tres empezamos a reírnos de este momento, había sido un poco patético pero no nos importó haberlo hecho, es más seguro que cuando ellos se casarán se volvería a repetir de eso estoy completamente segura.
- Bueno basta ya, que parecemos unas lloronas de cuidado. - dijo Mike mientras se separaba de nosotras y se limpiaba los lagrimones. - Tenemos que ser felices Blake, ¡Que te vas a casar!
- Calla no me pongas mas nerviosa. Estoy atacada llevo días sin dormir con esto de la boda, me da miedo que algo salga mal.
- Anda ya... esta todo mas que planeado y nada puede fallar además Marco tiene un plan B si eso sucede ya lo sabes, puedes estar tranquila con esto.
Jueves. Siete y media de la mañana. Aeropuerto de New York.
Exacto Vicky estaba aquí de nuevo solo que esta vez venía con toda la familia, por fin vería a la pequeña Lux después de tanto tiempo.
La puerta del vuelo directo de Londres no paraban de abrirse pero nunca eran ellos y yo empezaba a desesperarme y empecé a pensar que el vuelo había ido con retraso o que había pasado algo malo. Harry estaba tranquilizándome cuando una pequeña cosita con el pelo rubio apareció por la puerta con una pequeña mochila.
- Tía Blake, tío Harry. - la pequeña niña vino corriendo hacia nosotros donde yo la estaba esperando con los brazos abiertos.
- Oh por fin estas aquí pequeña, que grande estas y que guapa. -dije mientras la llenaba la cara de besos.
- Ay Blake. - se quejó.
- Lo siento, pero es que hacía mucho que no te veía, la ultima vez eras un bebé.
- Pues mira que grande eztoy. - bajó al suelo y después se fue hacia Harry.- Eres maz guapo que en laz fotos. - y se puso roja al instante.
- Valla muchas gracias pero no me puedo comparar contigo. - Harry y yo empezamos a reir por las reacción de Lux y entonces alguien nos tocó el hombro.
- ¿Qué pasa solo con la niña, ya no te acuerdas de tu amiga?
- Vicky, oh tía por fin, por fin.
- Mi niña, que guapa estás como se nota que te casas dentro de dos días.
- Estoy de los nervios.
- No me extraña. - dijo cogiéndome de la mano y después reparó en Harry. - Hola ricitos, tú también estas muy guapo que conste.
- Gracias Vicky. ¿Que tal Ben?. - dijo estrechándole la mano que tenía libre.
- Ahora mas tranquilo despues de pisar suelo llano, lo paso fatal en los aviones pero todo bien, me alegro mucho de veros así de felices, hacía mucho que no os veía.
- Eso digo yo, la ultima vez no viniste para recibir la noticia de mi boda, por lo menos estás aquí... es muy importante para mi. - dije dándole un abrazo.
- Joder quien nos iba a decir que serías la primera del grupo en casarte.
- Pues ya ves, es lo que tiene, vosotros tuvisteis a esta niña tan mona y yo me caso, las cosas en este grupo siempre fueron un caos.
- Tiene razón pero siempre había nuestras cosas buenas. - Dijo Vicky.
- Pero solo son recuerdos, ahora hay que vivir el presente y desde luego el mio no puede ser mejor en estos momentos. - dije ilusionada.
Aún faltaba por llegar mi madre que llegaría el viernes por la tarde, solo esperaba que llegara a tiempo para mi boda, últimamente estaba en plan secreto conmigo y se olvidaba d e hacer sus llamadas constantes a mi teléfono y aunque eran un alivio era algo preocupante conociéndola, algo tramaba seguro.
El jueves por la noche vinieron a casa los chicos y estuvimos con Vicky, Ben y la pequeña Lux en casa cenando, Lux se lo estaba pasando en grande con Niall ya que no paraba de hacerle tonterías y jugar con ella a todo lo que decía. cuando Lux cayó rendida por el sueño estuvimos hablando como solíamos hacer siempre que estaban de visita hablando un poco de nosotros y de que había sido de nuestras vidas desde entonces,no era gran cosa pero con Lux aquí las noches de fiesta habían acabado para nosotros por lo menos esta vez.
Viernes.
Tenía las nervios a flor de piel a penas quedaban 24 horas para la boda y por mucho que me dijeran que todo estaba listo yo seguía pensando que faltaba algo que hacer. Mi madre llegó puntual aquella tarde por lo que tuve tiempo de enseñarle algunas cosas dela boda de las que no tenía ni idea y por lo que vio, se la veía que le había gustado bastante, eso quería decir que Marco era un organizador excelente y mi madre lo había notado al igual que yo durante todo este tiempo que estuvo ocupado con mi enlace.
- ¿Estás nerviosa cariño?. - dijo mi madre abrazándome con ternura.
- No te haces una idea mamá, me siento muy rara.
- Mi niña, parece mentira que hayas crecido tanto, el tiempo vuela. Ayer mismo estabas dando vuelta por el jardín de casa con tu vestido de princesa y ahora mirate, eres una mujer.
- En el fondo sigo siendo la misma niña de siempre.
- Y yo siempre estaré contigo.
- Lo sé mamá, gracias por estar siempre conmigo, incluso cuando te levanto ese horrible dolor de cabeza.
- Bueno ahora creo que te tocará a ti pasar por eso...
mamá aún no me imagina casada siendo la señora de Styles como para verme con una niño correteando delante de mi.
- ¿Seguro?
- Claro mamá ¿porque dices eso?
- Por nada cariño, por nada. Por cierto... ¿tienes algo que hacer esta noche?
- Pues creo que no.
- Pues esta noche te vienes a cenar conmigo y con papá.
- ¿Papá? ¿desde cuando haces planes con papá?
- Solo es una cena como hacíamos antes nada más. Además debemos llevarnos bien todos.
- Claro mamá. - mi madre al ver mi cara empezó a reírse como una niña. - Bueno pues si vamos a cenar supongo que deberíamos de irnos ya a casa, los Hamptons pillan un poco lejos de aquí...
- Tú mandas.
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