D.Blake 2ª parte / Capitulo 65

Por fin llegaron las vacaciones de Semana santa, era un alivio tener que estar sin hacer absolutamente nada, simplemente dormir hasta las dos de la tarde y despues quedar con tus amigos para pasártelo bien, ir a la universidad estaba siendo agotador por todas partes, era algo asqueroso, sin contar con la presencia de ciertas personas que lo hacían todo aún peor, peor me consolaba tener a todos mis amigos y a mi novio en clase, por lo menos había algo bueno.
Los mareos seguían apareciendo de vez en cuando, Harry estaba preocupado por ellos pero yo siempre le quitaba importancia pero de nuevo me volví a desmayar en la calle, asique me quedé en una clínica durante unos días donde me hicieron mil pruebas más para estar seguro de todo y allí me dijeron que no podría hacer muchos esfuerzos.

Kate durante las vacaciones estuvo con Louis, no se separaban ni con agua caliente pero era lo más normal, una tarde estando solas en casa le pregunté como iba todo con él y me confesó que por fin había vencido todos sus miedos y dudas y lo había hecho por primera vez con Louis.

- ¡¡Por fin!! creía que no te decidirías nunca, bueno cuéntame que pasó...

- ¿Todo, todo?

- Haber por encima no me hace falta que me digas los detalles de todo el acto solo que hizo, donde te llevo no sé esas cosas y no te hagas la interesante yo te conté todo...

- Vale, vale... pues aquí desde luego no fue.

- Entonces ese fin de semana ¿no pasó nada?

- No, me eché para atrás como otras tantas miles de veces...

- Ya te vale Kate... pobre Louis siempre le tienes a dos velillas...

- Oye.

- ¿Me dirás que no?... venga anda ¡¡cuéntamelo ya!!

- Pues... - ni siquiera había empezado y ya estaba como un tomate. - Fuimos a casa de Louis a ver a sus hermanas y despues me dijo que me llevaría a casa, pero tía yo no reconocía ni un sitio por el que me llevaba y entonces le tuve que preguntar y no me quiso contestar...

- Quería hacerse el interesante... menudo esta hecho.

- Sí... bueno el caso es que me llevó a cenar a un sitio precioso y despues en vez de traerme a casa, me llevó a una casa, que yo por supuesto ignoraba que existiera, pero por fuera parecía una casa en plan mansión, pero estaba tan nerviosa que no me fijé mucho, cuando entré Louis empezó a hablar pero apenas escuchaba lo que decía, abrió una puerta y había una habitación enorme donde Louis había colocado por todo el suelo pétalos de rosa y a un lado había una cama enorme con unas mosquiteras de color blanco y encima de ella había un ramo enorme de rosas, apenas me podía creer lo que estaba viendo pero puede que fuera por instinto pero simplemente empecé a besarle como si se me fuera la vida en ello y despues Louis me cogió en brazos, me llevó hasta la cama y entre besos y caricias pasó...

- Oh ¡si es que eres tan mona! . - le dije dándola un abrazo. - ¿ves como no era para tanto?

- Bueno, tú no lo sé el caso es que a mi me dolió un poquito, pero cuando me dolía yo me apretaba aun mas contra él...

- ¡Ay que guarrilla!

- No te rías de mi... dijiste que cada persona era única ¿no? Pues eso. A propósito ¿te has enterado de el nuevo cotilleo de la universidad?

- No, sinceramente si es de Rebeca me importa bien poco.

- Pues si es de ella pero te alegrará saber que el imperio de Rebeca va cayendo poco a poco, Lizy la esbirro numero dos, la ha abandonado y de la peor manera que lo podría haber hecho.

- ¿Así? Al final resultará que no es tan hueca como parecía... ¿y que le ha echo? No me lo digas romperle una uña o estropearle el vestido en el tinte?

- No, le ha quitado a su amigo con derecho a roce.

- ¿Qué?. - dije perpleja. - ¿Le ha quitado el novio? No me lo puedo creer.

- Pues creelo, en el fondo no son todas iguales.

- Vete tu a saber, lo mismo es uno de sus trucos.

- Creo que no tenías que haberlas visto el la cafetería el lunes, si las miradas matasen Lizy hubiera muerto mas de mil veces.

- Rebeca necesitaba que alguien la pusiera en su sitio y supongo que nunca se esperaría eso y menos de una de sus seguidoras , en el fondo me alegro de que haya sido así.

Mientras hablábamos de mil cotilleos sobre Rebeca apareció Mike por la puerta gritando como un poseso para ver donde estábamos.

- ¿Pero que hacéis así todavía? anda vamos que os invito a comer a las dos por los viejos tiempos.