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martes, 19 de junio de 2012

D.Blake 2ª Parte7 Capitulo 32


- ¿Que es eso?
- Yo que sé me lo han dado las tontas estas. .. - Dijo Mike dándonos un folleto de color rosa.
- ¿A ver? lo mismo es algo interesante.
- Viniendo de esas tres arpías lo dudo, llevamos un mes de universidad y me caen fatal, pero miralas ¿no sé que se creen?
- Pero si son asquerosas.
- Uh que humos que tenemos Blake.
- Lo siento es que no he dormido bien y esas tres no lo mejoran.
- Y eso que decías que fuéramos buenos con ellas.
- Ya pero es que es imposible ser bueno con algo así, el instituto acabó hace tiempo, no sé porque se empeñan en hacer bailes de Invierno, seguro que lo hacen porque ellas no tienen problema de encontrar pareja nunca, pero hay gente que le cuesta mucho por si no lo han notado, vamos el vivo ejemplo soy yo.
- Blake tía respira, por dios que te va a dar algo.
- No, no puedo y encima que día hace.
- ¿Seguro estás así por eso?
- Sí ¿que más me iba a pasar?
- Nada nada, bueno anda vamos a la cafetería que me muero de hambre.
- Que morro tienes Mike si esta mañana has vaciado la nevera mientras que Blake y yo nos preparábamos.
- Bueno es que yo soy de mucho comer.
- Ni que lo jures.
- Salimos del edificio para ir hacia la cafetería de la universidad, fuera hacía un día horrible, desde que había llegado a Manhattan apenas había visto el sol, estaba siempre encapotado y hacía mucho frío, más de lo normal, parecía que mi mala suerte me había acompañado hasta allí, entramos en la cafetería y nos sentamos en la mesa de siempre con otras dos chicas Elle y Taylor iban con nosotros a clase de Filosofía, cuando llegamos estaban cotilleando unas revistas y Kate y Mike se apuntaron al instante a verlas y eso que él se moría de hambre, entonces me levanté para ir a pedir el almuerzo y Mike me dio dinero para que se lo comprara, menudo morro tenía, cerca del mostrador estaba la puerta de la calle y a causa de la lluvia había un enorme charco en el suelo, la chica que estaba delante de mi piso mal y se resbalo cayendo de culo contra al suelo y yo detrás de ella porque me había agarrado de la manda del jersey, por suerte yo caí en la parte del suelo que estaba seca y no en el otro lado, me había hecho un daño tremendo en el culo y las lagrimas estaban a punto de salir de mis ojos, la chica me pedía perdón pero yo la ignoraba completamente, cuando por fin me levanté me preguntaron algunos chicos que si me encontraba bien, yo solo asentía con la cabeza, hasta que una voz me resultó familiar.
- ¿Blake estás bien? - me dijo Harry cogiéndome del brazo.
- Sí, si no ha sido nada, ha sido un resbalón, no me he echo daño. - le dije como si no quisiera la cosa, me estaba muriendo de vergüenza.
- Pues eso no es lo que parece... estas a punto de llorar. - yo negué con la cabeza pero el labio me empezó a temblar.- Blake...
- Entonces no pude soportarlo y empecé a llorar, que suerte la mía, por si fuera poco haberme caído delante de él ahora me estaba poniendo a llorar como una idiota.
- Vale , si me he hecho mucho daño, joder es que no siento el culo. - él empezó a reírse y entonces me abrazó.
- Venga anda que te ayudo a levantarte.
- Dios mio que vergüenza.
- ¿Por que ha sido un accidente?
- Porque siempre que te veo acabo herida de alguna forma u otra, primero con un moratón en la rodilla, el día que me invitaste a la cafetería me que mé la lengua con el cola-cao y ahora me he roto en culo en cuatro que supondrá un enorme cardenal.
- ¿Puede que el causante de eso sea yo? Te daré mala suerte.
- No créeme que la mala suerte la traía yo de casa, hoy no es que lleve un día muy normal, me he levantado con el pie izquierdo.
- Pero la sonrisa no la pierdes nunca. - cuando me dijo eso bajé la cabeza para evitar que viera que me había ruborizado ligeramente.
- Supongo que no, ¿Dónde has estado esta ultima semana no te he visto?
- Bueno digamos que tenía cosas que hacer.
- Oh ¿bueno que ocupadísimo estás no?
- A sido solo esta semana los demás días te prometo que vendré y espero no verte en el suelo otra vez... - dijo con una gran sonrisa mientras ponía una mano sobre mi rodilla. - ¿Quiere que valla yo a por tu almuerzo?
- Si me haces ese gran favor, te lo agradecería enormemente, necesito despertar a mi parte trasera.
- Esperame aquí. - mientras se iba a pedir el almuerzo de Mike, no pude observar como andaba hacía allí, incluso por detrás era perfecto, pero que estaba diciendo,menudo día llevaba. Cuando trajo las cosas nos despedimos y me dijo que me vería en clase de filosofía, me dio un beso en la mejilla y me dirigí de nuevo a la mesa sonriendo.
- Has tardado un siglo guapa.
- Mira vete a la mierda ¿vale?, tú no sabes el guantazo que me he dado por culpa de la pelirroja que hay allí sentada, me he roto el culo y no lo digo literalmente.
- ¿Tú eras la que ha tirado? Jajaja tía como te has apañado para que te tirara.
- Sí, tú encima ríete, lo mejor de todo es que le he visto.
- ¿A Harry? ¿donde tía? yo quiero saber quien es.
- Me ha dicho que luego nos veíamos en clase.
- Ah pues nos lo presentas y tía ¿ te ha visto caerte?
- Sí eso es lo mejor de todo.
- Bueno así conoce algunas de tus facetas.
- Ja Ja Ja que gracioso eres.
A última hora teníamos filosofía pero antes teníamos que entregar unos trabajos a la profesora Mendel, así que cuando llegue a clase no me dio tiempo a mirar donde estaba sentado, cuando la señora Meyer entró dijo que dos grupos expondrían hoy los trabajos, crucé los dedos para que no fuéramos nosotros, ese día pagaba por no levantarme del asiento, pero estábamos hablando de mi y mi gran suerte.
- Parker, Humphrey, Sulkin su exposición, rápido no tenemos todo el día.
- Señora Meyer ¿podemos hacerlo desde nuestros sitios?
- Señor Sulkin desde ahí nadie les oirán así que levántense ya, el tiempo corre y no estamos para desperdiciarlo en tonterías.
- Dinosaurio. - le dijo Mike mientras se levantaba.
- ¿Ha dicho usted algo?
- Nada que casi me caigo.
- Vamos al encerado señores.
“Genial” pensé para mis adentros mientras me levantaba del asiento y avanzaba hacia la pizarra, cuando me dí la vuelta, me di cuenta de que la clase era enorme desde allí, se veía perfectamente las filas de alumnos y entonces mirando fila a fila le encontré a él, en la última de todas, comencé a hablar y él levantó la vista del cuaderno en el que estaba escribiendo en cuanto escuchó mi voz, yo desvié la mirada porque sabía perfectamente que si le miraba no iba a poder continuar, no quería distraerme pero me fue imposible, al final acabé mirándole cada dos por tres provocando que sonriera todo el tiempo, Pero...
¿Quien no lo haría con una sonrisa así?



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