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martes, 19 de junio de 2012

D.Blake 2ª Parte/ Capitulo 55


Comenzó la universidad y volví a la rutina de siempre, Harry y yo nos veíamos todos los días despues de clase incluso a veces se venía conmigo a casa mientras que Kate se iba con Louis, así me sentía menos sola, entre comillas.
Mike estaba prácticamente desaparecido, eso de tener un nuevo novio le había sentado bien, pero empezaba a preocuparme de que casi no apareciera por clase.
Por las tardes yo no paraba de darle la tabarra a Harry con él viaje a Roma, tenía la sensación de que sería el viaje perfecto para los dos, tenía muchísimas ganas.
El viernes fuimos al ensayo de la obra de teatro, todo seguía igual, la señora Darwin cambió el final de la obra como nos había dicho antes de las vacaciones, Rebeca seguía siendo una niña buena pero seguía sin fiarme de esa víbora, aunque un día a la salida de teatro la vimos muy acaramelada con un chico vestido con una chaqueta de béisbol junto a la puerta, pero aún así no me gustaba y jamás lo haría.
Un mes despues recibí la primera ecografía de Vicky.
Estaba de cuatro meses, cuando estuvo aquí acababa de cumplir su tercer mes, en la carta me decía que ya tenía barriguita y que no podía ponerse las camisetas tan ajustadas como antes, Vicky siempre era la misma, pero me decía que le gustaba como le quedaba la barriga, no había quien la entendiera, estaba muy ilusionaday yo también para que mentir estaba deseando que naciera para poder ir a verlos a todos otra vez y ya le presentaría a mi madre mi nueva pareja, solo esperaba no encontrarme a cierta persona.


A principios de febrero comenzaron los exámenes y apenas teníamos tiempo ni para respirar, las tarde que quedaba con Harry para estudiar acabábamos en su habitación, besándonos o contándonos historias ridículas con tal de no volver a coger el libro en toda la tarde, aunque para mi besarme con él, era hacer mi propia historia. La ultima semana de Febrero, Harry y yo por fin nos fuimos a la cabaña junto al lago de sus padres estaba deseándolo, poder estar solos sin nadie que cogiera teléfonos o entrara sin llamar.
- No me puedo creer que ya estemos aquí. - dije saliendo del coche y respirando el aire del campo.
- Pues creelo van a ser los cinco días mejores de tú vida.
- No, porque aún nos queda el estupendo viaje a Roma. - dije dándole un beso.
- Supongo que eso será otra historia, primeros disfrutemos de esto.
Harry abrió la puerta de la casa y casi se me desencaja la mandíbula cuando la vi, eso no parecía una cabaña en un lago, sino un chalet con todas las letras.
- ¿En serio es esto? . - le dije con cara de sorpresa.
- Sí, no te lo esperabas así.
- Pues no me imaginaba no sé una casita de madera con muebles color roble, pero no esto, es... es, es increíble.
Al entrar en la casa había un pequeño escalón, a la izquierda estaba el comedor con chimenea incluida, lista para encenderla.

Al otro lado estaba la cocina y el baño, que también eran enormes y por ultimo al fondo había una puerta que debía de ser el dormitorio, me pareció extraño que solo hubiera una habitación pero despues volví a mirar y aún quedaba otra puerta a la derecha donde habría otra más, Harry me llevó hasta la habitación del fondo donde dormiríamos esos días. 

- ¿Esta es la habitación?
- ¿Te gusta?
- No, no me gusta... ¡ME ENCANTA! ¿en serio es esto la habitación? No me lo puedo creer, esto parece un hotel en vez de una casa de campo Harry.
- Bueno se podría decir que mi madre le gusta la naturaleza pero con la comodidad que se tienen en la ciudad.
- Es increíble, precioso, no se porque presiento que será el mejor fin de semana que pasaremos juntos.
- No creo que sea el mejor como este supongo que habrá miles durante toda nuestra vida juntos. - Harry se acerco poco a poco a mi y rodeo con sus manos mi cintura y junto su frente con la mía y nos quedamos en silencio, no hacía falta más palabras, con el sonido de los latidos nerviosos de mi corazón hacía mi propia banda sonora. - ¿estás nerviosa?.
- Si, no sé se me hace muy raro estar solos es como si no supiera actuar en este momento, es una sensación muy rara.
- Pues tranquila que aún no he mordido a nadie.
- Ah ¿Asique aún no has mordido a nadie? ¿y supongo que pensaras hacerlo?
- Si tú me dejas sí.
- Ves cosas como estas son las que me ponen nerviosa no sé antes estaba convencida de que jamás podría intentar nada contigo porque no encontrábamos el lugar adecuado por así decirlo y ahora que sé que no habrá interrupción alguna es como si fuera a hacerlo todo mal, como si fuera una torpe en esto, que a pesar de mi experiencia lo soy aunque no lo creas.
- Ya te dije que no pensaras en eso, no tiene que ser todo planificado.
- Ya pero verás, a lo mejor piensas que es una tontería pero yo si me he imaginado como sería nuestra “primera vez” ya me entiendes.
- Blake si yo puedo hacerlo sabes que lo haré, no te tiene que dar vergüenza decírmelo.
- Ya lo sé pero es que contigo todo es tan diferente Harry...
- Pues hagamos que sea aún más diferente. - Harry se sentó en la cama y yo me senté en su regazo mirando hacia el suelo sin atreverme a levantar la vista, Harry me apartó el pelo hacia un lado y me dijo. - Cuéntamelo.
- Verás... - no sabía por donde empezar a contarle mi fantasía romántica. - en realidad fue un sueño que tuve una noche pero no sé si fue casualidad o no pero todo ocurría en una casa junto a un lago, donde podía contemplar desde la ventana la luna reflejada en el agua cristalina mientras estábamos sentados al lado de la chimenea, no sé es todo un poco raro, pero todo era tan... bonito que aún se me pone la piel de gallina.
- Pues creo que todo eso lo tenemos justo aquí. - y entonces me besó.




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