Todo estaba tal como lo recordaba la casa era tan bonita desde fuera y aún me sentía como si la estuviera viendo por primera vez.
- Tienes la misma expresión que la primera vez. - dijo Harry abrazándome por la espalda.
- Lo sé pero aquí fue donde ocurrió todo. Y es como si quisiera volverlo a vivir de nuevo.
- Nadie te lo va a impedir si quieres hacerlo adelante.
Me volví a hacia él y le besé, era el mejor novio del mundo por lo menos para mi, no se podía ser más perfecto.
- Dime el mejor recuerdo que tengas de esa vez. - dije aún con los brazos alrededor de su cuello.
- Es una pregunta bastante complicada. - me besó.
- ¿Por qué?. - dije con sorpresa.
- Ocurrieron muchas cosas en esos cinco días que estuvimos aquí, pero si tuviera que elegir sería nuestra primera vez juntos. ¿Tú?
- Creo que también sería esa y la noche en el tejado.
- ¿Y que me dices de nuestro peculiar paseo en barca?
- Eso no fue un paseo, casi me muero congelada en ese lago.
- El agua ya no estará tan fría.
- ¿Que quieres decir con eso? . - dije soltándome de su cuello imaginando sus intenciones.
- Nada, era solo una observación. - dijo mirándome con cara de perverso.
- Ni se te ocurra Harry... ¡No! - Era inútil, era más fuerte que yo y más rápido, en cuanto me quise dar cuenta Harry me tenía cogida sobre sus hombres llevándome hacia el agua mientras yo pataleaba como si fuera una niña enrabietada. - ¡por favor Harry!
- Si te resistes será peor, además para que nos vamos a caer.
- Pues suéltame en el suelo, por favor te lo pido, que estará... - Harry me tiró de golpe al agua antes de que pudiera terminar mi frase. - ¡¡HELADA!! ¿eh? Pues no está nada mal... - dije después de estar gritando como una loca.
- Te lo dije. - Harry se tiró también para hacerme compañía.
- Podíamos haber esperado a ponernos el bañador por lo menos.
- Sí claro y perdernos la parte divertida. Ni de broma.
- ¿Cual es la parte divertida?
- Tus pataletas y tus gritos, hacía tiempo que no los escuchaba, sigues siendo la misma.
- Qué cumpla años nos significa que haya cambiado de forma de ser, en el fondo sigo siendo la misma niña solo que con cinco años más que la última vez.
Dejé a Harry atrás y me eché a nada, pero con la ropa no podía asique decidí quitármela y dejarla en el pequeño embarcadero. Harry me alcanzó a los pocos segundo y vi que él había optado por la misma opción que yo.
- ¿No te da vergüenza que alguien nos vea así?. - dijo Harry dando vueltas alrededor mio.
- Probablemente no, aquí no hay nadie en kilómetros a la redonda y el único que me podría ver eres tú y ya estás más que acostumbrado a mi.
- ¿Y si no lo estuviera?
- ¿Como que no? ¿Qué es un reto de los tuyos?. - sabía lo que pretendía asique me acerqué a la plataforma que había en medio, me subí en ella, le miré y le reté a decirme algo. - ¿Y ahora que?
Harry estaba pálido y tenía los ojos muy abiertos mientras me hacía un gesto con la cabeza para que mirara detrás de mi, yo me tapé el pecho y me giré y entonces lo vi.
- Buenos tardes señor Turner. - dijo Harry saludando con una mano.
- Hola señorito Styles, me alegra verle por aquí, que tengan un buen día. - el hombre continuó con la pequeña barca hasta la otra orilla y yo solo podía quedarme ahí parada muerta de vergüenza.
- ¿No vas a bajar nunca Blake?
Baje de la plataforma hasta que llegué a él y entonces le empecé a echar agua hasta que me harte.
- ¿Pero como se te ocurre no decírmelo idiota? Que vergüenza he pasado.
- ¿No decías que te daba igual?
- Pues si pero... bueno ¡NO! ¿como me va a dar igual? ¿estás loco?.- continué echándole agua.
- Para Blake me vas a ahogar. - hice caso omiso y seguí como hasta ahora y la verdad es que ya no sentía los brazos, abrí los ojos y Harry ya no estaba allí, había desaparecido hasta que un mano tocó mis piernas y acabó cogiendo me en brazos.
- ¿Quién era?
- Es el dueño del embarcadero que hay al otro lado, casi nunca vienen pero habrá ido a pescar.
- Pues casi me muero Harry, que vergüenza, ahora mismo le diría al agua que me tragase, me ha visto las tetas un viejo... sin ofender a nadie.
- Tranquila no es que vea muy bien.
- Pero si te ha reconocido a la primera Harry.
- Eso es porque soy demasiado guapo como para olvidar mi cara.
- Creído de mierda.
- Ah eso me ha dolido.
- Es lo que eres. - le dije aún en sus brazos eso sí no por mucho tiempo, me soltó de sus brazos y empezó a hacer pequeñas ahogadillas hasta que le pidiera perdón por lo que había dicho. - Vale, vale, vale, perdón, perdón.
- Tranquila te perdono. - dijo con una sonrisa triunfante.
- Mira que eres... pero si solo era una broma hombre... exagerado, ¿me das un abrazo?
- Eso no tienes que pedirlo.
- Pero yo quiero pedírtelo y más vale que te acostumbres a ello.
- Nunca me cansaré de que me los pidas y lo sabes.
- Pero me gusta que me contestes hasta las preguntas mas obvias, siempre me ha gustado y no voy a empezar a no hacerlo ahora.
- No lo hagas, hemos dicho que aquí haremos lo que queramos sin importar nada y volveremos a revivir todo lo que vivimos una vez.
- Hombre esto no es como la caída que tuvimos en el lago aquella vez pero creo que nos servirá, así es como deberíamos haber estado, no helados de frío, aunque tu camisa aquel día era un pecado capital.
- ¿Porque?
- Yo me entiendo. Dame mi abrazo por fis.- dije poniendo cara de pena.
- Ven anda.
Abrazada a él lo demás no me importaba en absoluto, era unos de las cosas que nunca habían cambiado desde que nos conocimos, incluso antes de salir juntos, era genial estar cerca de Harry y sentir el latido de su corazón en mi oído mientras solo se escuchaba eso sus latidos y nuestras respiraciones yendo al mismo compás.Aún así no pude evitar besarle el hombro, la clavícula, el cuello, cosa que le encantaba y antes de llegar a su boca apareció ese escalofrío en el que tanto me gustaba eso significaba que estaba empezando a ponerse nervioso y ansioso a la vez por que llegara a la meta donde siempre era bienvenida.
- ¿Sabes como acaba esto no?- dijo con la voz temblorosa.
- Sí.- continué besándolo a lo que no se negaba en ningún momento.
- Aquí no puede ser.
- Ya lo sé, no queremos ningún susto de momento.
- Por eso, no hay...
- Vale lo he pillado, solo era comprobación de que tú también empiezas a tener escalofríos cuando te toco, al igual que tú a mi.
- ¿Y si nos salimos fuera?
- Vamos.
- Pero las cosas que se empiezan hay que terminarlas. - me cogió de la mano, ambos sonreímos y nos fuimos fuera a secarnos.
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