Diario de Blake 2ª parte/ Capitulo 28

Habían pasado dos semanas y dos días desde que había llegado allí, las cosas no es que hubieran cambiado gran cosa, todo estaba como siempre, lo único que si había cambiado era mi relación con Mike y con Kate, cada día me llevaba mejor con ellos, Mike parecía que le había gustado tanto nuestra casa que no salía de aquí ni con agua caliente, pero bueno, siempre estaba bien tener alguien con quien compartir algunas risas mientras hacías los enormes e interminables trabajos que nos habían mandado en menos de un mes.

- Creo que me va a reventar la cabeza, ¿pero tu has visto que pedazos de libros?, si parecen la biblia.

– Kate tiene razón estoy de filosofía hasta el moño, y todo para que nos ponga un miserable 5 en las practicas como si lo estuviera viendo.
– Mike que positivo eres de verdad,así seguro que no subimos del cinco, porque vamos el optimismo se mastica por aquí.
– Bueno Blake es que es verdad, la vieja esa nos tiene fichados y eso que parecía maja la mujer, si es de la edad de los dinosaurios.
– ¿Mike, como eres tan bestia?
– Me dirás que no.
– Blake tiene razón esa mujer debería estar en Benidorm, llena de crema y con un tinto de verano en la mano, ya no esta para estos trotes.
– Claro como le hacemos tanto caso en clase.
– Pues más a mi favor.
– Anda ya... - en medio de nuestra ridícula conversación sobre si la profesora de filosofía era de la edad prehistórica o de la edad media, sonó el timbre, Kate se levantó corriendo a abrir pensando que sería la comida que Mike había pedido.
– Blake a llegado esto para ti.
– ¿Para mi? Que raro si yo no esperaba ningún paquete. - miré el remitente de la carta pero no ponía nada había un carta de Vicky. - Es de mi mejor amiga.
– ¿En serio? pues ábrela que me estas poniendo nervioso.

Abrí el sobre lo más rápido que pude dentro había una carta de unos 4 folios donde Vicky me explicaba porque no me había escrito estas semanas, me decía que con la universidad estaba muy liada, acababa de empezar diseño gráfico, que la encantaba que con Ben estaba muy bien, mis amigos estaban todos muy contentos con las universidades que les habían elegido, en definitiva me dijo lo que yo ya suponía aunque ella no me hubiera llamado pero al final de la cuarta hoja me dijo que dentro había otro sobre con una sorpresa para mi, me puse tan nervios que el sobre marrón en el que venía acabé por romperlo, cogí el sobre de color rojo y dentro había 5 billetes de avión, cada uno con el nombre de mis amigos y todos con la misma fecha, las vacaciones de navidad, me puse tan contenta que me puse a saltar como una loca, Kate y Mike no daban crédito a lo que veían, pero aún así se unieron a mi, despues de 5 minutos saltando Mike pregunto por fin.

– Bueno esta histeria me encanta, ¿pero que pone en esa carta?
– Que vienen todos mis amigos en navidad, yo pensaba que Vicky no iba en serio pero si vienen todos, me han mandado una fotocopia de los billetes.
– Me alegro mucho así alegras esa cara de mustia que llevas últimamente.
– Graciosos, que ganas tengo de presentároslos.
– ¿Hay alguno soltero?
– Si hay uno.
– Entonces me caerán bien, seguro. - Kate y yo nos miramos y nos empezamos a reír. - ¿que pasa?
– Nada nada.
– ¿Sabéis que al final os vais a quedar sin comer?
– Que no seras capaz de dejarnos si comer, despues de este tostón. -dijo Kate mientras tiraba el libro de La teoría de las ideas de Platón.
– Vosotras os lo habéis buscando.
Al final acabó cediendo y compartió la comida con nosotras pero a cambio me dijo que tenía que enseñarle todas mis fotos, a lo que protesté en cuanto pronunció la palabra foto, me negaba a enseñarle fotos mías, pero a él eso no le importó fue a mi habitación y cogió la caja que Vicky me había regalado el día que llegué aquí, resignada le enseñé todas las fotografías, le hablé de todos ellos exceptuando a dos personas y ellos lo notaron pero aún así no me preguntaron, llegando al final de la caja había una foto de cuando yo era pequeña, los dos se empezaron a pelear por quien se la quedaba de los dos decían que salí muy mona, asique para que no se enfadaran les dije que la colgaría en la pared que teníamos libre y así la verían cada vez que quisieran.