Follow me, please :)

miércoles, 20 de junio de 2012

D.Blake 2ª Parte/ Capitulo 101

Los días junto a mi madre estaban siendo incluso más agotadores que los que yo solía darle a Harry, por no hablar de la poca intimidad que tenía últimamente, no era por ser una adolescente con las hormonas por las nubes, pero llevaba sin achucharme con el más de dos semanas juntando todo lo que había pasado, el problema con su familia y la estancia de mi madre en Manhattan.
Una tarde mi madre y yo nos fuimos solas a dar un paseo por el Central Park como solía hacer con Harry cuando empezamos a salir y se lo conté todo. Mi madre escuchaba atenta toda la historia y había coas que nos e podá creer como lo que aquel cretino me había dicho sobre mi relación con Harry, estaba tan enfadada que quiso ir a hablar con ese sin vergüenza y decirle un par de cosas bien dichas.
Le pedí que no le dijera nada a Harry pero como el que oye llover, nada más verle dijo que quería conocer a su madre para hablar con ella y así también conocerse.
Al día siguiente cuando mi madre fue a hacer la pequeña sesión de fotos Harry y yo estuvimos solos en su casa y le pedí perdón por lo que le había dicho mi madre por si le había molestado, pero fue al contrario le pareció buena idea, asique ese misma tarde iríamos a casa de Harry a tomar café.
Después de comer mi madre me avisó de que ya estaba en casa y que cuando quisiéramos que fuéramos a recogerla para ir a casa de los padres de Harry. De camino a mi apartamento hablé con Harry sobre algunas cosas que debíamos mantener claras cuando fuéramos a su casa, Harry estaba de acuerdo conmigo asique ni tuvimos el menos problema, cuando llegamos a mi apartamento mi madre ya estaba esperando en la puerta, asique montó en el coche y nos dirigimos a las afueras de la ciudad.
Aparcó el coche justo donde lo había echo la ultima vez que vine aquí y bajamos del coche, mi madre iba detrás de nosotros cuando Ana abrió la puerta.
Mi primera impresión no fue muy buena se la notaba que no había dormido mucho y se le marcaban mucho las ojeras a pesar del maquillaje. Ana me vio y me dio un abrazo y me pidió disculpas por lo de la otra noche, a lo que yo respondí que no era necesario que lo hiciera.
Ana nos invitó a pasar y le dio un abrazo también a Harry y después saludó a mi madre. Pasamos al salón y Ana trajo el café a la mesa,mientras ella y mi madre se iban conociendo Harry y yo estábamos agarrados dela mano contemplando la escena.
La madre de Harry dijo que su marido se había ido después de la fiesta y no sabía nada de él pero que en el fondo no le importaba después de todo lo que había pasado durante tantos años. Parecían llevarse muy bien entre ellas, tenía bastantes cosas en común y temas de conversación no les faltaban, era como si Harry y yo sobrasemos allí, hasta que las dos empezaron a hablar de nosotros.
Mi temor era que mi madre le contara a Ana lo de mi casi embarazo unos meses antes del verano, no sabía si Harry se lo habría contado pero aún así tenía miedo de ello. Pero su conversación fue sobre cosas que ambas sabían de nuestra relación de el visto bueno que dieron las dos a todo lo que Harry teníamos planeado, como irnos juntos a vivir cuando comenzara la universidad y ambos estábamos seguros de que si les llegamos a decir que queríamos casarnos y tener niños, no les hubiera importado en absoluto.
Estaban tan bien juntas que prácticamente nos echaron de allí sutilmente.
- Increíble, ¡tú lo has visto? Nos han echado. - dije riendo mientras bajaba las escaleras del porche.
- Mejor así ¿no te parece? Imaginate que se hubieran llevado mal, hubiera sido un palo.
- Pues también es verdad. ¿donde vamos a ir?
- Te va a gustar ya lo verás.
- ¿Debería fiarme de ti?
- ¿Acaso te he decepcionando alguna vez?. - dijo con los ojos entronados.
- No, eso es precisamente lo que me gusta de ti. Nunca me decepcionas hagas lo que hagas, empiezo a pensar que tengo una enfermedad contigo, todo lo que haces lo veo perfecto. ¿crees que es grave?
- Puede ser pero aún no se ha encontrado la cura para ello, ¿podrás soportarlo?
- Creo que si. - sonreí y Harry se acercó a mi para besarme.
Mientras caminábamos hacia aquel misterioso lugar Harry no paraba de hacer tonterías y de cogerme en brazos para besarme una y otra vez, me gustaba verle así, sin ninguna preocupación en su mirada, sin ningún temor en su voz, nada, simplemente ser el Harry de siempre y del que me había enamorado.




Llegamos a una heladería enorme donde había toda la clase de helados y sabores que te podías imaginar, era el sueño de cualquier niño cuando tiene cinco años.
- ¿Así que este es tu lugar preferido?
- Sí, no había nada en el mundo que me gustara más que este sitio. Supongo que si querías una sobredosis de azúcar este era el sitio adecuado. Siempre he querido traerte aquí pero nunca encontré el momento de hacerlo.
Cuando entré y vi aquel mundo helado, casi me da algo, volví a sentirme como una niña pequeña que esta indecisa sobre que coger entre tantas cosas que tiene delante, Harry me dijo algunos de los que me podrían gustar pero no podía decidirme asique cerré los ojos y señalé uno al azar.
- Te imagino aquí sentado comiendo helado como si fueras un poseso.
- Algo así jajajaja.- dijo cogiendo una cucharada de mi helado de oreo con chocolate blanco y fresas.
- ¿Cuando fue la ultima vez que viniste aquí?
- Hace unos 6 meses.
- Osea antes de salir conmigo.
- Sí, me senté justo en esta misma mesa a pensar en ti. Y de como me pude enamorar nada más conocerte viéndote en el banco de aquel parque con tu libro. Y a pensar si tú sentirías lo mismo que yo, aunque lo veía una tanto difícil, te habían estampado un balón en la rodilla y tuve que ir yo a buscarlo.
- Puede que no fuera así, yo también pensé en ti cuando llegue a mi casa aquel día, pero no pensé en encontrarte de nuevo, y mucho menos en la misma universidad que yo.
- Sería cosa del destino entonces.
- Yo no creo en esas cosas al cien por cien, cierto es que cada uno tenemos un destino pero... somos nosotros mismos los que nos hacemos camino hacia el.
- Pues entonces tomé el camino correcto al no entrar aquel día a filosofía.
- Y yo al coger el metro de las 8 y diez. - los dos comenzamos a reír y supongo que no hizo falta nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario